Pago por Servicios Ambientales y alternativas productivas sostenibles, la apuesta para conservar ecosistemas

Para evitar la degradación y pérdida de estos servicios, se han creado instrumentos económicos complementarios a los aplicados por las autoridades ambientales, con el fin de prevenir e impulsar soluciones a los conflictos en el uso del suelo.

-Redacción BIBO
18 de noviembre de 2019 - 06:02 p. m.
En Colombia el incentivo de PSA se aplica hace más de 20 años y a partir del 2010, se han habilitado progresivamente fuentes públicas para su implementación.  / Yiovani Giraldo
En Colombia el incentivo de PSA se aplica hace más de 20 años y a partir del 2010, se han habilitado progresivamente fuentes públicas para su implementación. / Yiovani Giraldo

Colombia es catalogado como un país biodiverso con una variedad de ecosistemas continentales, costeros y marinos, siendo el primero en especies de aves y orquídeas;  el segundo en riqueza de plantas, anfibios, mariposas y peces de agua dulce; el tercero en número de especies de palmas y réptiles; y el cuarto en mamíferos; ofrece innumerables beneficios que garantizan la supervivencia y buen vivir de la población humana.

No obstante, estos beneficios que proveen los ecosistemas, denominados servicios ecosistémicos, están en riesgo de perderse debido a presiones antrópicas como deforestación, contaminación de fuentes hídricas y sobreexplotación de recursos naturales. (Lea: La propuesta para que el Páramo de Guerrero reciba pagos por servicios ambientales)

Para evitar la degradación y pérdida de estos servicios, se han creado instrumentos económicos complementarios a los aplicados por las autoridades ambientales, con el fin de prevenir e impulsar soluciones a los conflictos en el uso del suelo. Un instrumento económico es el Pago por Servicio Ambientales – PSA, que a través de acuerdos voluntarios otorga incentivos en dinero o en especie a los productores que realicen acciones de conservación en sus predios ubicados en ecosistemas estratégicos.

En Colombia el incentivo de PSA se aplica hace más de 20 años y a partir del 2010, se han habilitado progresivamente fuentes públicas para su implementación. De acuerdo con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en el 2018 en 17 departamentos del país hay proyectos de PSA con los que se han logrado conservar 181.000 hectáreas a través de 11.400 acuerdos voluntarios y a la fecha, se reportan 1.414 negocios verdes. Con esto, el Ministerio resalta la necesidad de articular el PSA y los Negocios Verdes en procesos de reconversión productiva en ecosistemas estratégicos y el acceso a mercados diferenciados.

Cifras del Departamento Nacional de Planeación- DNP muestran que en los últimos tres años, de la totalidad de los recursos disponibles para PSA en áreas de importancia estratégica que surten de agua a los acueductos del país, solo se ha invertido un 13%. Para superar esta situación, proponen fortalecer la asistencia técnica a entidades territoriales y autoridades ambientales en la inversión de recursos públicos para proyectos de PSA enfocados en la conservación de ecosistemas estratégicos.

En esta línea, proyectos de PSA implementados en distintas regiones del país compartieron sus aprendizajes en el espacio:Pago por Servicios ambientales y Alternativas Productivas Sostenibles: retos y oportunidades”, con la participación de los autoridades de sector ambiental y agropecuario, Delegación de la Unión Europea, Entidades Territoriales, Asociación Nacional de Empresarios – ANDI, Fondo Colombia Sostenible, ONGs y sociedad civil.

Las Gobernaciones de Cundinamarca y Caquetá presentaron su proceso de implementación del PSA para la conservación de cuencas hidrográficas que abastecen acueductos municipales; teniendo como resultado 9.022 hectáreas conservadas mediante la firma de 262 acuerdos voluntarios, para la entrega de un incentivo económico a familias campesinas.

Con el propósito de ampliar el impacto de este incentivo económico, los Fondos de Agua como mecanismos financieros, han sido implementados en las regiones para articular inversión y capacidad técnica de los actores públicos y privados a largo plazo. En la cuenca del río Chinchiná en Caldas opera el Fondo Vivo Cuenca y en Norte de Santander, el Fondo BioCuenca, ambos con acciones de restauración ecológica y reconversión productiva en la alta montaña.  (Le puede interesar: Parque Tinigua: asesinatos y panfletos en medio de ganadería y deforestación)

Como alternativa para los habitantes tradicionales de las Áreas Protegidas, Parques Nacionales Naturales de Colombia implementa el PSA en los Parques Serranía de los Yariguíes, Alto Fragua Indi - Wasi, Orquídeas y Nevado del Huila, y el desarrollo de iniciativas basadas en el uso y conservación de la biodiversidad como Negocio Verde.

Para el Proyecto Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte, coordinado por el Instituto Humboldt y financiado por la Unión Europea que opera en cinco complejos de páramo en Colombia; estos incentivos económicos deben contribuir a la generación de alternativas productivas sostenibles que le ofrezcan  un sustento digno a las comunidades que habitan los páramos y que son actores indispensables para la conservación.

De igual forma, para dar sostenibilidad a los procesos de reconversión productiva son necesarios los cambios tecnológicos pero los productos deben vincularse a mercados diferenciados que reconozcan su valor agregado para la conservación. (Puede leer: Pagos por servicios ambientales, la próxima tarea para la Amazonía)

Por último, es necesario el desarrollo de programas productivos sostenibles y de incentivos PSA, a partir de una inversión articulada de recursos públicos y privados con sus diversas fuentes financieras para la gestión sostenible de los ecosistemas estratégicos y sus habitantes.

Por -Redacción BIBO

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