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7 lugares ideales para el avistamiento de aves en Colombia

Colombia es el país con mayor registro de aves en el mundo, por eso, es el destino ideal para el aviturismo, un sector del que dependen cientos de familias en el país. Estos son algunos de los destinos que puede visitar y ayudar a conservar.

María Alejandra Castaño Carmona
08 de agosto de 2020 - 04:00 p. m.
En las más de 114 millones de hectáreas que conforman el territorio nacional, los científicos han logrado registrar más de 1.900 especies de aves.
En las más de 114 millones de hectáreas que conforman el territorio nacional, los científicos han logrado registrar más de 1.900 especies de aves.
Foto: Cortesía: Juan Ortiz (The Colombian Project) y Anderson Muñoz

En Colombia hay más de 1.932 especies de aves, según cifras del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, un número que convierte al país en el territorio con mayor diversidad de aves en el mundo, seguido por Perú y Brasil.

Además, Colombia este año volvió a llevarse el primer puesto, y por cuarta vez consecutiva, en el Global Big Day, competencia internacional de conteo de aves que se celebró el pasado 9 de mayo. Con un total de 1.440 especies observadas, superando a países como Perú, Ecuador y Brasil, cientos de pajareros de todo el país registraron desde sus hogares el mayor número de especies en el mundo.

“Se confirma nuevamente el potencial en turismo de naturaleza que tiene el país. Ganar por cuarta vez consecutiva esta competencia significa que la biodiversidad de Colombia es invaluable y que por eso debemos protegerla con un turismo responsable y con actividades que generan conciencia de conservación. Es una nueva razón para seguir en contacto con los viajeros extranjeros y estar listos para recibirlos una vez se reactive el turismo internacional”, dijo Flavia Santoro, presidenta de ProColombia.

(Lea también: Colombia, destino de naturaleza)

Estos son algunos de los destinos ideales para los amantes de los pájaros, destinos llenos de vida y biodiversidad que podemos conocer y ayudar a proteger, cuando pase la pandemia.

1. El Dorado, Sierra Nevada de Santa Marta

La Reserva Natural de las Aves El Dorado fue creada el 31 de marzo de 2006, basándose en la urgencia de conservar uno de los sitios más frágiles e importantes de Colombia, la Sierra Nevada de Santa Marta, hábitat de un gran número de especies animales y vegetales únicas.

Lleva el nombre de la legendaria ciudad de oro y es la reserva insignia de la Fundación ProAves. Según Juan Ortiz, cofundador de The Colombian Project y experto pajarero, es el mejor sitio de observación de aves de Colombia.

Durante cualquier visita a El Dorado y San Lorenzo Ridge, los observadores de aves pueden ver hasta más de 20 de las increíbles 24 especies endémicas de la Sierra.

Como será la grandeza y riqueza del lugar, que la Sierra Nevada de Santa Marta fue declarada como la concentración de biodiversidad más irremplazable del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), testimonio del nivel más alto de endemismo.

Además, la Unesco la declaró Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad, en 1979, dada la red de ecosistemas que albergan innumerables formas de vida y que son hogar de varias comunidades indígenas.

Según Colparques “La Sierra es la cuna de los Tayrona, la más monumental y singular civilización indígena del país. Allí viven alrededor de 30,000 indígenas de las etnias Kogui, Arhuaco, Kankuamo y Wiwa (Arsarios). Es la montaña más alta del mundo a orillas del mar y tiene las dos montañas más altas de Colombia, los picos Colón y Bolívar”.

Tal como cuenta Juan Ortiz, las montañas de la Sierra (que cubren un área total de alrededor de 600.000 hectáreas, de las cuales 383.000 hectáreas están protegidas por el parque nacional del mismo nombre) albergan alrededor de 600 especies de aves, un poco menos de un tercio del total de Colombia.

Algunas de las aves que se pueden ver son: Búho chillón de Santa Marta, Frontera de cola blanca, Antpitta de Santa Marta, Periquito de Santa Marta, entre muchas otras.

2. Kilómetro 18 y Anchicayá, Andes Occidentales sobre Cali

En el kilómetro 18 de la carretera que va hacia Buenaventura desde Cali, se pasa por el Bosque de San Antonio, un tramo de bosque que alguna vez estuvo conectado con el Parque Nacional Natural Farallones de Cali, que es uno de los lugares más biodiversos del planeta.

