La hidrólisis alcalina, una forma de morir ecológicamente

En Estados Unidos y algunos países de Europa se está utilizando está alternativa para evitar la contaminación con CO2 que produce la cremación y el entierro.

Laura Moreno
12 de julio de 2019 - 04:18 p. m.
La hidrólisis alcalina deja seis veces menos huella de carbono que la cremación. / Wikimedia Commons
La hidrólisis alcalina deja seis veces menos huella de carbono que la cremación. / Wikimedia Commons

Morirse contamina el planeta.  En los métodos convencionales, como la cremación, son liberados al menos 400 kilogramos de CO2 a la atmósfera por cuerpo. Además, el humo puede contener mercurio vaporizado, producto de rellenos dentales, emisiones tóxicas de prótesis quemadas y cemento de hueso fundido, utilizado en cirugías.

Cuando un cuerpo es enterrado, también hay consecuencias. Las toxinas producidas por la radioterapia y por los medicamentos que pueda contener el cuerpo se filtran en el piso a medida que se descompone la materia, al igual que el líquido de embalsamiento alterando el suelo.

Una alternativa ecológica es la hidrólisis alcalina, un procedimiento que desintegra el cuerpo evitando la liberación de dióxido de carbono (CO2) que produce la cremación o la contaminación del suelo con los entierros. Se realiza a través de una máquina llamada Resomator, un recipiente cilíndrico presurizado desarrollado por el inventor Sandy Sullivan en Pudsey, Inglaterra. 

En este proceso los cadáveres se sumergen en una mezcla de agua a 150 grados y una solución de hidróxido de potasio durante aproximadamente tres horas. Finalizado el tiempo, solo queda un fluido y huesos blandos y grises que son secados en un horno. Estos se muelen, mientras que el líquido se envía a una planta de tratamiento de agua para su eliminación.

Durante el proceso son utilizados 250 galones de agua, que equivalen a 946 litros por cuerpo, que pueden ser utilizados como fertilizante debido a los nutrientes que contienen.

En los entierros también se ven afectadas las personas encargadas de preparar el cuerpo, pues se ven expuestos al formaldehído, principal componente del líquido de embalsamiento. Según una investigación publicada por la revista Journal of Neurology Neurosurgery y Psychiatry, una persona expuesta a este compuesto de forma frecuente tiene tres veces más probabilidad de sufrir esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Contrario a esto, la hidrólisis alcalina evita la contaminación y produce un líquido estéril similar al agua que no contiene ADN ni bacterias. Este sistema deja seis veces menos huella de carbono que la cremación, explica Sullyvan. Actualmente esta técnica es usada en 19 estados de EE. UU. y en Inglaterra.

En cuanto a costos, este sistema se asemeja al de la cremación y resulta más económico que un entierro, pues los terrenos dispuestos para estas prácticas cada vez son más costosos y más escasos.

Por Laura Moreno

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