Así fue la caída de Gustavo Rojas Pinilla

El 10 de mayo de 1957 terminó la dictadura, la gente se volcó a las calles y llegó hasta la sede de El Espectador para agradecer la lucha de este diario.

Redacción El Espectador
08 de noviembre de 2016 - 02:21 p. m.
Edición del 10 de mayo de 1957, con crónica de Germán Pinzón sobre la caída de Rojas y fotografía de Gabriel Cano en hombros de la multitud. A la izquierda sus hijos Guillermo y Fidel Cano.
Edición del 10 de mayo de 1957, con crónica de Germán Pinzón sobre la caída de Rojas y fotografía de Gabriel Cano en hombros de la multitud. A la izquierda sus hijos Guillermo y Fidel Cano.
Foto: Catalina González

En marzo de 1957 comenzó a gestarse la caída de Gustavo Rojas Pinilla. La oposición entre liberales y conservadores unió fuerzas y el 20 de abril en Sitges  (España), tuvo el punto culminante para finiquitar la acción. En este sitio, los expresidentes Laureano Gómez y Alberto Lleras firmaron un pacto para definir los términos de una alianza política una vez se alcanzara la caída de Rojas Pinilla. Entre los acuerdos se autorizó la realización de un plebiscito para formalizar la creación del Frente Nacional. (Vea: Graficarte: la salvación durante la dictadura)
 
En respuesta al frente de oposición de los partidos tradicionales, el 30 de abril de ese mismo año, la mayoría rojista que dominaba la Asamblea Nacional Constituyente, aprobó que el presidente siguiera gobernando hasta 1962. Fue entonces cuando se encendieron los ánimos de la oposición, los partidos políticos convocaron a una huelga general y Rojas Pinilla perdió le último apoyo que le quedaba el Ejército. La presión ciudadana forzó a Rojas a designar una junta militar que los sustituyó el 10 de mayo de 1957. (Lea: Así funcionaba la redacción de El Espectador en los días de la dictadura)
 
Ese día fue de júbilo en Colombia. La dictadura por fin había caído. Desde las 6 de la mañana la gente salió a las calles de las ciudades para reclamar la victoria de la sociedad. En medio de los desfiles, los reclamos de gobierno civil y elecciones y la sensación de libertad, la gente en Bogotá acudió a El Espectador, pidió que Gabriel Cano y sus hijos salieran a la calle, y el primero de los citados fue levantado en hombros por la multitud. Fue una manera de exaltar la gratitud social a la lucha librada por El Espectador y El Independiente en favor de la democracia. (Así fue cómo Guillermo Cano luchó por la libertad de prensa)

Por Redacción El Espectador

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