Polémica por las 23.000 palmas de cera para repoblar el Valle de Cocora que no aparecen

La comunidad de Salento (Quindío) y varios medios de comunicación han denunciado irregularidades con un contrato para la siembra de 23.000 palmas de cera, una especie en peligro de extinción. El informe que entregó la CAR de Quindío no despejó dudas.

Redacción VIVIR
22 de febrero de 2018 - 06:26 p. m.
Para 2029, el 53% de las palmas de cera en la parte alta del valle de Cocora habrán superado los 40 metros, la altura a partir de la cual murieron sus parientes en los últimos 24 años. Investigadores calculan que ninguna sobrevivirá para 2069, y se extinguirán en 2090 en todo el Valle si no se toman medidas.  / Wikimedia Commons
Para 2029, el 53% de las palmas de cera en la parte alta del valle de Cocora habrán superado los 40 metros, la altura a partir de la cual murieron sus parientes en los últimos 24 años. Investigadores calculan que ninguna sobrevivirá para 2069, y se extinguirán en 2090 en todo el Valle si no se toman medidas. / Wikimedia Commons

La palma de cera, el árbol nacional de Colombia, está cerca de desaparecer, y desde 2013, se han encendido las alarmas. Ese año, un estudio de María José Sanín y Rodrigo Bernal, investigadores del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional reveló que las palmas de cera del Valle de Cocora están en las fases finales de su ciclo de vida, y morirán, sin descendencia, en los próximos 42 años. Según sus cálculos, si la ganadería extensiva, las actividades agrícolas y la minería continúan en el Valle, para 2090 no quedará ni una palma.

La especie ya fue declarada en peligro de extinción a nivel nacional y vulnerable a nivel internacional, según la Lista Roja de Especies Amenazadas. (Lea también: El fin anunciado de la palma de cera)

Por eso, en 2016, el  Ministerio de Ambiente y el Departamento Nacional de Planeación aprobaron un convenio interadministrativo (el 034 de 2016) para que la Corporación Autónoma Regional del Quindío se encargara de repoblar 550 hectáreas del Valle de Cocora, con un presupuesto de 1.581 millones de pesos. ¿La promesa? Sembrar 23.000 palmas de cera en el Valle durante 48 meses (cuatro años).

Aquí se complica la cosa. Hace un mes, la CRQ publicó un comunicado en el que aseguró que ya se habían plantado 23.030 palmas de cera. 

Sin embargo, durante las últimas dos semanas, ambientalistas, medios de comunicación y habitantes de Salento han señalado irregularidades graves sobre tres puntos: la cantidad de plantas sembradas, el control para su supervivencia y la inversión de recursos. Por eso, el Concejo de Salento convocó a un debate público el pasado 9 de febrero para ver en qué iba el proyecto.

¿Y dónde está la plata?

Según el Concejo, no se invirtieron $1.500 millones, sino $1.492 millones, y la CRQ no tenía la cifra que se destinó para ese municipio cuando se le preguntó. De acuerdo con el editorial del medio digital El Quindiano, la CRQ dijo que había sembrado los árboles en 14 meses, cuando el contrato es de 48 meses, es decir, que ya se había terminado el contrato y que ya les habían girado los $1.580 millones, “pero que la interventoría apenas se iba a contratar. ¿Qué tal? Esto significa que no hubo interventoría”.

Por su parte, la Corporación dijo que " logró invertir los recursos de establecimiento (siembra) y tres mantenimientos, aplicando recursos por 1.200 millones, los restantes 300 millones tuvieron que ser devueltos al Ministerio de Hacienda y Crédito Público", señaló la corporación. En todo caso, no hay claridad en la inversión de los recursos, ni certeza sobre si la plata que le restó al contrato volvió a la cartera de Hacienda.

¿Y dónde están las 23.030 palmas?

“El proyecto contempló 57 mil individuos forestales y el 30% equivale de manera aproximada a 17.000 palmas”, dijo Leonardo Montoya, representante de la CRQ en esa reunión. “Las palmas están distribuidas en diferentes puntos y tenemos dos especies, Ceroxylon quindiuense y Ceroxylon alpinum. La segunda se sembró en mayor proporción en la zona de cordillera, es decir, en Génova y Pijao,  donde hay espacio para esa intervención”.

Sin embargo, precisamente esas cifras son las que generan dudas. Según le dijo al diario El Tiempo el representante de la Fundación Bahareque de Salento, Jaime Arias, "es difícil confirmar que sembraron tantas, hay muchas contradicciones en las versiones de la CRQ, decían que eran 26 mil palmas, luego que 24 mil en medios de comunicación y en el Concejo dijeron que sembraron 17 mil". 

No solo eso. La palma de cera es una especie terca. De acuerdo a las distintas declaraciones que el investigador Bernal ha dado en medios de comunicación nacionales y locales, como la Crónica del Quindío, una palma de cera tiene un alto riesgo de muerte si la plantan en condiciones en donde no son naturales.

La CRQ dice que sembraron plántulas de aproximadamente tres hojas, muy bajitas. Pero para que esta pueda continuar su vida después de replantada, debe medir ocho centímetros. La Palma de Cera requiere de grandes cuidados para que llegue a una edad joven o adulta. Según El Quindiano, las dificultades son evidentes: los viveros existentes son pocos, la germinación dura casi un año, una planta no puede ser llevada a campo sino tiene un tamaño cercano a los 50 centímetros, y después de sembrada hay que hacerle mantenimiento. “Hacerlo con 23.000 individuos no debe ser nada fácil”, reza el editorial. Por eso las dudas, por la increíble velocidad en la gestión del contrato y la posibilidad de supervivencia de las palmas de cera. 

Tal vez lo más sospechoso del proyecto es que el trabajo de reforestación no se ve. Según los cálculos del director de la Fundación Ecológica Cosmos, Néstor Ocampo, solo se habla de un solo predio en donde se sembraron 840 individuos. ¿Y el resto de las palmas de cera?

El lío ya pasó a instancias judiciales, pues el director de la CRQ, Jhon James Fernández, denunció a Ocampo por injuria y calumnia cuando este dijo tener las pruebas de las irregularidades en el proyecto de siembra de palmas de cera a través de sus redes sociales. Cuando El Espectador intentó comunicarse con Fernández, le informaron que el director estaba haciendo una ronda con funcionarios de la Procuraduría, la Alcaldía de Salento y el Concejo directivo de la CRQ por los lugares en donde se había realizado el proyecto.

Una promesa para recordar

En diciembre del año pasado, el ministro de Medio Ambiente, Luis Gilberto Murillo, le aseguró a El Tiempo que probablemente en mayo de 2018, el área del río Tochecito, entre Cajamarca (Tolima) y Salento (Quindío), conocida por albergar unos 600.000 ejemplares de palma de cera, sería declarada como una zona de reserva forestal. Esto blindaría a las palmas de cera de la ganadería, la agricultura, el turismo desordenado y masivo, y la minería, y permitiría a los campesinos continuar con actividades de bajo impacto para su sustento.

Por Redacción VIVIR

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