Los familiares de Jair Roberto Cataño Rodríguez, de 35 años, estaban a punto de velarlo, pero no pudieron hacerlo porque la funeraria Universal entregó un cadáver equivocado.
El hombre murió el sábado 29 de junio en la clínica La Misericordia de un paro cardiorrespiratorio. Un día después, Medicina Legal entregó el cuerpo de Cataño para que hicieran los respectivos servicios fúnebres.
“Llamamos a la Policía y la gente de la funeraria vino y se llevaron el cuerpo como a las 2:00 de la madrugada porque no íbamos a velar un cadáver que no era el de mi hijo. La gente se puso molesta, todo el mundo estaba enfurecido”, manifestó Ruby Rodríguez, madre del hombre a El Heraldo.
Devolvieron el cuerpo del hombre desconocido y manifestaron su inconformismo a la funeraria. Acto seguido, les informaron que Cataño estaba en la Funeraria la Fe. “Lo tenían en una capilla, esperando los familiares para llevárselo para un pueblo. Afortunadamente lo logramos rescatar”, agregó la madre.
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La explicación que le dieron a los familiares fue que Medicina Legal puso el mismo número a los dos muertos. Sin embargo, “en esa dependencia me dicen que el error fue de la funeraria”, explicó Rodríguez.
El cadáver de Jair Roberto Cataño Rodríguez fue sepultado el 2 de julio en el Cementerio Universal a las 4 de la tarde. Sus amigos y allegados le hicieron una calle de honor. Le llevaron música y le hicieron un homenaje juniorista porque era hincha del equipo de fútbol del Junior de Barranquilla.
El hombre era mecánico y también trabajaba como mototaxista en la capital del Atlántico. Tenía un hijo de 12 años y era una persona muy querida por la comunidad del barrio Santuario, en Barranquilla.