Tras 50 años Campo de la Cruz, Atlántico, cuenta con nueva planta de agua potable

La inversión de la Gobernación fue de $2.447 millones. / Gobernación del Atlántico

Luego de 50 años de funcionamiento la planta de tratamiento de agua potable (PTAP) del municipio de Campo de la Cruz, Atlántico, fue renovada en el marco de una obra que tuvo una inversión de $2.447 millones.

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La modernización de la PTAP permitirá que los 30.000 habitantes de Campo de la Cruz y el corregimiento de Bohórquez cuenten con agua potable de mayor calidad, cobertura y horas de servicio en el municipio. Eduardo Verano, gobernador del Atlántico, fue el encargado de entregar esta obra y señaló que el siguiente paso le corresponde a la comunidad.

“Los niños del Club Defensores del Agua de Campo de la Cruz, pertenecientes a los colegios del municipio, están educando ahora a los adultos sobre cómo deben cuidar el preciado líquido para ahorrar gastos, proteger el medio ambiente y preservar el agua como fuente de vida”, dijo.

Según José de León Marenco, alcalde de Campo de la Cruz, la comunidad dejará de utilizar baldes para bañarse y podrán hacerlo desde una regadera.  “Lo mejor es que llega un agua de calidad y con más de 14 horas de servicio continua, pronto la tendremos 24 horas al día. Con esta obra se beneficia todo el municipio, incluyendo Bohórquez”, expresó.

De acuerdo con Ernesto Barros, secretario (e) de Agua Potable y Saneamiento Básico del Atlántico, la planta tiene la capacidad de procesar 100 litros por segundo, cuenta con un nuevo sistema de tratamientos de lodo, un tanque elevado restaurado y un manejo de químicos eficiente para mejorar la calidad del líquido.

“Tenemos ahora una planta con capacidad suficiente para más de 20 años de servicio y proveer agua a la creciente demanda de la población", agregó Barros.

Oswaldo Barrios, habitante de Campo de la Cruz, expresó que la calidad del agua que llega a sus casas ha mejorado y aseguró que ya no tienen necesidad de buscarla en otra parte.

Por su parte, Haidee Álvarez Torres, gerente de Aguas del Sur del Atlántico, comentó que esta planta era de las más deterioradas que tenía el sur del Atlántico. “La comunidad se quejaba por el impacto ambiental que generaba el rudimentario tratamiento de lodos, e incluso teníamos problemas de seguridad porque no había el cerramiento adecuado. Ahora contamos con una planta moderna con todos los sistemas de tratamiento y procesos efectivos, lo que nos permite brindar un servicio de alta eficiencia y calidad”, dijo.