Parques naturales: ¿para conservación o generación de divisas?

Revive discusión por la construcción dentro de áreas protegidas. Mincomercio quiere fortalecer el ecoturismo y tomar decisiones sobre estos ecosistemas. Ambientalistas se oponen a la idea y dicen que la conservación es la prioridad.

Tatiana Pardo @Tatipardo2
02 de marzo de 2017 - 05:05 a. m.
El Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos, en el departamento del Huila.  / Cortesía de PNN: Fernando Riaño
El Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos, en el departamento del Huila. / Cortesía de PNN: Fernando Riaño

Sigilosamente se ha estado cocinando en el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (Mincit) un proyecto de decreto que busca darle facultades especiales a esta cartera sobre los parques nacionales naturales (PNN) del país. Según el documento, que conoció El Espectador, el objetivo de la iniciativa es establecer la hoja de ruta para el desarrollo del ecoturismo dentro de las áreas protegidas. ¿El problema? Estas zonas no son para promover la industria turística, sino para conservar ecosistemas estratégicos y de vital importancia. Un paso mal dado que podría no tener reversa.

El proyecto contempla que “el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, junto con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, formulen la política nacional para la promoción del ecoturismo, etnoturismo, agroturismo, acuaturismo y turismo metropolitano”, además de definir cuáles son los PNN “donde se podría hacer turismo de naturaleza”.

No hay duda de que las 59 áreas protegidas en Colombia son un atractivo turístico apetecido, y lo son mucho más desde la firma de la paz con el grupo guerrillero de las Farc. Sólo el año pasado, los parque naturales recibieron 1’446.716 turistas, la cifra de visitas más alta registrada en su historia. Veintinueve de ellos tienen un potencial ecoturístico, lo que significa que se puede hacer avistamiento de aves y ballenas, actividades de alta montaña y escalada en roca, espeleología, senderismo, buceo y camping, siempre y cuando sea bajo condiciones que respeten la naturaleza, que es lo primordial.

“El hecho de que el Ministerio de Comercio quiera administrar, junto con Parques Nacionales Naturales, estas áreas es un gran problema. Ellos no son una entidad del sector ambiental y tienen una visión completamente diferente a la de nosotros, donde la prioridad es la conservación de la biodiversidad para enfrentar el cambio climático y garantizar la seguridad de las comunidades”, explicó la directora de PNN, Julia Miranda. “Es cierto que el ecoturismo es importante, pero es más importante proteger los ecosistemas. La coordinación entre las entidades es bienvenida, pero no la injerencia en la toma de decisiones cuando no hay competencia en el tema”, remató.

Según Parques, no existe ningún fundamento jurídico para proponer una regulación normativa bajo la figura de una “administración coordinada” o “administración conjunta”, dado que la información relacionada con los servicios que se ofrecen dentro de las áreas protegidas, las actividades permitidas, la capacidad de carga o la modalidad de operación son funciones que les corresponden exclusivamente a ellos. (Leer: Lo que dicen los ambientalistas sobre ecoturismo y construcción dentro de parques naturales)

Pero la ministra de Comercio, María Claudia Lacouture, asegura que el turismo es el futuro de Colombia y que “tenemos que tomar un buen pedazo de esa torta”.

De acuerdo con Lacouture, hay que copiar modelos como el de Costa Rica, donde el 25 % del territorio es reserva natural y el sector privado es el encargado de mantenerlo. “Son los privados quienes velan por el desarrollo de las regiones, por mantener y adecuar los parques. El gobierno colombiano no tiene los recursos económicos ni los recursos humanos para hacerlo, por eso creemos que el desarrollo económico tiene que ir de la mano del ecoturismo. No hemos pedido que nos pasen a PNN, pero sí queremos quitar el miedo de incentivar el turismo sostenible dentro de un área protegida”, dijo la ministra.

Según cifras de su cartera, el turismo en Colombia está pasando por un gran momento que no hay que desaprovechar: se alcanzó la cifra más alta de turistas extranjeros en la historia del país (4’447.000) y han ingresado US$5.251 millones por concepto de viajes y transporte, “lo que deja al turismo como el segundo generador de divisas del país después de los productos minero-energéticos, como el carbón, y otros como el café y las flores”, dice Lacouture.

Sin embargo, otra de las propuestas que tienen preocupados a los ambientalistas tiene que ver con la creación del Comité Nacional de Turismo de Naturaleza, como instancia de alto nivel conformada por Minambiente y Mincit, los cuales serían los encargados de plantear la hoja de ruta en este campo. La construcción y el funcionamiento de infraestructuras para el alojamiento y servicio de hospedaje en las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales serían algunas de sus facultades.

“La propuesta pretende que se desarrolle turismo de naturaleza con un enfoque sectorial de desarrollo económico y de rentabilidad, que privilegia o le da un tratamiento preferente al uso o actividad por sobre los objetivos de conservación”, dice PNN. Para la entidad, los objetivos de conservación determinan y condicionan las actividades que puedan desarrollarse dentro de ellos, lo que significa que, aunque exista todo el potencial para hacer ecoturismo o turismo de naturaleza dentro de un área protegida, no necesariamente deberá hacerse.

El documento dice más adelante que también busca “promover la construcción de alojamientos, hospedajes y plantas turísticas amigables con el medio ambiente” y “construir nuevas infraestructuras”. Aquí es donde vuelve a revivir la discusión, que de por sí es vieja. (Leer: "Hoteles, mejor por fuera de los parques": Minambiente)

Hace unos años, los polémicos proyectos hoteleros Six Senses y Los Ciruelos, que se pensaban construir en el Parque Tayrona en el 2012, pusieron el dedo en la llaga de los ambientalistas, quienes consideraban que iban en contra de la naturaleza de los PNN.

De esa discusión nació la resolución 531 del 29 de mayo del 2013, que estableció los criterios para determinar, cada cinco años, cuáles son las áreas con vocación ecoturística en el país. El artículo 5 de ese documento dice que “el único tipo de alojamiento permitido para pernoctar será el uso de carpas y hamacas”, por lo que la directora Miranda teme que los intereses del Mincit vayan por otro lado, sin reconocer que “una cosa es la recreación y el ecoturismo, y una muy diferente la industria hotelera”.

Aunque para la directora del Instituto Alexander von Humboldt, Brigitte Baptiste, el ecoturismo dentro de los PNN es deseable y muy necesario, pues es educativo, divertido y genera amor por el país, no debe reducirse a la construcción de alojamientos.

“PNN debe abrirse a visitantes. Hay decenas de lecciones aprendidas, pero debemos crear una identidad propia, no copiarle a nadie. Colombia es uno de los últimos países en integrarse al turismo de naturaleza y debe hacerlo con la prudencia y el orgullo de ser el país más rico en biodiversidad del planeta, no un mercado de franquicias. Somos especiales”, dijo Baptiste.

Para ella, “el turismo en PNN debe tener como prioridad a los colombianos, privados de su naturaleza por el conflicto armado. Sería terrible enviar un mensaje de paz hecho sólo para atraer divisas”.

En ese punto, PNN espera fortalecer el turismo comunitario, mas no las concesiones a privados, en áreas protegidas ubicadas en zonas donde la violencia estuvo latente. Katíos, Tatamá, Tinigua, Picachos, Selvas de Florencia y Paramillo serán el plan piloto para a poner en marcha el ecoturismo.

Por Tatiana Pardo @Tatipardo2

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