Los males que tienen agonizando a los ríos La Miel y Guarinó, en Caldas

La deforestación, la sequía e incluso la poca gobernanza tienen en jaque a dos de las cuencas más importantes de la región que abastecen a casi 80.000 habitantes. ¿Qué hacer?

-Redacción BIBO
29 de agosto de 2019 - 02:00 a. m.
Las cuencas del río La Miel y el río Guarinó son las más importantes de Caldas.  / Pixabay
Las cuencas del río La Miel y el río Guarinó son las más importantes de Caldas. / Pixabay

El municipio de Norcasia, adentrado en el nororiente de Caldas, está en alerta: sus más de 6.000 habitantes corren el riesgo de quedarse sin agua. ¿La razón? Las altas temperaturas que han azotado a la región y tienen en jaque el caudal de los ríos, a tal punto que hay descensos hasta del 50 %. El otrora caudaloso río La Miel evidencia la magnitud del problema y da cuenta además de otras dificultades que amenazan el ecosistema. (Lea: Un llamado para proteger el agua de Bucaramanga)

Sumado a la disminución de su caudal, La Miel también debe hacerle frente a la deforestación. El 10 % de su área ha sido talada y el cambio del uso del suelo es una de las principales causas. En la parte alta de la cuenca están asentados grandes terratenientes, en la media se ubican los cultivos de café y en la baja hay terrenos destinados a ganadería, principalmente.

Esta situación tiene en vilo a los 58.000 habitantes que dependen de sus aguas y a las hidroeléctricas que funcionan en el embalse Amaní, en Norcasia. Allí, en la parte media de la cuenca está instalada la quinta central eléctrica con mayor capacidad. Se trata del proyecto Miel I de Isagén que genera, en promedio, 396 megavatios.

No obstante, la cuenca del río La Miel no es la única en Caldas que está en cuidados intensivos. El río Guarinó, ubicado en el oriente del departamento, está agonizando. La fauna acuática es inexistente y la flora desaparece de a pocos. Los habitantes describen que, prácticamente, el río está muerto. Un panorama desolador para una fuente hídrica que abastece a más de 21.000 personas.

“Las cuencas hidrográficas son mucho más que tuberías por donde pasa agua. Son socioecosistemas y esto implica tener en cuenta elementos sociales e integridad ecológica. Si no lo hacemos podemos llegar a perder sus servicios”, advirtieron los asistentes al séptimo Encuentro por el Agua que se realizó en Manizales, una iniciativa que convocó a la comunidad y a los actores del sector privado y público de la región. (Vea aquí los diferentes Encuentros por el Agua)

Durante cuatro horas conversaron sobre los problemas y retos que enfrentan ambos ríos. “Necesitamos acciones que preserven estas cuencas tan importantes para la actividad económica de nuestra región”, fue el primer llamado que hicieron. Para conseguir esa transformación ambiental, los dos afluentes tienen una herramienta clave: el Plan de Ordenación y Manejo de Cuenca Hidrográfica (Pomca). Se trata de un instrumento en el que se establece el uso adecuado del suelo, el agua, la flora, la fauna y el manejo de la cuenca en general.

Sin embargo, añadieron, no se van a conseguir avances si no se comienzan a implementar las estrategias allí establecidas. La limitada voluntad política, los frenos en la ejecución de acciones y los pocos recursos y esfuerzos son algunas de las restricciones que ha tenido la implementación del Pomca. A más de un año de establecerse, no han sido suficientes los avances que ha tenido.

Es fundamental establecer la estructura ecológica principal a nivel regional, definir las áreas protegidas y la conectividad que se requiera en estos ecosistemas. Además, promover la participación efectiva, en la que se reconozca el papel que han jugado los campesinos en la historia de la ocupación del territorio y escuchar, realmente, el sentir de ellos. Es una administración conjunta entre las autoridades ambientales y los habitantes que yacen en estas regiones”, dice Hugo Ballesteros, jefe del área protegida Parque Nacional Natural Selva de Florencia.

El tiempo corre y no da tregua. Si en cinco años no se mejora el panorama ambiental de estas cuencas, las más importantes de Caldas, la disponibilidad del agua se vería seriamente afectada, sentencia Luis Germán Naranjo, director de conservación de WWF y moderador del encuentro. (Le puede interesar: La iniciativa que quiere salvar a Colombia de una crisis por el agua)

Mientras se establecen políticas públicas eficientes, los ríos La Miel y Guarinó agonizan. La comunidad reclama un esfuerzo decidido.

Las problemáticas del agua que enfrentan ambos ríos

- Disminución de caudal en la cuenca baja.

- Contaminación de aguas.

- Falta de tratamiento para las aguas residuales domésticas e industriales.

- Actividad turística.

- Irregularidad en la tenencia de la tierra.

- Ganadería.

- Deforestación.

Las oportunidades de la gobernanza del agua en estas cuencas

- Disposición institucional y organización comunitaria.

- Implementación de instrumentos de planeación Pomcas.

- Acción colectiva por medio de acuerdos públicos, privados y comunitarios.

- Procesos de fortalecimiento de capacidades y plataformas para el acceso y la divulgación de información.

Retos a los que se enfrentan estas cuencas

- Centralización para la toma de decisiones y la administración del agua.

- Desarticulación institucional y con las comunidades.

- Acceso a la información y estudios fragmentados o desarticulados.

Por -Redacción BIBO

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