¿Cómo se relaciona nuestro consumo con la pérdida de biodiversidad y el cambio climático?
Nuestro sistema económico está basado en un modelo lineal que consiste en producir, consumir y desechar. Esto genera una enorme presión sobre los ecosistemas, la biodiversidad que los habita y nuestro planeta. Los productos que usamos día a día demandan agua, energía y suelo, así como combustibles fósiles generando un impacto directo sobre el cambio climático. No podemos explotar infinitamente a la naturaleza, porque su capacidad de recuperarse es mucho más lenta que nuestro ritmo de consumo.
¿Cómo un enfoque de economía circular puede disminuir la presión sobre la naturaleza?
La circularidad es una oportunidad para disminuir la extracción de los recursos naturales. En esta hay mayor eficiencia en los sistemas de producción, el consumo y demanda de productos es más sostenible porque se elimina el concepto de residuo o basura, y se reutilizan los materiales que terminan en la última parte de la cadena.
¿En qué debe trabajar el país para volver una realidad la circularidad?
El sistema productivo debe ser mucho más eficiente en el uso de los recursos naturales incorporando materiales reciclados; el Gobierno Nacional, junto a los gobiernos locales, el sector privado y la academia debe generar incentivos que apoyen esta transición. Los productos deben diseñarse de tal forma que no terminen como residuos. El sistema de recolección debe garantizar la logística para reincorporar los materiales en las cadenas productivas; el sector financiero debe facilitar las inversiones en modelos de negocio circulares y apoyo a los emprendimientos; y es fundamental educar y sensibilizar a los consumidores, porque finalmente son actores principales que permiten que todo este modelo funcione.