El año pasado estuvo colmado de coyunturas naturales. Los huracanes en Norteamérica y el Caribe, las olas de calor en Europa y el invierno en países del hemisferio norte se llevaron más de un titular a lo largo de 2017. Esas situaciones, que hicieron eco a nivel internacional, conllevaron grandes pérdidas económicas en comparación con la cuenta que ha dejado este año. Así lo confirmó un estudio a manos de la reaseguradora suiza Swiss Re. (Lea: 2017 fue el año más costoso para EE.UU. por catástrofes naturales)
Esas pérdidas ascendieron a 36.000 millones de dólares entre enero y junio pasados. En ese mismo periódo, la cifra provocada por desastres naturales o generados por el ser humano en la primera mitad de este año fue significativamente menor y estuvo muy por debajo de la media de la última década.
De hecho, en los últimos diez años, las pérdidas promedio anuales fueron de 125.000 millones de dólares y en la primera mitad de 2017 llegaron a 64.000 millones, con lo que la cifra anunciada hoy corresponde a una reducción de las pérdidas del 44 % con respecto a las comunicadas hace un año.
Las tormentas de invierno en Europa y en Estados Unidos, las más perjudiciales
La situaciones más perjudiciales fueron una serie de tormentas de invierno en Europa y en Estados Unidos. Ambas son regiones donde los seguros están ampliamente implantados. Asimismo, el análisis de la compañía indica que 3.900 personas perdieron la vida o desaparecieron en desastres en los primeros seis meses de 2018, comparado con 4.600 casos en el mismo periodo del año pasado.
Adicionalmente, la reaseguradora reportó que las graves erupciones volcánicas que tuvieron lugar en Hawai y Guatemala, así como terremotos en Japón, Taiwán y Papua Nueva Guinea causaron daños, pero las pérdidas de bienes asegurados todavía no han sido determinadas completamente.