“Por la carretera donde uno se desvía, en ese kilómetro 18, hay varias opciones de fincas muy buenas para el aviturismo, donde uno puede ver más de 100 especies en un día”, dice Juan Ortiz.

Este bosque y su éxito como destino de observación de aves pueden estar estrechamente relacionados con el éxito de la primera feria internacional de aves de Colombia, Colombia Birdfair, cuyo fundador, el caleño Carlos Mario Wagner, ha trabajado incansablemente por la preservación del Bosque Nuboso de San Antonio, ayudando a que sea nombrado como Important Bird Area por la reconocida ONG estadounidense Birdlife International.

El Valle de Río Anchicayá, a menos de una hora y media de Cali, y ubicado en las laderas occidentales de los Andes occidentales, es otro imperdible para los amantes del aviturismo. En esta carretera, que antes comunicaba a Cali con Buenaventura, también se pueden ver cientos de aves.

El Camino Anchicayá, como se conocer ahora, está en la parte trasera del Parque Farallones y se puede bajar desde los 1600 metros hasta casi el nivel del mar. Al igual que otros ríos que desembocan en el Pacífico, el Anchicayá es alto en biodiversidad.

Este destino, además, tiene un estatus legendario, ya que Steven Hilty, uno de los más famosos guías de aviturismo del mundo, lo puso como protagonista en el famoso libro, “Guía de Aves de Colombia”.

Otro de los imperdibles, según el cofundador de The Colombian Project es la casa de Doña Dora Londoño, un ejemplo de lo que el trabajo duro y el gran corazón pueden hacer para lograr lo que ahora es una historia de éxito en el ecoturismo.

Su casa es ahora un sitio clave para cualquier recorrido de observación de aves en el área, no solo por la deliciosa comida, en especial las empanadas de queso, y el excelente servicio hogareño que brinda, sino por la gran cantidad de aves excelentes y raras que se pueden encontrar aquí.

“Doña Dora Londoño ha sido una bendición para la zona y los pájaros para ella”, asegura Juan Ortiz.

3. Hato La Aurora, Casanare

La Aurora es un sitio legendario en los círculos conservacionistas colombianos, dada su total dedicación a la conservación de la vida silvestre durante los últimos 30 años. Esta reserva de 17.000 hectáreas de ganadería, ubicada a cinco horas de Yopal, ha tenido una prohibición de caza durante décadas, y la abundante vida silvestre que habita la sabana, bosques, ríos y lagunas que componen los Llanos, ha florecido con resultados sorprendentes.

La vida silvestre aquí abunda y durante la estación seca, donde los abrevaderos son menos extensos y la vida silvestre se concentra en áreas más pequeñas, no es raro acumular más de 150 especies de aves con muchas especialidades ribereñas junto con grandes e increíbles mamíferos y reptiles. Jaguares, chigüiros, venados, aves y anacondas están a pocos metros de vacas y caballos.

La Aurora, además, como cuenta Juan Ortiz, tiene una de las poblaciones más altas por kilómetro cuadrado de jaguar.

Una gran opción de hospedaje es el Ecolodge Colombia Juan Solito. Los hermanos Barragán durante años han manejado la reserva, y, además de guiarlo por este pedazo de paraíso de los Llanos, a orillas del río Ariporo; le mostrarán toda la riqueza cultural de la zona, con bonitas demostraciones artísticas.

4. Montezuma

El camino de Montezuma serpentea hasta la cima del Cerro del mismo nombre. A ambos lados de la carretera, un increíble bosque superhúmedo (selva tropical) se extiende en todas direcciones y cubre uno de los parques nacionales mejor conservados de Colombia: el Parque Nacional Natural Tatamá o ‘Abuela de las aguas’, en lengua Embera.

Según Parques Nacionales Naturales de Colombia, la ubicación geográfica, la presencia de un páramo virgen y el excelente estado de conservación, hacen del Parque Tatamá un área protegida de alto interés científico, y un refugio natural intacto para muchas especies vegetales y animales. El parque se destaca en la cordillera Occidental por el excelente estado de conservación de sus ecosistemas.

“En su territorio nacen afluentes que drenan las vertientes de los ríos San Juan y Cauca y en su parte más alta alberga el páramo de Tatamá, que junto con los de Frontino y El Duende son los únicos tres páramos de Colombia que no han sufrido alteración humana”, informa Parques Nacionales Naturales.

