Los incendios en el humedal más grande del mundo alcanzan nivel récord

Con más de 15 mil incendios y con 2,35 millones de hectáreas de vegetación destruida, Pantanal, en Brasil, enfrenta el que parece ser el peor año.

EFE Verde
19 de septiembre de 2020 - 08:30 p. m.
La cabeza de un animal quemada por los incendios forestales fue encontrada en Porto Jofre, estado de Mato Grosso.
La cabeza de un animal quemada por los incendios forestales fue encontrada en Porto Jofre, estado de Mato Grosso.
Foto: Agencia EFE

Pantanal, mayor humedal del mundo y que Brasil comparte con Bolivia y Paraguay, terminará septiembre con número récord de incendios, que ya destruyeron el 22 % de su área. (Lea todas las noticias ambientales de Colobmia y el mundo)

El Pantanal brasileño registró en los primeros 16 días de septiembre 5.603 focos de calor, que superan los 5.498 incendios registrados en los 30 días de septiembre de 2007, que hasta ahora eran récord para el mes, según datos divulgados este jueves por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).

Así mismo, los incendios en lo que va del mes prácticamente doblan los 2.887 registrados en los 30 días de septiembre de 2019.

De acuerdo con el organismo, cuando aún faltan tres meses y medio para finalizar el año, el Pantanal acumuló 15.756 incendios entre el 1 de enero y el 16 de septiembre, un récord que ya supera los focos de calor registrados en todo 2005, el peor año en la historia del humedal y cuando fueron contabilizados 12.536 incendios.

Según el INPE, los incendios de este año habían destruido hasta la semana pasada 2,35 millones de hectáreas (23.500 kilómetros cuadrados) de vegetación en el Pantanal, casi el 16 % del humedal en Brasil y un área superior a la de países como Israel o El Salvador.

Pero algunas organizaciones ambientalistas calculan que la destrucción es muy superior. “El área quemada este año ya alcanza el 22 % del Pantanal”, dijo a la agencia Efe Alice Thuault, directora adjunta del Instituto Centro de Vida (ICV), una ONG que monitora la deforestación y los incendios en el ecosistema.

El Pantanal, que tiene unos 250.000 kilómetros cuadrados de extensión, de los cuales 150.000 kilómetros cuadrados (cerca del 60 %) en territorio brasileño, es reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y considerado uno de los ecosistemas más ricos del mundo en biodiversidad de flora y fauna, con cerca de 600 especies de aves, 124 de mamíferos, 80 de reptiles y 60 de anfibios.

Destrucción de la biodiversidad y comunidades locales

Un recorrido por los 150 kilómetros de la Carretera Transpantanera entre Poconé y Porto Jofre, en el estado de Mato Grosso do Sul, permite ver las cenizas en que quedó convertido gran parte de su biodiversidad, una destrucción que afectó tanto reservas ambientales como indígenas y que dejó cientos de animales muertos, entre los cuales algunos amenazados como el jaguar.

Según el ICV, las llamas ya destruyeron el 85 % de las 109.000 hectáreas del parque ambiental Encontro das Aguas, ubicado en Porto Jofre y uno de los lugares más turísticos del bioma por concentrar el mayor número de jaguares del mundo.

Un año después de que las imágenes de la Amazonía brasileña en llamas conmocionaran al mundo y generaran protestas globales, los incendios de 2020 han afectado principalmente el Pantanal debido a la larga sequía -la mayor en 47 años-, las fuertes temperaturas de esta época, los cambios climáticos y la fuerza de los vientos.

Pese a que los incendios son naturales en el Pantanal en esta época, la organización ecologista Instituto SOS Pantanal calcula que más del 90 % de los de este año fueron provocados por hacendados y colonos interesados en ampliar sus tierras para cultivo y ganado.

“El desastre en curso en el Pantanal no tiene precedentes, pero podía haber sido mitigado. Desde finales del año pasado había indicios de que la sequía sería grave y el propio INPE lo advirtió. Faltó planificación e integración”, afirmó Thuault a Efe.

