La Gran Parada: Alegría y creatividad por la Vía 40 de Barranquilla

Este desfile del Carnaval de Barranquilla comenzó hace 52 años, en el Parque Bellavista. Desde siempre su propósito ha sido rescatar las expresiones de folclor, darle rienda a la creatividad y hacer amable la vida de la gente.

Mayra Escobar Hidalgo - Alianza Uninorte/ El Espectador
04 de marzo de 2019 - 01:35 p. m.
Foto: Daniela Pinto.
Foto: Daniela Pinto.

Aunque estuvo muy vigilado en 2019, para evitar que se presentaran intromisiones en el Cumbióndromo como sucedió el sábado pasado en la Batalla de las Flores, la Gran Parada de Tradición y Folclor es el segundo desfile del Carnaval de Barranquilla. En él se celebraron El Congo, El Garabato, la cumbia y el mapalé, y se reconocieron las historias bailadas y contadas de las las faraotas de Talaigua, La Cumbiamba del Barrio Abajo y los Congos de Zuli.

Se dice que, a pesar de ser uno de los desfiles más importante dentro del Carnaval, resultó menos concurrido que la Batalla del día anterior, evento que abrió la fiesta más importante del país.

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Desde el año 1991 La Gran Parada se lleva a cabo en la Vía 40 de la ciudad. Allí y haciéndole honor a su nombre, hay pura gente “parada”, no se aceptan carrozas y abundan los bailes y mensajes de tradición y memoria. Este año la fiesta empezó a la 1:47 de la tarde (estaba previsto para la 1 p.m.). Miembros de la Armada Nacional, del cuerpo de bomberos y agentes de policía anunciaron el inicio del desfile.

Como siempre, la creatividad y el sentido del humor de los participantes no pudieron faltar. Había quienes llevaban empanadas que costaban $835.000, carteles de búsqueda de Nicolás Maduro (¿presidente o expresidente venezolano?), letanías hablando del supuesto miedo de las mujeres colombianas a que las venezolanas les quitaran los maridos, así como la canción de “la gente del pueblo”, producto directamente relacionado con un video viral de la actriz Aida Bossa. Fue un coro entre participantes y espectadores cuando los artistas pasaron y saludaron a todos en las distintas tribunas.

Adicionalmente también se presentaron algunas variaciones en las comparsas de Garabato. El Colegio Marco Fidel Suarez, por ejemplo, incluyó a dos jóvenes como “La Muerte”. Igualmente, otro participante salió disfrazado de muerte roja, en vez del tradicional color negro, y haciendo alusión al Junior, el querido equipo de fútbol barranquillero.

También llegaron de distintas regiones, como ocurrió con la Corporación Folclórica Triétnica, originaria de Ciénaga, Magdalena o con la comparsa de joropo, encargada de cerrar el desfile y originaria de Gachetá, Cundinamarca.

La reina del carnaval, Carolina Segebre hizo su aparición dos horas después de que comenzara el desfile, luciendo un disfraz de fantasía y acercándose y bailándole a un público que la aplaudía y la esperaba con emoción.

Al caer la tarde se fue otra Gran Parada del carnaval, que volvió a alegrar toda la Vía 40 de Barranquilla.

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Por Mayra Escobar Hidalgo - Alianza Uninorte/ El Espectador

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