“En el Cerro Montezuma hay 11 increíbles especies de aves endémicas y 40 casi endémicas que se pueden ver a lo largo de este camino. Incluyen especies típicas andinas con una gran variedad de especialidades de la región biogeográfica del Chocó. También se pueden ver una gran cantidad de orquídeas y plantas endémicas “, dice el cofundador de The Colombian Project.

La recomendación de hospedaje es Montezuma Ecolodge. Doña Leopoldina Tapasco y sus hijas han logrado posicionar como uno de los mejores sitios de observación de aves de Colombia.

Algunas de las aves principales allí son: Tangara anillada de oro (endémica), Tangara negra y dorada (endémica), Picaflores de vientre castaño (endémica), Munchique Wood-Wren (endémica), Emperatriz Brilliant, Gran Scythebill, Beautiful Jay, Black Solitaire, entre otras.

“Allí la abundancia de aves es increíble y muchas especies que se encuentran en ese lugar son únicas en la región y el mundo”, complementa Juan Ortiz.

5. San José del Guaviare, Guaviare

San José del Guaviare está en el límite geográfico que separa los Llanos Orientales de la selva amazónica. Debido a esto, allí se pueden ver muchas especies de los Llanos junto con una gran variedad de especies amazónicas. Hay más de 550 especies registradas en el departamento de Guaviare.

Algunas de las aves principales de Guaviare son: gallito de las rocas de Guyana (que se encuentra solo cerca de afloramientos rocosos del escudo de Guayana), halcón pecho naranja (posiblemente la rapaz más rara del neotrópico), jacamar orejiblanca, coqueta festiva, frailecillo castaño , Tanager con manchas negras y Rabadilla de ópalo, entre muchos otros.

San José es uno de los destinos emergentes más emocionantes de Colombia, no solo para la observación de aves, sino también para la arqueología, la cultura, la aventura y la observación de la vida silvestre en general.

Actualmente, la capital de este departamento que es sinónimo de vida, biodiversidad y resistencia, está nominado en los en los World Travel Awards, conocidos como los “Oscar del Turismo”.

(Lea también: Guaviare renace con el turismo)

6. Parque Nacional Natural Los Nevados y Termales del Ruiz

Como cuenta Ecosistemas Travel, el Parque Nacional Los Nevados se ubica en la región cafetera de los Andes centrales de Colombia. Es conocida por sus volcanes nevados, glaciares, lagos y bosques. El volcán activo Nevado del Ruiz se encuentra en el norte. Más al sur está el lago Verde de color esmeralda, el lago Otún lleno de truchas y el Nevado del Tolima con su cumbre cubierta de nieve. El parque alberga colibríes, águilas, loros y cóndores. Tiene altas palmas de cera y frailejones.

Uno de los lugares recomendados para hospedarse, descansar, respirar aire puro y desconectarse completamente es el Hotel Termales del Ruíz, donde, además, se puede hacer avistamiento de aves endémicas y casi endémicas de la región alto andina.

Por su ubicación privilegiada cuenta con un paisaje impactante por la belleza de la naturaleza que lo rodea, así mismo una espectacular vista a la ciudad de Manizales, y en la noche un firmamento con variedad de azules, lleno de estrellas y la luna en todo su esplendor.

Dentro de las aves que puede ver en el Hotel se destacan el Colibrí Paramuno (Aglaeactis cupripennis), Terlaque Andino (Andigena hypoglauca), Inca Galoneado (Coeligena lutetiae), Calzoncitos Piernioscuro (Eriocnemis derbyi) e Inca Collarejo (Coeligena torquata).

7. Río Blanco

Es uno de los mejores sitios de observación de aves del mundo, no solo por sus 4.343 hectáreas de bosques andinos maravillosamente conservados, o sus 380 especies registradas, sino porque durante los últimos años, los guías locales de esta reserva han estado alimentando y persuadiendo a algunos del género de aves más difícil de ver del mundo: Antpittas.

“Estas aves acechantes que parecen bolas en dos palos, son aves terrestres de los bosques, lo que normalmente hace que los buenos avistamientos sean una rareza en lugar de algo común. A medida que se acerque con el guía local, verá a estas hermosas pequeñas criaturas saltar silenciosamente de la maleza tan pronto como escuchen sus pasos. En total, en la reserva se encuentran 7 especies de Antpitta, un número asombroso y testimonio de lo especial que es este lugar”, cuenta Juan Ortiz.

Una buena opción para hospedarse es Hacienda Venecia, allí podrá disfrutar de 226 especies, de las 900 que aproximadamente se encuentran en el eje cafetero.

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