Más de 100 miembros del resguardo indígena de Chimborazo, fueron desplazados por los enfrentamientos violentos dentro de la misma comunidad. “La situación que está ocurriendo en el territorio ancestral es complicada porque estamos desplazados por nuestra misma autoridad. Están abusando de la autoridad y violando el derecho a la vida”, dijo un líder de la comunidad a El Espectador, quien solicitó reservar su identidad por seguridad. Los indígenas llegaron al municipio de Morales, Cauca, donde permanecen en un albergue.
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Los hechos violentos se intensificaron desde el 19 de noviembre cuando en el resguardo se convocó una asamblea permanente de control territorial para la erradicación de cultivos ilícitos. “Hubo una mesa de diálogo para llegar a un acuerdo con la juventud que sembró estos cultivos. Ellos esperaron el acuerdo para darle una salida pacífica, pero no sucedió. La autoridad armó a la guardia, intimidaron a las familias y en un forcejeo hubo un muerto”, explicó el líder.
Emiliano Chocue, poblador del resguardo indígena de esa zona, fue la víctima de estos hechos. Recibió tres impactos de bala por parte del escolta de uno de los dueños de cultivos ilícitos de la región.
Tras lo ocurrido, las tensiones aumentaron entre la autoridad del resguardo y miembros de la comunidad. “Los que no tenemos armas y estamos de acuerdo con las políticas de igualdad, no tenemos derecho a hablar. Un compañero habló y fue torturado”, dijo un miembro de la comunidad.
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Desde hace cinco años el resguardo está fragmentado. “Hay divisón de unos que quieren mandar y desconocen el derecho al trabajo y a la salud”, dijo el líder. Varias personas afirmaron que se quedarán en el albergue hasta que les den garantías. “Queremos decirle al Estado, que hay gente que nos está violando los derechos. Necesitamos que intervengan”.