Costa Pacífica colombiana, una zona expuesta a tsunamis

Ese litoral del país es vulnerable ante este fenómeno natural al estar ubicado en el cinturón del fuego del Pacífico, zona en la que las placas chocan entre sí y generan terremotos que, a su vez, producen tsunamis.

Estefanía Pardo Donado
18 de julio de 2019 - 02:40 p. m.
En las zonas costeras antes del tsunami,se siente un sismo fuerte que dificulta mantener el equilibrio y los objetos se mueven y caen.  / AFP
En las zonas costeras antes del tsunami,se siente un sismo fuerte que dificulta mantener el equilibrio y los objetos se mueven y caen. / AFP

Un terremoto de 8.1 (MW) en escala de momento sacudió a Tumaco el 12 de diciembre de 1979. El mar bramaba. Segundos después del temblor hubo una completa oscuridad. Un tsunami arrasó todo a su paso en la costa Pacífica nariñense. 

La población costera quedó a oscuras, los servicios públicos no funcionaban y el panorama era desolador. Los medios registraban pérdidas millonarias, un saldo de más de 400 personas muertas, 300 más desaparecidas, 1.000 heridos y 4.000 familias damnificadas. En ese entonces, el Instituto Geográfico de los Andes, catalogó el sismo como el segundo más fuerte del siglo registrado en el país.

El 31 de enero de 1906, se vivió el primer episodio similiar en la región. Su magnitud fue de 8.8, de acuerdo al catálogo sísmico del SGC en escala de momento y su epicentro fue en el océano Pacífico, a unos 200 kilómetros de Tumaco. El tsunami en la frontera colombo-ecuatoriana dejó en escombros el territorio. 

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Luego de estos dos eventos, no se ha registrado un tsunami en el país. La concentración histórica de estos sismos en la cuenca del Pacífico, hacen que esta costa del país esté expuesta a estos desastres naturales. En Colombia existe una unidad dentro de la Dirección General Marítima (Dimar) cuya responsabilidad es monitorear y emitir la información técnica de tsunami en caso de que llegue a suceder en el país.

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Se trata del Centro Nacional de Alerta por Tsunami (CNAT). Quienes se encargan de velar por la seguridad en los litorales Pacífico y Caribe son profesionales en ciencias de la tierra, ciencias del mar, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Física. Durante el día, en el centro de alerta trabajan diariamente cinco personas desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde. Luego, mientras el país duerme, queda encargado un guardia hasta las 8:00 a.m. del día siguiente.

En caso de presentarse un sismo que active los procedimientos operativos, la unidad emite un boletín informativo con una imagen adjunta de la zona en la que sucedió. El CNAT se encarga de comunicarle a la Unidad de Gestión de Riesgo y Desastre si el sismo desencadenará un tsunami en la región y de esta forma atender la situación”, informó la entidad.

El CNAT  no trabaja individualmente. En Colombia hay un Sistema Nacional de Detección de Alerta de Tsunami conformado por cuatro entidades: el Servicio Geológico Colombiano, que se encarga de emitir la información sísmica en Colombia; IDEAM, institución responsable de comunicar los reportes meteorológicos, la Unidad de Gestión de Riesgo y la Dimar. 

 

 

Además de las instituciones nacionales, el CNAT cuenta con el apoyo de agencias internacionales que les dan información sobre los sismos que suceden por fuera del área local: el Centro de Alerta por Tsunami del Pacífico, que se encuentra en Hawái; un centro de la NOAA (Agencia Atmosférica y Meteorológica de Estados Unidos, por sus siglas en inglés); el Servicio Geológico de Estados Unidos; el Servicio Sismológico Europeo, y la Agencia Meteorológica de Japón. 

“Dependiendo de donde sea el evento, nosotros nos referimos a un servicio geológico de ese país, o las redes vecinas, es decir, en este caso, para Pacífico sudeste, tenemos contacto directo con los centros de alerta por tsunami de Ecuador, Chile y Perú, de los cuales recibimos inmediatamente sus mensajes”, explicó Mary Luz Rengifo, ingeniera física del CNAT. 

¿Qué es y cómo reconocer un posible tsunami? 

Un tsunami es una serie de olas generadas, principalmente, por un terremoto en el fondo marino. Estas se mueven en todas las direcciones y viajan a gran velocidad en el océano. A medida que se acercan a la costa se vuelven peligrosas y destructivas porque su altura aumenta y su velocidad disminuye.

Para identificarlo basta con reconocer los cambios que el mar sufre. Este cambia su nivel, en ocasiones se aleja rápidamente de la playa y deja al descubierto peces, conchas u otros animales marinos. Además, se escucha un ruido ronco y fuerte dentro del mar, como el sonido de un tren, y se observan burbujas en la superficie, “como si el agua estuviera hirviendo”, según advierte la Dimar en un folleto informativo. 

En caso de emergencia, las personas deben dirigirse rápidamente a las rutas de evacuación y de ahí acercarse a los sitios de encuentro o zonas seguras establecidas dentro de la comunidad. Una vez ubicados deben esperar las indicaciones de las autoridades competentes. 

¿Por qué no se han presentado más Tsunamis en Colombia?

Para que un tsunami ocurra debe haber un sismo fuerte que lo genere. Hasta ahora no se ha acumulado toda la energía necesaria para que una placa se rompa y pueden pasar décadas para que esto pase, según Mary Luz Rengifo, funcionaria del CNAT. En caso de que suceda, no pueden pasar más de diez minutos para que la alerta llegue hasta la Unidad Nacional para la Gestión de Unidad del Riesgo de Desastre. 

