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“En Asia los elefantes son prosperidad de nuestra tradición”

La fundadora del Santuario Green Hill Valley en Myanmar, antes conocida como Birmania, en el Sudeste Asiático, habla de cómo cuidan a los elefantes, su operación y la apuesta por un turismo ético.

María Mónica Ruiz
04 de agosto de 2020 - 03:58 p. m.
Tin Win Maw es la fundadora del Santuario en Myanmar en el Sur Este asiático habla de cómo cuidan a los elefantes, su operación y la apuesta por un turismo ético.
Tin Win Maw es la fundadora del Santuario en Myanmar en el Sur Este asiático habla de cómo cuidan a los elefantes, su operación y la apuesta por un turismo ético.
Foto: Cortesía

Planear un viaje donde el único objetivo es estar cerca de los elefantes es algo que muchos sueñan con realizar. Estos animales, además de representar a los mamíferos más grandes del planeta, son emblemáticos. Para quienes vivimos lejos de ellos, constituyen una atracción turística que además permite situarse cerca de los ecosistemas exóticos y así vivir momentos inolvidables.

 Hay dos grandes razas de elefantes. La primera es la Loxodonta Africana. Los ejemplares de esta variedad solo viven en África y, desde 2008, se encuentran en la lista roja de especies en vía de extensión de la Unión Internacional para la Conservaciones de la Naturaleza (ICUN). Los machos alcanzan un tamaño de hasta 3,2 metros de altura, con peso de 10 toneladas. Las hembras alcanzan un peso máximo de 4,6 toneladas.

 La segunda raza, también “en vía de extinción”‘, identificada como Elephas maximus, son los elefantes asiáticos. Las diferencias físicas más representativas entre estos son: menor tamaño, su trompa o moco tiene un “dedo” a diferencia de los africanos que tienen dos “dedos” en la punta, y sus orejas son más pequeñas las cuales mantienen en constante movimiento para refrescarse.

 Según publicación de la WWF, cuando las condiciones son las apropiadas, las hembras pueden dar a luz cada 2,5 a 4 años. Las crías permanecen al cuidado de sus madres hasta los cuatro años. Su edad de madurez sexual está alrededor de los 9 años, aunque los machos solo empiezan su actividad sexual hasta llegar a los 14 años.

 No todos los elefantes asiáticos están en la vida salvaje. Una población que asciende a 13.000 son domesticados y son considerados fuente de desarrollo. Nacen y crecen entre los humanos y trabajan en la industria de la madera constructiva y alcanzan a ser parte de la familia de sus dueños.

La figura del “mahout”, humano que cuida a elefante, es más que un cuidador y se convierte en un hermano del animal. Los gobiernos como India, Myanmar y Tailandia son los propietarios de la mayoría de los elefantes domesticados y los utilizan en sus diversas industrias.

 En la India monárquica, la realeza los usaba para jugar polo. Actividad que recientemente volvió a instalarse en Sri Lanka, Tailandia y Nepal con campeonatos de Polo, considerada por Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), barbárica y poco ética, pero con su actividad se han desarrollado carreteras y ciudades. Incluso, estos animales han sido pieza fundamental para recuperación y rescate de humanos en desastres naturales, tal como sucedió durante el tsunami de 2004 que devastó las costas del Sur Este asiático.

El turismo en Asia tiene a los elefantes como uno de sus atractivos. La palabra “santuario” se asocia a las actividades que incluyen a estos gigantes. Por eso, los hoteles permanecen empapelados con folletos que promocionan paseos a lomo de elefantes, shows de entretenimiento, y que, incluso, usan su inteligencia para enseñarles a pintar cuadros con sus mocos delante de los espectadores. Por esto, muchos “santuarios” distan de ser lugares de protección y, en ocasiones, es lo contrario. Existen pautas para identificar las fincas que los protegen y evitan largas horas de trabajo.

El Espectador estuvo en Green Hill Valley, en Myanmar, antes conocida como Birmania, a dos millas del pueblo denominado Kalaw, y tuvo acceso a un verdadero santuario de Elefantes. Para detallar la cotidianidad de estos maravillosos mamíferos, conversó con Tin Win Maw, su cofundadora y directora.

¿Cómo visualiza Green Hill Valley en el futuro sabiendo que Myanmar está en pleno crecimiento turístico?

Junto a mi esposo trabajamos en turismo y hemos establecido Green Hill Valley un campamento responsable para el cuidado de elefantes. El crecimiento turístico depende de la constitución de nuestro país y ofrece transparencia, paz y atracciones de los turistas. Sin embargo, Green Hill Valley es un lugar donde los visitantes pueden participar en las actividades de cuidado de los elefantes. Nuestro enfoque es compartir el turismo ético y recalcar que es necesario para operar en Myanmar.

