El mercado ilícito de cocaína "tiene un valor de más de 80.000 millones de dólares" a nivel mundial, según cálculos de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD). Lo peor de todo es que el origen de esa droga sigue encontrándose principalmente en Suramérica, sobre todo en Colombia, Perú y Bolivia, pese a que la superficie dedicada al cultivo ilegal del arbusto de coca ha bajado hasta 154.200 hectáreas en 2010, desde un máximo de 288.400 registradas en 1990.
Este martes se presentó en Viena (Austria) el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU, en el cual se empieza por decir que tan solo en 2010, las áreas de cultivo se redujeron en un 6% respecto al año anterior, y el país donde se presentó el mayor descenso fue Colombia (15%), con 43.792 hectáreas de arbusto erradicadas manualmente y otras 101.939 sometidas a fumigaciones aéreas. Todo esto mientras que Perú registró un aumento del 2% de superficie cultivada.
El estudio, basado en el comportamiento del año 2010, dice que el uso de imágenes de más alta resolución permitió a las autoridades colombianas incluir, por primera vez en sus cálculos de la superficie dedicada al cultivo ilícito del arbusto de coca, los campos de menos de 0,25 hectáreas. Así, entre 2004 y 2007, se desmantelaron 13 laboratorios de fabricación ilícita de permanganato potásico al año (químico usado para hacer coca), y se incautaron entre 100 y 170 toneladas de esa sustancia. Entre 2008 y 2010, el número de esos laboratorios desmantelados descendió, y se situó entre dos y cuatro anualmente.
Por otra parte, en Colombia se sigue cultivando ilícitamente la adormidera (al igual que en otros países de América del Sur) a pequeña escala y el gobierno ha reducido su cultivo progresivamente de 6.500 hectáreas en 2000 a 341 en 2010, que corresponden como máximo a una tonelada de heroína. Con respecto a la marihuana, el informe señala que entre 2004 y 2006 las autoridades colombianas incautaron un promedio anual de 130 toneladas de hierba de cannabis, y entre 2007 y 2009 la cifra aumentó a unas 215 toneladas al año. En 2010, el volumen de incautaciones de esa sustancia aumentó aún más y se situó en 262,5 toneladas.
El consumo
La JIFE dice que el mercado ilícito de cocaína en Estados Unidos ha disminuido considerablemente en los últimos años, aunque su consumo anual, que se calcula entre 150 y 160 toneladas, sigue situando a este país como el mayor mercado para esta droga. Así las cosas, las autoridades estadounidenses estiman que un 90 % de la cocaína consumida en América del Norte proviene de Colombia.
De otro lado, la cantidad de cocaína consumida en Europa se ha duplicado en el último decenio y hay indicios de que la cifra se ha estabilizado a niveles altos, y se calculan en unas 120 toneladas. El origen de la cocaína consumida en este continente parece distribuirse de manera más uniforme entre los principales países productores: Bolivia, Colombia y Perú, según el documento de la ONU.
Algo que preocupa de las cifras reveladas hoy, es que a pesar de que en Suramérica se ha reducido el número de hectáreas cultivadas, el consumo ha aumentado y es mayor que la media mundial: "tras años de aumento, el uso indebido de cocaína ha empezado a estabilizarse, aunque a un nivel más alto". Según la ONU, los países de la región con tasas más altas de prevalencia anual (consumo al menos una vez al año) de esta droga son Argentina, Chile y Uruguay.
La ONUDD ha calculado que en 2009, la prevalencia anual del consumo de cocaína en todo el mundo en la población de entre 15 y 64 años se situó entre el 0,3 y el 0,5%, mientras que en Suramérica ese índice está entre el 0,9 y el 1%, lo que supone unos 2,4 millones de consumidores. A esto se suma, pero en más alta proporción, la preferencia por la marihuana, cuya prevalencia de consumo está en torno al 3%, siendo la droga favorita en América, en especial para los más jóvenes.
La conclusión del informe sigue siendo la misma: instar a los gobiernos de Bolivia, Colombia y Perú a que intensifiquen las medidas adoptadas para reducir la superficie total dedicada al cultivo ilícito de coca y a que combatan la fabricación y el tráfico de cocaína, en colaboración con los gobiernos de otros países y organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas.
Un compromiso más fuerte de los países consumidores es lo que piden los productores, quienes está claro, ya hacen importantes esfuerzos por reducir el número de hectáreas cultivadas.