En fotos: así es el campamento de lujo en el corazón del desierto de Utah
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“En este santuario remoto en sintonía con la naturaleza, los huéspedes pueden experimentar la soledad, la privacidad, el escapismo y la aventura”, explican desde Amangiri.
Tal y como su nombre en sánscrito lo indica, Camp Sarika es un “espacio abierto al cielo”, ideal para las familias que buscan una escapada de aventura, parejas que buscan intimidad o personas que quieren encontrar una experiencia exclusiva. Es el primero de su tipo en América del norte.
El campamento de lujo tiene 55 hectáreas vírgenes y está a cinco minutos en carro de su icónico resort hermano: Amangiri. Aunque los huéspedes del campamento disfrutan de acceso completo a las instalaciones del resort, todo lo que necesitan está convenientemente ubicado en Camp Sarika.
Con impresionantes vistas, el campamento cuenta con diez tiendas o pabellones de lujo, cada uno con su propia terraza al aire libre y una relajante piscina privada.
Las tiendas y sus dormitorios están diseñados por Luxury Frontiers y cada una de ellas se inclina hacia las formaciones de arenisca. Cubiertas con techos de lona suave y tejidas con botellas de plástico recicladas, también cuentan en su interior con una o dos habitaciones, sala de estar, comedor y bar.
Los cinco pabellones, de una habitación, tienen 175 m2, mientras que los cinco pabellones de dos habitaciones tienen 262 m2.
Están ubicados de manera intuitiva para proporcionar máxima privacidad y vistas sin obstáculos, al tiempo que permiten un fácil acceso al pabellón principal del campamento que cuenta con dos suites de spa, restaurante, piscina y jacuzzi.
Con el chef Anthony Marazita a cargo, el restaurante del campamento está abierto todo el día y sirve platos innovadores centrados en la cocina del sudoeste de los nativos norteamericanos. El menú del restaurante cambia a diario, incorporando los productos locales más frescos, además de servir platos vegetarianos y veganos.
Camp Sarika está ubicado a pocos kilómetros de la Reserva de la Nación Navajo y de cinco parques nacionales, que incluyen Zion, Grand Canyon y Bryce.
“En este santuario remoto en sintonía con la naturaleza, los huéspedes pueden experimentar la soledad, la privacidad, el escapismo y la aventura”, explican desde Amangiri.
Tal y como su nombre en sánscrito lo indica, Camp Sarika es un “espacio abierto al cielo”, ideal para las familias que buscan una escapada de aventura, parejas que buscan intimidad o personas que quieren encontrar una experiencia exclusiva. Es el primero de su tipo en América del norte.
El campamento de lujo tiene 55 hectáreas vírgenes y está a cinco minutos en carro de su icónico resort hermano: Amangiri. Aunque los huéspedes del campamento disfrutan de acceso completo a las instalaciones del resort, todo lo que necesitan está convenientemente ubicado en Camp Sarika.
Con impresionantes vistas, el campamento cuenta con diez tiendas o pabellones de lujo, cada uno con su propia terraza al aire libre y una relajante piscina privada.
Las tiendas y sus dormitorios están diseñados por Luxury Frontiers y cada una de ellas se inclina hacia las formaciones de arenisca. Cubiertas con techos de lona suave y tejidas con botellas de plástico recicladas, también cuentan en su interior con una o dos habitaciones, sala de estar, comedor y bar.
Los cinco pabellones, de una habitación, tienen 175 m2, mientras que los cinco pabellones de dos habitaciones tienen 262 m2.
Están ubicados de manera intuitiva para proporcionar máxima privacidad y vistas sin obstáculos, al tiempo que permiten un fácil acceso al pabellón principal del campamento que cuenta con dos suites de spa, restaurante, piscina y jacuzzi.
Con el chef Anthony Marazita a cargo, el restaurante del campamento está abierto todo el día y sirve platos innovadores centrados en la cocina del sudoeste de los nativos norteamericanos. El menú del restaurante cambia a diario, incorporando los productos locales más frescos, además de servir platos vegetarianos y veganos.
Camp Sarika está ubicado a pocos kilómetros de la Reserva de la Nación Navajo y de cinco parques nacionales, que incluyen Zion, Grand Canyon y Bryce.
“En este santuario remoto en sintonía con la naturaleza, los huéspedes pueden experimentar la soledad, la privacidad, el escapismo y la aventura”, explican desde Amangiri.