Para un juez en Medellín, contaminar el río es un acto de “buena fe”

Importcolex, sancionada por verter químicos, demandó a Corantioquia para librarse de una millonaria multa. Hace dos meses un juez falló a favor de esta empresa porque, según él, pintar recursos hídricos no significa contaminarlos.

Camila Taborda
15 de diciembre de 2016 - 03:42 a. m.
Hasta la fecha las autoridades ambientales en Antioquia han hecho 33 sanciones por colorear el río Medellín.  / Manuel Saldarriaga Quintero - “El Colombiano”
Hasta la fecha las autoridades ambientales en Antioquia han hecho 33 sanciones por colorear el río Medellín. / Manuel Saldarriaga Quintero - “El Colombiano”
Foto: Ligia Hamman Murillas - Saldarriaga Quintero, Manuel

En un bosque húmedo de Caldas, llamado el Alto de San Miguel, nace el río Medellín. Su caudal fluye 21 kilómetros para llegar al municipio de La Estrella, al sur del Valle de Aburrá. Allí se topa con tres quebradas, tuberías de tanques para purificar las aguas negras, y su primer problema: caños que bajan del sector industrial ubicado en el corregimiento de La Tablaza. Uno de estos conductos desciende de Importcolex, la primera empresa multada por Corantioquia a causa de vertimientos al río. (Lea: Autoridades identifican a responsables de vertimientos en el río Medellín)

El 10 de marzo de 2013 habitantes del sector divisaron sobre la corriente un chorro azul índigo que surgía de entre los matorrales. Cuando el Área Metropolitana asistió el hecho desde la zona urbana de La Tablaza, a la altura del puente de Botero, la mancha que desembocaba de Importcolex se esparcía desde la margen izquierda del cauce precipitándose hacia la ciudad. (Lea: Otra empresa multada por verter contenidos colorantes al río Medellín)

Cuatro meses después la autoridad ambiental regresó. Tuiteros habían denunciado el color verde azul que tenía el río debido a las descargas vertidas por el mismo tubo. Cuando se hizo la respectiva visita, sin que Importcolex hubiera reportado alguna falla en su sistema, el coordinador de Gestión Ambiental se escudó diciendo que la planta de tratamiento poseía un daño para depurar los líquidos contaminantes y que no contaban con un plan de contingencia para esta situación.

— Carlos Mario Montoya (@CarlosMarioMont) 2 de julio de 2013En agosto ya la tintura era roja, azul y naranja. A mediados del mes, cuando las manchas alcanzaron suelo rural, Corantioquia les ordenó que suspendieran la descarga de químicos, lo cual fue inútil. La excusa de Importcolex era un supuesto permiso de vertimiento a nombre de otra empresa, disuelta años atrás y sin ninguna relación con éstos.

Así que hace dos años los multaron para que repararan los daños causados, a través de la Ley 1333 de 2009. Fue la primera sanción impuesta en los 21 años de esta autoridad ambiental. De hecho, el escarmiento era doble: $348 millones saldados por pintar el río Medellín el 23 de julio de 2013, y a causa de seguir arrojando al afluente los químicos con los que tiñen telas, la suma de $157 millones.

Pero Importcolex demandó a Corantioquia este año para librarse de pagar la última deuda y lo logró. Armel Vásquez Mejía fue el juez del caso, quien consideró que la empresa era inocente por haber creído estar en el sistema de alcantarillado y, por ende, haber vertido en los caños cuantas sobras químicas generaran, sin necesitar permiso. Es más, según el despacho, “no existe en Colombia norma que regule la coloración como afectación”. Entre tanto, el Ministerio Público no se manifestó al respecto.

De manera que el 20 de octubre se anuló la millonaria multa, encima se le exigió a la autoridad ambiental pagarle un salario mínimo a Importcolex para resarcir el escándalo. En declaraciones a El Colombiano el director de Corantioquia, Alejandro González, contó que “el fallo del juez decía: ‘Es que el vertimiento lo hicieron de buena fe, entonces usted (la autoridad ambiental) no lo puede multar, quítesela’. Siete meses duró el procedimiento en contra de esta empresa para sustentar la multa, para que después venga la justicia a dañar todo”.

Ahora bien, este no es sólo el caso de Importcolex; hasta la fecha las autoridades ambientales en Antioquia han hecho 33 sanciones por colorear el río, más de $2.500 millones. Tanto así, que redoblaron esfuerzos con vigilancias en la madrugada, porque a las 3 a.m. las empresas tiran los líquidos residuales escondiéndose del monitoreo, y sólo hasta que aclara el día los usuarios del metro advierten los colores sobre la corriente.

En Bogotá no es distinto, de acuerdo con la Secretaría de Ambiente, se multaron 21 compañías durante este año y la lista de infractores no acaba, hasta colegios y universidades han sido sorprendidos contaminando recursos hídricos.

— Luis Alfonso Yepes B (@luisyepesb) 24 de septiembre de 2016

Por Camila Taborda

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