¿Cómo identifica a los buenos “santuarios” de aquellos en los que los elefantes se utilizan para entretener a los humanos?

 Depende de la gestión, los campamentos y los proveedores. La atención veterinaria regular y el bienestar de los elefantes son necesarios para la gestión de la reserva.  Los veterinarios, biólogos y expertos dan las pautas adecuadas para la salud y cuiddo de los elefantes.

¿Qué diferencia a Green Hill Valley de las demás reservas en Myanmar?

Limitamos el número diario de visitantes. Su cuidado con seguridad es nuestra prioridad y Green Hill Valley es el lugar donde se puede aprender qué necesita el turismo para ayudar a los elefantes de manera adecuada.

¿Cómo migraron a una iniciativa que también combate la deforestación?

 Myanmar necesita educación y la deforestación ocurre por falta de educación ambiental. El área del centro de cuidado de elefantes había sido deforestada por la tala ilegal de árboles para leña. GHV comenzó en 2011 con dos elefantes. Luego creamos la primera escuela primaria para la aldea y ofrecimos oportunidades de trabajo para los aldeanos. Junto a los visitantes internacionales replantamos árboles para recuperar el bosque. Después de nueve años obtuvimos el reconocimiento de la asociación forestal de Myanmar.

 Hay países que vetan el turismo irresponsable con elefantes, como sucede en Camboya que prohibió la promoción y práctica de los paseos en elefante, ¿qué opina de esta medida?

 En "Green Hill Valley" no criticamos los paseos en elefantes. Varios lugares tienen situaciones diferentes. Nuestra forma de sensibilización se centra en el bienestar de la comunidad de los elefantes, con atención veterinaria adecuada.

¿Cuál es la población de elefantes domesticados en Myanmar y cuáles son las posibilidades de que regresen a la vida silvestre?

 En Myanmar el número de población de elefantes domésticos es de 5.693. En comparación con otros países asiáticos, la mayoría de nuestros elefantes pueden deambular en la naturaleza después de sus trabajos. Cuando los elefantes ya no se utilicen para el trabajo, el regreso a la vida silvestre es la idea apropiada.

¿Cómo son los elefantes domesticados? ¿Y qué se les propone hacer?

En toda Asia (no solo en Myanmar), los elefantes son nuestra tradición. Algunos los usan para festivales, transporte, agricultura y entretenimiento.

¿Cuánto tiempo vive un elefante?

 Entre 70 y 80 años. La vida puede ser larga a voluntad de Dios.

¿Qué extensión y tierra necesita tener un elefante? ¿Qué y cuánto comen?

 Si el buen alimento natural y el agua corriente son abundantes, la extensión en tierra para el elefante puede ser suficiente de 6 a 10 km2. Un elefante asiático adulto generalmente come 125-150 kg de vegetación húmeda al día.

¿Cómo es un día en la vida de un elefante?

 Beben y se bañan en la mañana y la noche. El tiempo de comer es al menos 16 horas de su tiempo de vigilia. No duermen tanto. Beben entre 100 y 120 litros por día.

El mahout es la persona que crece y se preocupa por los elefantes, ¿cómo se convierten las personas en mahout?

 La mayoría no están bien educados, pero generalmente están familiarizados con los elefantes por sus padres. Por lo tanto, el conocimiento y las habilidades se transmiten a los descendientes. Los mahouts deben ser firmes, amables, incluso moderados y enseñar los conocimientos técnicos y tradicionales, las habilidades y los remedios tradicionales con hierbas y plantas autóctonas.

 ¿Los elefantes tienen un período biológico en el que tienen que estar separados de otros elefantes y humanos, ¿por qué sucede esto y qué hay que hacer para evitar que el asunto se salga de control?

Hay un período biológico entre los elefantes que se llama “Mon” en Myanmar o “musth” en el resto de Asia. Se trata de una secreción oleosa, de fuerte olor, secretada por la glándula temporal en los machos maduros, mayores de veinte años. El período de “musth” varía entre pocos días a seis semanas o más. Es necesario seguir los “"mahouts” experimentados para la gestión de control del elefante y garantizar la seguridad del personal, los visitantes y el elefante mismo.

¿Cuáles son los usos más comunes de las partes de elefante en el mercado negro?

Los marfiles, las pieles, las trompas y cada parte del cuerpo se están extendiendo ampliamente en el mercado negro.  

¿Los cazadores pertenecen a comunidades locales? ¿Quién compra estos productos ilegales o piezas de elefante?

Los cazadores furtivos llegan de comunidades rurales. Creo que los compradores ilegales pueden ser traficantes de animales codiciosos y su loco trofeo.

Por María Mónica Ruiz

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