¡Clamamos justicia, no caridad!

Por: Luz Angela Gómez-Jutinico*

Las y los jueces de este país tienen que entender de una buena vez que su rol es transformador, que cuando utilizan enfoques diferenciales en la aplicación del derecho están colocando en condiciones de igualdad a personas que históricamente, y en la situación particular, han sufrido y sufren discriminación. No se trata de un privilegio, no se trata de poner en mejor condición a una persona dentro de un proceso, no se trata de usar un discurso de moda, se trata de usar criterios objetivos y racionales en los contextos y necesidades actuales de protección de los derechos humanos de las personas.

¿Qué son criterios objetivos y racionales cuando se trata de casos en los que se encuentran en disputa los derechos de las mujeres? Pues bien, usar criterios objetivos y racionales es reconocer causas de discriminación histórica que han sufrido las mujeres por la única condición de ser mujer y poder reconocer que las mujeres han tenido que luchar por el reconocimiento de casi todos sus derechos: desde el reconocimiento de la ciudadanía hasta recibir el dinero producto de su trabajo, desde la posibilidad de administrar sus bienes hasta el derecho de estudiar lo que deseara, desde el reconocimiento de la violencia doméstica hasta la declaración de la violación y violencia sexual en los conflictos como crimen de lesa humanidad, por mencionar solo algunos.

Es comprender que esas causas de discriminación que se han presentado históricamente obedecen a unas relaciones de poder y dominación masculina, donde la mujer, la otra, no es reconocida en sí misma, sino en función complementaria y subordinada al hombre. Es entender que, aunque las mujeres han participado junto con los hombres en la construcción de esta sociedad, lo han hecho desde posiciones en las que se les ha permitido, y poco a poco lo han hecho desde donde no se les había permitido históricamente. Las mujeres han salido al espacio público, cada vez más y sin miedo, han construido y seguirán construyendo una forma de conocimiento que se les había prohibido. Esto ha significado que las violenten con mayor sevicia, que las violen y que las asesinen.

Usar criterios objetivos y racionales es actuar con contundencia y sin miedo dentro de la administración de justicia, utilizando un enfoque humanista que proteja los derechos humanos de las mujeres, que permita desprenderse de los prejuicios y de las cargas valorativas con estereotipos. Es atender con rapidez las investigaciones de los casos que involucran mujeres, sin demoras injustificadas, es no sugerir o permitir acuerdos por homicidio, cuando realmente se trata de un feminicidio. Es actuar diligentemente, es prestar un servicio en condiciones dignas para las mujeres, es tratarlas con respeto considerando su situación específica, es no someterlas a tratos crueles que las revictimicen, es no prolongar el ciclo de violencia.

Usar un enfoque humanista de género en la administración de justicia, implica un mayor esfuerzo en la capacitación de todas y todos los que hacen parte del sistema: Fiscalía, Defensoría, Comisaría, despachos judiciales, auxiliares. Es brindar de elementos y métodos de aplicación a todas las personas que en algún momento pueden tener conocimiento de un caso relacionado con los derechos de la mujer.         

Usar criterios objetivos y racionales es dejar de pensar que la fundamentación en la aplicación del derecho sólo se encuentra en códigos procesales. Es entender que se requiere dejar de ser simples operarios del sistema de justicia, es realizar análisis sistemáticos de la realidad de las mujeres, es ser transformadores. Una decisión judicial, una investigación diligente, condiciones adecuadas y dignas para las mujeres en los escenarios judiciales envían un mensaje contundente a la sociedad. Los derechos humanos de las mujeres son derechos humanos y se protegen de una vez por todas.

*Directora Semillero Género y Equidad e investigadora de la Universidad Libre