Expropiedad de Pablo Escobar se irá al suelo para convertirse en monumento para víctimas

Archivo El Espectador

Pasado, memoria, ilegalidad, Escobar. Estas son las palabras que guardan los muros del edificio Mónaco. Lo que ayer estaba enchapado en oro, hoy acumula mugre y óxido. Y, a pesar de esto, sigue siendo un destino turístico para extranjeros que sacian sus preguntas sobre el capo a través de los “narcotours”.

Federico Gutiérrez, desde el inicio de su mandato, ha insistido en que “Medellín no es la que muestra Netflix” y ha recalcado en la necesidad de destruir las huellas del narcotráfico y crear nuevos espacios dedicados a la transformación social que se ha gestado desde las mismas comunas de la ciudad.

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En la vitrina turística de Anato, el mandatario sostuvo de nuevo que “todos esos símbolos de ilegalidad tienen que irse al piso”, pues “fueron construidos a través del dolor y la violencia”. Hoy su propuesta, por fin, está tomando forma.

La idea de la Alcaldía de Medellín es construir en el lugar de la expropiedad de Pablo Escobar un monumento a las víctimas del conflicto y el narcotráfico con las armas fundidas de los paramilitares, que reposan hace nueve años “a la espera de convertirse en un monumento que dignifique” el pasado, así lo reportó el periódico antioqueño El Colombiano. Fueron 18.051 armas las que pasaron de estar en los brazos de los miembros de las AUC a ser 49,5 toneladas de metal.

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Estas serán utilizadas para el parque que florecerá después de demoler el edificio Mónaco. Los encargados del proyecto serán Andrés Felipe Tobón, secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, y Juan David Ramírez, director de la Biblioteca de Puerto Boyacá y asesor del alcalde.

Las armas fundidas también harán parte de un monumento de memoria en el parque principal de Puerto Boyacá.