Este sábado 42 caballos que trabajaron por largos años al interior del río como cocheros en la extracción de arena, sufriendo maltratos por las largas horas de trabajo y pesos descomunales, fueron adoptados por varias familias en Turbo (Antioquia). Currulao fue la zona rural elegida para hacer este proceso de adopción por tener una mayor actividad en el oficio de cocheros que trabajan con los equinos.
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“Uno de ellos es Blanco, un caballito que durante varios años ha estado acompañando a Isidoro Peréa a trabajar cada mañana en el Río Currulao. Allí, sacan la arena que sus clientes solicitan para las construcciones u otro tipo de necesidades”, se lee en el comunicado emitido por la Alcaldía de Turbo. “Ellos serán relevados por 35 motocarros y 7 unidades productivas que les darán el sustento a sus anteriores familias”, informó la Alcaldía.
Desde agosto del año pasado, la Gobernación de Antioquia lanzó la campaña “Adopta un caballo”. El objetivo del proyecto es que las familias que emplean caballos para trabajar, reciban un vehículo de tracción mecánica (motocarga), o recursos para adquirir bienes o materias primas que les permitan cambiar su actividad productiva. La meta, anunciada en ese momento por la Gobernación, es lograr la adopción de al menos 360 caballos del departamento en un lapso de dos años.
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En esa fecha, la gobernación insistió en que los caballos serán adoptados únicamente con fines de jubilación, equinoterapia o recreación. No se usarán para actividades como: labores de arriería, labores de carga, realización de intervenciones invasivas o quirúrgicas de corte académico o experimental, actividades de trabajo, sobresfuerzo o cualquier intervención que afecte el bienestar de los animales adoptados.