Presión internacional contra Bolsonaro

Por eso tanto Gobiernos de diferentes países, organizaciones ecologistas y hasta las propias empresas brasileñas elevaron su presión contra la política ambiental de Bolsonaro, acusado de incentivar la deforestación con su retórica antiambientalista y que redujo recursos para el sector y flexibilizó la fiscalización.

El lunes el vicepresidente brasileño, el general de la reserva Hamilton Mourao, recibió una carta de 230 organizaciones y ONG exigiendo medidas al Gobierno para detener la degradación ambiental; un día después recibió una misiva de ocho países europeos, que alegan que la deforestación puede dificultar la venta de productos brasileños en el exterior.

Los ocho países firmantes de la carta (Alemania, Dinamarca, Francia, Italia, Holanda, Noruega, Reino Unido y Bélgica) importaron 6.770 millones de dólares en productos agrícolas brasileños entre enero y agosto, el 10 % de lo que el agronegocio de Brasil mandó al exterior este año.

El miércoles un grupo de ONGs europeos le pidió al Gobierno francés que “sepulte definitivamente” el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, que fue objeto de negociaciones por dos décadas y aún depende de ratificación.

“La carta enviada por los países europeos es preocupante y revela que antiguos socios comerciales de Brasil perdieron la confianza en el Gobierno. Bolsonaro está destruyendo nuestros biomas, el clima de la Tierra y el futuro económico del país por una ideología que favorece el crimen ambiental”, afirmó Marcio Astrini, secretario del Observatorio del Clima, una coalición brasileña de ONGs ecologistas.

El director de la Fundación Armando Alvares Penteado (Faap), el exembajador y exministro brasileño y exsecretario de la Unctad Rubens Ricupero, asegura que Brasil está ante la mayor ola de presión, externa e interna, de su historia. “En 80 años nunca vi eso: una presión con convergencia externa e interna que une ONGs, grandes empresas, bancos y hasta Gobiernos”, dijo.

Por su parte, Bolsonaro volvió a poner este viernes a su Gobierno como un “ejemplo para el mundo” en materia de protección ambiental y afirmó que los países que protestan por los incendios forestales “ya quemaron todo”.

El líder de la ultraderecha brasileña participó en un acto en el interior del estado de Mato Grosso, región volcada por excelencia a la agropecuaria, e insistió que el malestar de países europeos por los “incendios que ocurren todos los años” en la Amazonía y otras zonas del país obedece a intereses comerciales y de mercados.

Francia en contra del acuerdo con Mercosur

Este mismo viernes, el Gobierno francés anunció que mantiene su rechazo al acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), precisamente por problemas medioambientales.

La oficina del primer ministro galo, Jean Castex, señaló que la UE debe continuar las negociaciones con Mercosur para garantizar tres puntos: frenar la deforestación, el respeto a los acuerdos de París sobre el clima y que los productos importados de esos países cumplan las normas sanitarias y ambientales europeas.

Sin hacer mención a ese anuncio, Bolsonaro dijo que “se están viendo algunos focos de incendios” en Brasil, pero insistió en que “eso ocurre todos los años”.

Aunque los incendios son recurrentes en esta época, de sequía en biomas como el Amazonas y el Pantanal, desde que Bolsonaro asumió el poder, en enero de 2019, los datos oficiales muestran que las llamas se han agravado en forma más acelerada que en las últimas décadas.

Organizaciones ecologistas y algunos gobiernos europeos sostienen que el fenómeno responde a las agresivas políticas de Bolsonaro para esas regiones, en las que el Gobierno pretende expandir todas las actividades productivas, lo que alentaría a hacendados y empresarios a avanzar sobre las selvas y las reservas ambientales.

“Atacarnos interesa a nuestros críticos, que son nuestros competidores” en los mercados mundiales de alimentos, aseguró el presidente brasileño, quien insistió en que su país “es un ejemplo para el mundo” en materia de preservación ambiental.

“En la próxima década, con toda certeza, pasaremos a alimentar a casi 3.000 millones de personas en el mundo”, vaticinó Bolsonaro en alusión al poderío agropecuario de Brasil, que en su opinión es motivo de “preocupación” para los productores de otros países.

Por EFE Verde

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