Aunque los directivos del Real San Andrés, club que anteriormente se llamaba Real Santander, estaban preocupados por el futuro de un convenio que realizaron con la Gobernación para que la isla tuviera su propio equipo profesional de futbol y se jugara el deporte en el archipiélago, este 17 de febrero se cumplió por fin el sueño de muchos.
En empate terminó el debut del equipo insular en el estadio Erwin O’Neill, tras enfrentar a Orsomarso, de Palmira, dejando como resultado un marcador 2-2, en el marco del Torneo Águila 2019. Los jugadores Néstor Arenas y Jhonatan Duarte anotaron por parte de los sanandresanos. Mientras que, por el equipo visitante, Kevin Caicedo y Darwin Rentería se encargaron de nivelar el partido que comenzaron perdiendo los locales.
Fotografía del diario El Isleño.
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La primera experiencia futbolística con tierra isleña dejó una buena experiencia para los pobladores y visitantes. Aseguran que el arbitraje estuvo al nivel, la hinchada mantuvo respeto y apoyo para con su equipo, pues las graderías del lugar estuvieron llenas de color azul y blanco, en alusión a la bandera de San Andrés. Se trata de una pasión que recién comienza y, además, promete ganar adeptos rápidamente.
El pasado 13 de diciembre, una delegación de la Dimayor encabezada por el gerente Iván Novella visitó el estadio Erwin O’Neill e hizo algunas recomendaciones para que cumpliera con los requisitos técnicos y de seguridad y se pudiera jugar allí. En realidad, no se necesitaban grandes remodelaciones, por lo que, en el escenario, que tiene gramilla sintética, iluminación artificial y capacidad para unas 5.000 personas, Real San Andrés jugaría siete fechas en el primer semestre de 2019
El club juega en la segunda división desde 2006 y actuaba como local en el estadio Álvaro Gómez Hurtado, de Floridablanca. En las últimas temporadas ha afrontado una delicada crisis económica, razón por la cual sus socios buscaron opciones para cambiar de sede.
Desestimaron ofertas de Yopal y Sincelejo porque consideraron que radicarse en San Andrés tendría mayor impacto. Después de varios estudios de factibilidad, el acuerdo se concretó y, tras todos los trámites legales, la Dimayor lo avaló.
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