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La adulteración y el contrabando de licores son dos problemas contra los que lucha el departamento de Cundinamarca para evitar pérdidas en su presupuesto, ya que más del 40% proviene de los impuestos a estas bebidas. Por esta razón, la administración aumentó los controles de incautación y capturas por estos delitos a la industria licorera.
En lo corrido del año los decomisos de licor adulterado alcanzaron las 38.000 unidades, mientras que en el mismo período de 2011 la cifra sólo alcanzó las 934. En cuanto a los capturados por contrabando, se pasó de 7 capturas en 2011 a 69 este año, según lo indica un informe de la Gerencia del Impuesto al Consumo de la Secretaría de Hacienda departamental.
El contrabando de bebidas importadas, como los whiskies, las cremas de whiski y los vodkas, es una de las problemáticas más relevantes, anota el secretario de Hacienda, Luis González Saavedra, quien agrega que actualmente no hay reportes oficiales de las pérdidas que esta situación genera para las finanzas del departamento.
Respecto a las pérdidas por la comercialización de bebidas alcohólicas adulteradas en Cundinamarca, éstas rondan los $106 mil millones anuales, según cifras de la Asociación Colombiana de Empresas Licoreras. No es una cifra minúscula si se tiene en cuenta que la administración departamental recibe $620 mil millones al año por cuenta de los impuestos al consumo de licor.
De ahí que durante el primer semestre de 2012 la Secretaría de Hacienda de Cundinamarca, en coordinación con las autoridades de Policía, de la Sijín y con la colaboración de la empresa privada, haya incrementado los operativos con respecto al mismo período del año anterior. El año pasado se realizaron cinco acciones entre enero y junio de 2011, mientras que en este lapso de 2012 se han hecho 36.
González agrega que de esta manera se protege la salud pública de los consumidores y se motiva a los contribuyentes del impuesto al consumo.
Las autoridades recomiendan a las personas tener especial cuidado en las fiestas que se hacen en los pueblos, comprar botellas que tengan estampillas de seguridad, las cuales garantizan el pago de los impuestos, y además adquirirlas en sitios de confianza.