Carlos Antonio Lozada; sobrevivir a la guerra y ser padre de familia

A propósito del Día del Padre, el líder de las Farc habla de su faceta paternal. Tiene tres hijos. El conflicto no le permitió compartir tiempo con los dos primeros. Dalila es hija de la paz. Esta es la historia.

Joseph Casañas. Twitter: @Jcmentefacto
18 de junio de 2017 - 09:18 p. m.
Foto: Instagram Carlos Antonio Lozada
Foto: Instagram Carlos Antonio Lozada

Tuvieron que pasar cuarenta minutos para llegar al hospital y 18 años para volver a ser papá. El primero de abril de 2017 Carlos Antonio Lozada probó un coctel de emociones; estaba angustiado, contento, expectante y orgulloso. Dalila, su tercera hija, nació a las dos de la tarde.

A propósito de la celebración del Día del Padre, El Espectador habló con el hombre que durante los diálogos de La Habana lideró la subcomisión técnica para el fin del conflicto. Julián Gallo es su nombre de pila.

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Describe el nacimiento de Dalila como una paradoja. Resulta que hace 18 años estaba en las mismas: en un hospital de Bogotá una enfermera le entregaba en sus brazos a un bebé, a una niña, a una hija.

“Aquella vez solo pude compartir con Laura (su segunda hija) once meses y correr. Me tocó regresarme para el monte”.  En ese tiempo Carlos Antonio Lozada era un hombre clandestino. Los servicios de inteligencia del Estado le seguían la pista y le tocó internarse en la selva; vestirse el camuflado, calzarse las botas, terciarse el fusil y asumir la paternidad en medio de la guerra.

Instagram post by Carlos Antonio Lozada
Hoy la situación es diferente. “Recibí a Dalila con toda la tranquilidad y no estoy pasando las angustias que se vivieron en esa época. La angustia de ese día era que no alcanzáramos a llegar al hospital. El tráfico de Bogotá hizo que nos demoráramos más de la cuenta en llegar”, recuerda.

Lo que bien se aprende nunca se olvida, dice el adagio popular que Lozada aplica. Aunque pasaron cerca de dos décadas desde que cambió su último pañal, hacerlo de nuevo no le generó problemas.

“Los once meses que compartí con Laura hice la práctica. Preparé biberón, cambié pañales, cociné y afortunadamente esa es una de mis virtudes. Soy buen cocinero”.

El conflicto que está por terminar no le permitió a Lozada disfrutar de su primer hijo. Leonardo hoy tiene 28 años, es médico y solo hasta ahora han logrado tener una relación padre - hijo más estrecha. 

Carlos Antonio Lozada recuerda en el diálogo con El Espectador que a Leonardo lo conoció en la cárcel. "Yo estaba preso y cuando me lo levaron pedí que me lo dejaran una noche. Tenerlo en mis brazos significó una alegría inmensa, una emoción indiscriptible en medio de la dificutad que implica estar preso".

De los integrantes del secretariado de las Farc, Lozada es uno de los más activos en redes sociales. Pero gracias a Dalila, dice, ha aumentado el número de seguidores. "Cada vez que subo una foto con ella aumenta la cantidad de likes. Dalila es la reina del Instagram". 

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Lozada y su faceta como padre

Durante su primer mes de nacimiento, Dalila no dejó dormir a nadie en casa. Lloraba todo el tiempo sin cansancio. Es como si le estuviera gritando al mundo que había nacido, que era una hija de la paz, que era parta de una generación de colombianos que espera tener más y mejores oportunidades."Salir con vida de una guerra de estas después de tantos años y que al lado de eso llegue una nueva vida es sentirse privilegiado", dice Lozada. 

Haber participado en el proceso para la terminación el conflicto y convertirise en papá en un momento histórico para el país, lo invitan a la reflexión, a la nostalgia y de vez en cuando al llanto. Se le quiebra la voz.

"He llorado sobre todo cuando recuerdo a los camaradas caídos en combate. Cuando recuerdo a muchos compañeros que trabajaron para lograr la paz y no alcanzaron a ver los resultados de su esfuerzo, me produce una inmensa tristeza".

Le vuelve el tono estable de su voz cuando habla de José Bernando Gallo Álvarez, su padre. A quien recuerda con admiración como un "campesino antioqueño afectuso, compresivo pero drástico y muy exigente".

Según Lozada, la enseñanza más valiosa de aquel campesino fue "la rectitud y la humildad. La conviccón y la necesidad de luchar de tener sensibilidad social".

Ser padre, firmar la paz y ser testigo de la terminación de un conflicto, son sueños hechos realidad para Carlos Antonio Lozada. Hay uno que aún le falta cumplir: Ir a el estadio El Campín para ver un partido de Santa Fe. 

Por Joseph Casañas. Twitter: @Jcmentefacto

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