Popó de hipopótamo, ¿un problema para los peces?

Un estudio realizado en el río Mara demuestra que las heces de este mamífero son mortales para algunos peces, porque reduce los niveles de oxígeno de la fuente hídrica.

- Redacción Vivir
17 de mayo de 2018 - 03:17 a. m.
Todos los días, los 4.000 hipopótamos depositan en el Mara 8.500 kilogramos de desechos en solo 100 kilómetros de largo del río.  / Pixabay
Todos los días, los 4.000 hipopótamos depositan en el Mara 8.500 kilogramos de desechos en solo 100 kilómetros de largo del río. / Pixabay

Chris Dutton y Amanda Subalusky notaron que cada vez que el río Mara, ubicado en la frontera entre Kenia y Tanzania, subía unos pies de altura, la orilla se llenaba de miles de peces muertos. Al comienzo, las autoridades culparon a los agricultores por rociar pesticidas en la zona. 

Sin embargo, esta teoría no convenció a la pareja. Iniciaron una serie de experimentos, por medio de barcos controlados con control remoto a distancia, una presa improvisada y tanques de agua llena de excremento, para descubrir a los principales culpables de la mortandad de peces. Encontraron que eran los hipopótamos. 

Este mamífero durante la noche deambula para pastar, mientras que en el día regresa al río para sentirse fresco. Constantemente orinan y defecan allí. Los resultados del estudio, publicado en la revista Nature, mostraron que todos los días, los 4.000 hipopótamos depositan en el Mara 8.500 kilogramos de desechos en solo 100 kilómetros de largo del río.

Dutton explica que hay popó de hipopótamo en todas partes, hasta en las rocas. "En el puente, puedes poner una red en el agua durante unos segundos, y todo el centro estará cubierto de heces", añade. El lodo y el agua en el fondo del Mara tiene estancado amoníaco, metano, sulfuro de hidrógeno y otros grotescos químicos. 

Además, la pareja analizó los flujos de descarga, que son los eventos que se presentan durante las fuertes lluvias y las inundaciones en las piscinas de hipopótamos. Allí, estos animales agitan el barro y lo envían aguas abajo. El resultado que arrojó el registrador de oxígeno fue que estos flujos reducen drásticamente los niveles de oxígeno del río a niveles que pueden ser letales para algunos animales acuáticos. 

Para probar esta teoría Dutton y Subalusky pusieron heces de hipopótamo en botellas de agua y probaron que los niveles de oxígeno disminuyeron. Pero, para ellos no fue suficiente. Buscaron la manera de simular el flujo de un río. Reprodujeron una piscina de hipopótamos, de 16.000 litros de aguas residuales, posteriormente, lanzaron sacos de arena. Una vez más comprobaron que los niveles de oxígeno bajaron. 

Esta no es la primera vez que se hace un estudio de esto. Hace un par de semanas Keenan Stears, de la Universidad de California en Santa Bárbara, hizo un trabajo similar en el Gran Río Ruaha de Tanzania. Stears descubrió que las piscinas con muchos de estos mamíferos tienen menos niveles de oxígeno y que solo cuando el agua fluye nuevamente, los peces se recuperan.  

Stears hace un llamado a las autoridades ya que estima que cerca del 94% de la población de hipopótamos de África viven en ríos parecidos al Ruaha, que ya están empezando a secarse. Resalta la importancia en hacer esfuerzos para mantener los flujos en estos sistemas fluviales. 

Por - Redacción Vivir

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