Desde el primer semestre de este año el desplazamiento masivo ha afectado a las comunidades afrodescendientes e indígenas (Wounaan) que habitan en las zonas del Bajo San Juan y el Bajo Calima de Buenaventura, en el departamento del Valle del Cauca, y en el municipio del Litoral del San Juan, en el departamento del Chocó.
La Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), denunció este viernes que el desplazamiento masivo se ha dado por cuenta de "las masacres, amenazas, reclutamientos forzados, y otros hechos de violencia armada",
A travpes de un comunicado la organización sostuvo que "la situación se agrava por los vacíos en la respuesta a las emergencias ocurridas por estas situaciones".
La OCHA también resaltó que de las 1.878 personas unas 652 se encuentran en la cabecera municipal de Buenaventura, donde se ha dificultado la atención humanitaria por problemas de infraestructura y atención técnica.
"En general, el escaso conocimiento técnico para la aplicación de los enfoques diferenciales étnicos vulnera y dificulta las condiciones de vida de estas poblaciones", alertó la entidad.
Por su parte, las comunidades ribereñas de Cocalito y Jooin Jeb, en el Valle del Cauca, presentan "situaciones de confinamientos" por "graves limitaciones a la movilidad y restricciones al acceso de bienes y servicios básicos" hechas por un grupo armado no identificado, añadió la información.
En lo corrido del año, detalló la OCHA, el accionar y reposicionamiento de los Grupos Armados Post-Desmovilización (GAPD) y Grupos Armados No Estatales (GANE), así como los enfrentamientos entre éstos y la fuerza pública, agrava la situación humanitaria del Pacífico colombiano.