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Con realidad virtual, construirán la memoria de un pueblo que va a desaparecer

A través de imágenes 360° y sonidos rurales, un proyecto pretende preservar la memoria y los recuerdos de la comunidad de El Hatillo, Cesar, que será reasentada debido al impacto ambiental de la explotación carbonífera.

María Paula Ardila
17 de junio de 2020 - 02:00 a. m.
Con realidad virtual, construirán la memoria de un pueblo que va a desaparecer. Foto: Fundación Chasquis. Proyecto "Memorias de Tierra"
Con realidad virtual, construirán la memoria de un pueblo que va a desaparecer. Foto: Fundación Chasquis. Proyecto "Memorias de Tierra"
Foto: Fundación Chasquis, Proyecto "Memorias de Tierra"

“No hay dinero que compense el tener que irme de mi casa. Todos sabemos que no podemos vivir más aquí. Tenemos la minera de carbón de Colombian Natural Resources (CNR) a cien metros de la primera casa de nuestra comunidad. Esto, y la fábrica de aceite que también está cerca, nos está generando problemas de salud”, dijo Yolima Parra, habitante de la comunidad rural de El Hatillo, municipio de El Paso, Cesar.

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Al igual que Yolima, cerca de 200 familias siguen esperando el reasentamiento que ordenó hace diez años el entonces Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Las mineras Prodeco, Drummond y CNR debían reasentar a la comunidad en un plazo de dos años. Esto por los “índices de contaminación alta que pueden afectar la salud de la población”, se lee en la resolución 0970 emitida por la cartera en mayo de 2010. Eso sí, a pesar de las demoras en el proceso, los pobladores tienen claro que El Hatillo tal como lo conocen hoy va a desaparecer del mapa.

Con esa situación como telón de fondo comenzó a gestarse el proyecto “Memorias de tierra”, que pretende capturar la historia de la comunidad a través de realidad virtual y de los testimonios de sus habitantes. “Nuestra propuesta es hacer memoria con una inmersión transmedia en los territorios. La idea es buscar la mejor manera de registrar sus calles, sus espacios y hasta el mismo río Calenturitas. Además, queríamos capturar los testimonios de la gente y la historia del pueblo”, explicó Juan Manuel Peña, director de la Fundación Chasquis, encargada del proyecto.

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“Parte del compromiso de las empresas es tener un centro cultural donde será reasentada la comunidad. Allí quedará la plataforma con la cual la gente podrá recorrer su comunidad con unas gafas de realidad virtual y recordar lo que fue El Hatillo”, dijo Peña.

Recuerdos que no solo serán plasmados en realidad virtual. El proyecto se complementa con una exposición fotográfica que fue presentada en Alemania y Suiza. Además, dentro de la inmersión transmedia, “Memorias de tierra” utilizó mapping, una técnica visual para proyectar imágenes sobre superficies reales. En este caso la proyección se hizo sobre las casas de los hatillanos. En las imágenes proyectadas, por ejemplo, se ve a don Alberto, uno de los líderes más representativos de la comunidad y quien ha tenido un rol determinante en el proceso de reasentamiento y en las negociaciones con las empresas.

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La comunidad de El Hatillo está ubicada en una zona clave de la industria carbonera. De hecho, el departamento de Cesar produjo en el primer trimestre del año un total de 13’363.415 toneladas de carbón, lo que representa el 64 % de la producción nacional, según cifras de la Agencia Nacional de Minería (ANM). Actualmente en el departamento hay 211 títulos mineros vigentes y la producción carbonífera en el Cesar ha aumentado en un 13 % respecto al año pasado. Según la ANM, esta industria sigue aportando el 88 % del total de regalías del sector y durante este último lapso aportó $573.000 millones, un 11,6 % más que el año anterior.

Plan de Acción de Reasentamiento (PAR)

En 2018 las empresas mineras y los representantes de la comunidad firmaron el PAR con el que se definió la hoja de ruta para mitigar los efectos negativos y establecer un plan de desarrollo para la comunidad en el proceso de traslado.

Según dijeron a este diario Prodeco, Drummond y CNR, a partir de la firma se hizo el traslado de siete familias a municipios del Cesar como Valledupar, Copey, Becerril, Codazzi y Soledad (Atlántico). Por otro lado, trece familias adquirieron predio o vivienda y están en las gestiones finales para ser trasladadas. Agregaron que treinta familias más están en proceso de búsqueda de vivienda, 22 con predios ya identificados y diez con predios en proceso de evaluación integral. Se espera que el traslado total de las familias se realice entre tres y cinco años.

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Respecto a las demoras en el reasentamiento, las mineras explicaron que “este tipo de procesos deben asegurar que todas las medidas y decisiones resulten de la concertación entre las empresas y la comunidad. Así las cosas, ninguna de las partes controla los tiempos de implementación”. Para garantizar la salud de los hatillanos, agregaron, se suscribió un convenio con el Hospital Hernando Quintero Blanco, “a través del cual se han beneficiado a más 500 personas atendidas, a través de más sesenta actividades de prevención realizadas en el último año”.

Construir memoria con tecnología

“Antes de que llegara la minería a El Hatillo todo el mundo vivía de la ganadería y el cultivo. En esa época se sacaban cerca de diez a doce camiones de leche y la cría de ganado era bastante. Hoy en día no se puede vivir de nada de eso, ni de la pesca porque el río Calenturitas ya ni existe”, explicó Almey Mejía, miembro de la comunidad al contar que el río fue desviado en 2009 por la minera Prodeco. “Desviaron 14 km del río. Eso empezó a reducir su caudal y encima le empezó a caer lodo. En verano queda seco y eso perjudicó directamente a la comunidad”.

Además de narrar la historia de El Hatillo, el reto del proyecto está en recrear las prácticas y tradiciones de la comunidad. “Estamos lanzando la base de la plataforma de imágenes 360°. Sin embargo, la memoria de la comunidad es mucho más grande. Queremos hacer animaciones e infografías explicando situaciones de la vida cotidiana que ya no existen. Por ejemplo, cómo era el río antes, qué animales cazaban cuando no estaba la minería en el territorio y cómo cambió el paisaje con el tiempo”, dijo Juan Manuel Peña.

Recuerdos que para Yolima Parra no tienen precio, pues “aquí murieron mis padres, mis abuelos y mis tres hermanos mayores, por lo que la memoria histórica de El Hatillo significa mucho para mi familia”, dijo.

Video Thumbnail

Video: Memorias de Tierra, Fundación Chasquis.

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