En una visita de campo a la vereda a La Atarraya del municipio de La Dorada, Caldas, funcionarios de la Unidad de Investigación Criminal DICAR encontraron una explotación de oro aluvial con siete minidragas que funcionaban bajo el nivel del agua, de las cuales estaban operando dos, con el propósito de recuperar el oro existente dentro de los materiales (arenas y gravas) que componen los depósitos aluviales sobre la margen derecha del río La Miel.
Las personas que se encontraban realizando la actividad no aportaron documentos que respaldaran la legalidad de la explotación de oro aluvial como el Título Minero y la Licencia Ambiental. Tampoco se encontraron documentos o permisos que se asociaran al uso, aprovechamiento o afectación de los recursos naturales identificados, como Concesión de Aguas y Permiso de Vertimientos.
La explotación minera que se llevaba a cabo en este lugar causó afectaciones en las especies vegetales, contaminación de las aguas del río La Miel, contaminación del suelo y alteración del habitat de especies de anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Además, causó un daño mayor en especies de peces que existen en el río pues al destruir parcialmente las zonas de desove afectaron su reproducción.
Las actividades de minería ilegal tienen siempre un impacto ambiental muy fuerte y difícil de recuperar.