Los teléfonos celulares y los computadores representan uno de los mayores avances tecnológicos de la humanidad pero, al mismo tiempo, esconden en sus entrañas algunos secretos “sucios” sobre la forma en que se producen. Por ejemplo, para producir los 100 gramos de minerales que exige la construcción de un teléfono inteligente, en algún lugar del mundo fue necesario procesar más de 34 kilogramos de roca. O, peor aún, toda la basura tecnológica que los seres humanos generamos en un año es suficiente para cubrir un pedazo de tierra del tamaño de San Francisco, en Estados Unidos.
Además de perseguir a los cazadores de ballenas o a las empresas que destrozan ecosistemas naturales, desde 2006 Greenpeace puso sus ojos en las mayores empresas de tecnología del mundo. Para construir su Guía de Aparatos Electrónicos mas Verdes rastrea las fuentes de energía, la cantidad de recursos consumidos y las sustancias químicas involucradas en la producción de dispositivos tecnológicos entre las 17 empresas más importantes. El ranquin lo encabeza la empresa holandesa Fairphone y en el último lugar figura la china Xiaomi.