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En un escenario dominado por artistas empíricos, El Afinaíto comandaba el lote de aquéllos con amplia capacidad vocal. No era gratuito el seudónimo de Sergio Liñán, un champetero de 33 años nacido en Isla Fuerte, en el departamento de Bolívar, porque desde muy joven tenía la particularidad de interpretar las canciones ajenas en el tono preciso.
Por sugerencia de uno de sus amigos más cercanos fue que se comprometió también con el arte de escribir, de relatar con música todo lo que pasaba por su corazón. Su primera letra fue Bruja loca, debut exitoso en las zonas marginales de Cartagena. Sin embargo, a finales del siglo pasado y comienzos de este milenio, fue uno de los responsables de la popularización del género en todo el país con creaciones como Busco alguien que me quiera, Palo Palito y Amor por interés.
Gracias al sencillo El barco va pa’ lante, bien posicionado en el Caribe, realizó una gira extensa por Venezuela y se disponía a grabar un nuevo material discográfico. Su muerte, provocada por un fulminante paro respiratorio en su casa del barrio Bastón (Cartagena), se produjo durante la noche del sábado. El último adiós al artista se llevará a cabo hoy a las 4:00 p.m. en el Cementerio Jardines de Cartagena y sus colegas preparan un homenaje para El Afinaíto de la champeta.