No más leones de trofeo para cazadores

La semana pasada se desató una polémica de talla mundial luego de que un español, cuya identidad aún se desconoce, cazó a Cecil, el león más querido de Zimbabue.

Redacción Medio Ambiente
28 de julio de 2015 - 03:49 a. m.

La semana pasada se desató una polémica de talla mundial que prendió las alarmas de conservacionistas, políticos y medios de comunicación: un español, cuya identidad aún se desconoce, cazó a Cecil, el león más querido de Zimbabue.

Después del hecho, la Unión Europea puso sus ojos sobre el tema y prohibió la importación de cabezas de león, patas y pieles como trofeos de cazadores obtenidos en los países africanos que no pueden probar si las poblaciones de esta especie son sostenibles.

Pero el león Cecil, cuya cabeza y piel le fueron retiradas, es sólo uno de los 200 trofeos que los cazadores importan legalmente a Alemania, Francia y España, los mayores comerciantes en Europa.

De hecho, España, con 364 trofeos exportados desde África, está muy por delante de países como Francia (128) y Alemania (160) en la caza de leones africanos entre 2010 y 2013, de acuerdo con datos del convenio Cites sobre el comercio de especies en peligro. En el mundo, España únicamente es superada por los cazadores de Estados Unidos, con más de 3.000 trofeos.

Ya en febrero, y por primera vez, los asesores científicos de la Unión Europea habían rechazado las importaciones procedentes de Benín, Burkina Faso y Camerún, con el argumento de que las poblaciones de leones salvajes en el oeste de África no eran sostenibles, es decir, estaban en peligro crítico de extinción debido a la caza excesiva y la escasez de presas.

Keith Taylor, diputado del Partido Verde para Inglaterra, le dijo a The Guardian que “es indignante que los leones sean asesinados simplemente porque alguien en Europa quiere decorar su casa con las partes del cuerpo. La Comisión Europea debe imponer inmediatamente una prohibición sobre todas las importaciones de partes de cuerpo de león”.

Según datos de National Geographic, las primeras hipótesis sobre la caza de Cecil es que lo engañaron mientras paseaba tranquilo a las afueras del parque nacional de Hwange, le dejaron un animal muerto como cebo para llamar su atención y sacarlo de la reserva donde habitaba. Luego de dos días de agonía su cabeza quedó como trofeo.

Lo único que se sabe del cazador es que pertenece a la Asociación de Guías y Cazadores Profesionales de Zimbabue (ZPHGA). Sin embargo, la legalidad del suceso es todavía borrosa: por un lado parece que el cazador habría violado la ley por matar al león en un espacio donde no era permitido hacerlo; por el otro, la práctica en cautiverio es legal, pues permite que leones en edad adulta sean abatidos por cazadores extranjeros.

Por Redacción Medio Ambiente

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