De acuerdo con el CNAT, Colombia cuenta con las herramientas necesarias para emitir una alerta a tiempo en caso de tsunami. “Como sistema nacional, estamos preparados para emitir la información y estamos trabajando en procesos de sensibilización hacia la comunidad para que ellos sepan qué hacer en caso de un tsunami”, dijo la funcionaria. 

Los riesgos para la costa Pacífica

Los eventos sísmicos en el Pacífico le dan tiempo al centro de alerta para procesar la información y verificar si hay o no una probabilidad de que suceda un evento de estos en el país. El litoral Pacífico presenta la mayor probabilidad de generación de tsunamis en el país debido que se encuentra ubicado en el cinturón de fuego del Pacífico, zona donde convergen dos placas sísmicas, Sudamericana y Nazca. Esto ocasiona una intensa actividad sísmica y volcánica que podría generar sismos grandes que produzcan a su vez un tsunami. 

“Cuando la placa se rompe, genera una perturbación en la columna de agua, formando la onda de tsunami y esta empieza a viajar. En aguas profundas la onda es pequeña, pero a medida que va llegando a costa esta aumenta en tamaño y disminuye en velocidad. En la zona más crítica de Colombia, un tsunami, podría estar arribando entre 18 a 20 minutos a la primera población”, aseguró Rengifo. 

Las cantidad de olas y duración de un tsunami no se pueden predecir. Normalmente son “un tren de ondas” que puede durar horas, que dependen de las características del sismo que lo genere. No siempre la primera es la más peligrosa o más alta. En la mayoría de los casos es la segunda o tercera ola la más fuerte. Según la Dimar, la diferencia de tiempo entre las ondas puede variar, algunas pueden tener entre cinco o 20 minutos o hasta una hora de diferencia. 

“Es nuestro deber informar el tiempo estimado que tiene la comunidad para evacuar el área y tomar las medidas de seguridad (...) Como son pronósticos, no son exactos. Los tsunamis no son todos iguales. Depende de cómo se genera el evento, de cómo se rompen las placas, entonces es muy variable”, explicó Mary Luz Rengifo.

En 2014, la Dimar compró una boya que cuenta con un sensor a 2.900 metros de profundidad que determina el momento en el que una placa se rompe y entrega la información pertinente vía satélite. Su inversión fue de un millón de euros. Está ubicada a 79 millas náuticas de Tumaco, la zona más propensa a sismos. Anualmente se realiza el mantenimiento que, según la entidad, cuesta alrededor de 200 millones de pesos. Este monto varía dependiendo de los repuestos que se necesiten. El trabajo tarda un día entero. Para llegar hasta ella el equipo encargado tarda aproximadamente 18 horas navegando. 

Las Antillas protegen a la región Caribe de un Tsunami 

Frente a la costa Caribe no hay una zona de subducción definida, es decir, un espacio en que las placas choquen entre sí. No cuenta con un punto establecido para predecir si va a ocurrir un sismo que genere posteriormente un tsunami. "La más cercana es la de las Antillas, pero tenemos la confianza que esas islas nos van a proteger en caso de que ocurra un evento sísmico que genere un tsunami”, aseguró la ingeniera física del CNAT. 

La amenaza más fuerte para el Caribe sobre un tsunami es el deslizamiento submarino, así lo detectó el Centro de Alertas de Tsunami.  “Como el suelo del fondo marino no es plano, y puede haber especies de montañas, estas, en caso de que ocurra un sismo fuerte o sin necesidad de un sismo, se pueden derrumbar  y generar la perturbación del agua. Eso también nos genera un tsunami”, aseguró Rengifo. Sin embargo, a diferencia del rompimiento de las placas en el Pacífico, los deslizamientos submarinos no se pueden predecir. Solo es posible alertar  sobre la perturbación en los sensores de nivel del mar. 

En el Caribe existen zonas sensibles a estos deslizamientos. En 2017, en Santa Marta, la CNAT registró una situación de ese tipo en la que, afortunadamente, las ondas no superaron los 30 centímetros. Los hechos ocurrieron en  el acuario de Santa Marta, Ciénaga y Pueblo viejo, municipios del Magdalena.

En Colombia existen cinco estados de alerta de Tsunami distribuidos por niveles y colores: el verde es informativo, es decir, ocurrió un sismo, pero no genera una amenaza; el amarillo significa vigilancia, aún no se tiene información concreta, para la afectación en Colombia, pero está en investigación; el naranja es cuando se declara una advertencia y se pueden presentar olas entre 30 cm y 1 metro. El rojo es alerta máxima, inundaciones fuertes, con olas superiores a un metro; y el azul significa cancelación lo que indica que la amenaza ya pasó.

Así mismo, cuenta con umbrales de activación por sismos de magnitud mayor o igual a 6.0 que "se establecen para eventos locales, los cuales hacen referencia a eventos que puedan tener máximo una hora de arribo a las costas colombianas y eventos regionales con máximo tres horas para arribo a las costas colombianas con una magnitud. Para eventos lejanos, es decir que la onda de tsunami tardaría más de tres horas en llegar a las costas colombianas, el umbral de magnitud es mayor o igual a 7.5", explicó Mary Luz Rengifo. 

Por Estefanía Pardo Donado

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