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"Estamos preparados, pero no blindados"

Mauricio Cárdenas habla de la influencia que ha tenido en el mercado local la normalización de la economía de EE.UU. Los indicadores del país favorecerían para que el capital extranjero permanezca en Colombia.

Camila Zuluaga
04 de febrero de 2014 - 03:02 a. m.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, asegura que en el segundo semestre de 2014 se definirá si se mantiene el impuesto al patrimonio. / Reinhard Dienes
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, asegura que en el segundo semestre de 2014 se definirá si se mantiene el impuesto al patrimonio. / Reinhard Dienes

En los últimos 15 días el mundo cambió y en Colombia pareciera que no nos hubiéramos dado cuenta. Concentrados en la coyuntura política nacional, poco se ha hablado de lo que está sucediendo actualmente en los mercados internacionales con las economías emergentes. Después de la decisión de Argentina de devaluar su moneda y del anuncio de la Reserva Federal de retirar gradualmente la inyección de liquidez en Estados Unidos, ha habido una embestida fuerte de capitales de esos mercados. El Espectador habló con el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, para conocer el análisis del actual gobierno sobre cuáles serían los efectos de la situación económica mundial en nuestro país.

Las cifras de desempleo de 2013 se conocieron la semana pasada, a pesar de que para nosotros son unas buenas cifras. ¿Por qué seguimos siendo el país de la región con la tasa de desempleo más alta?

Los estudios que existen en el país, que son principalmente del Banco de la República, dicen que es porque contamos con un mercado laboral que tiene más rigideces. El salario mínimo es equivalente al salario medio, comparado con lo que sucede en otros países en donde el salario mínimo es un piso de referencia. Asimismo, aquí sigue siendo muy costoso contratar trabajadores por la gran cantidad de aportes y contribuciones que tienen que hacer los empleadores. Ese diagnóstico es el que se tuvo en cuenta cuando la reforma tributaria le quitó unos impuestos a la nómina y ha funcionado muy bien, pues se ha generado más empleo.

Los aportes de los que habla son destinados a las cajas de compensación familiar que son manejadas por unos pocos. ¿Han pensado en presentar un proyecto para reformarlas?

Las cajas de compensación han sido tema de debate permanente en el país, de hecho, fue parte de la discusión durante la reforma tributaria. Sin embargo, hoy en día las cajas están compenetradas con los programas de inversión social del Gobierno, lo que hace más difícil cualquier intento de reformarlas, porque son ejecutoras de la política social. Podría hablarse de que puede haber formas más eficaces de financiarlas, pero no de acabarlas, pues cumplen un papel trascendental.

Ya que habla de la reforma tributaria ¿han pensado, en caso de que este gobierno sea reelegido, en presentar una nueva?

El Gobierno en este momento no está preparando una reforma tributaria, pero hay un tema que es obvio y que el país es consciente de eso. El impuesto de patrimonio terminará este año y hacia futuro tenemos que pensar qué va a pasar con ese impuesto si se va a mantener, si se va a utilizar para la inversión del sector de seguridad y defensa o si lo vamos a destinar a la paz para la reconciliación. Ese debate se va a dar en el segundo semestre de este año porque a partir del 1° de enero de 2015 desaparecerá el impuesto.

La semana pasada Argentina decidió devaluar su moneda y eso generó un efecto en los mercados internacionales. ¿Qué implicaciones tuvo para Colombia?

Colombia, en medio de esa turbulencia, se diferenció de mercados emergentes como Turquía, Sudáfrica e India. En esa semana emitimos un bono a 30 años por US$2 mil millones a unas tasas históricamente bajas. Es decir, que cuando otros países estaban siendo duramente castigados por los mercados, nosotros estábamos siendo premiados. Eso fue la semana que estuvimos en Davos, por eso allá se habló mucho de la diferenciación entre las economías emergentes.

Habla usted de diferenciación de las economías emergentes. ¿Cómo nos diferenciamos nosotros ante los ojos de los inversionistas extranjeros de países como Argentina, por ejemplo?

Los reportes internacionales dicen que hay turbulencia en los mercados emergentes, pero al mismo tiempo dicen que hay diferenciación. Mencionando que hay unos mercados emergentes que están bien, entre esos Colombia y los países de la alianza del Pacífico.

¿Qué quiere decir estar bien?

Que tenemos bien nuestras variables económicas, como baja tasa de inflación, bajo déficit fiscal, baja deuda pública y bajo déficit de la cuenta corriente de la balanza de pago, eso es lo que miran los analistas y por eso dicen que el país está bien.

La decisión de la Reserva Federal (FED) en EE.UU., de empezar a retirar los estímulos monetarios, ¿qué efectos va a tener en la economía colombiana?

Esa decisión ha generado devaluación de casi todas las monedas de los mercados emergentes, entre ellas el peso colombiano. Sin embargo, la devaluación del peso colombiano está en un nivel que no nos genera preocupación. Por el contrario, lo vemos como una buena noticia porque venimos de una época de dólar muy bajo que había afectado a los agricultores e industriales. Ahora con el dólar a $2.020 se les facilita la vida a los cafeteros, a los confeccionistas y a muchos sectores de la economía que dependen de la tasa de cambio.

¿Con la recuperación de la economía norteamericana no van a migrar los capitales que llegaron a los mercados emergentes como Colombia y que generaron bonanza, nuevamente hacia allá?

Sí, eso va a pasar y eso es lo que está pasando. Están saliendo muchos capitales de las economías emergentes que habían llegado durante la crisis de EE.UU. y están regresando de nuevo al país del norte. Los capitales están regresando, pero no todos al mismo ritmo y al mismo tiempo.

¿Qué ha pasado entonces con los capitales que habían llegado a Colombia en momentos de la crisis norteamericana?

De Colombia no se están yendo, la información que tenemos de la balanza cambiaria es que no ha habido salida de capitales. Se han salido rápido es de otros países emergentes como Turquía, Sudáfrica e India.

¿Por qué no se están yendo de Colombia?

Porque los mercados ven que Colombia es un caso aparte, por ser un país que tiene unas condiciones que no son las de Turquía ni las de Sudáfrica, somos una economía con mejores indicadores.

Sin embargo, estamos en medio de una región que tiene unos países con situaciones económicas muy complicadas, como lo son Venezuela y Argentina. ¿Eso cómo nos va a afectar?

Uno nunca puede decir en estas cosas que está completamente blindado, estos son fenómenos que en muchos casos generan un efecto que se llama contagio. Por eso tenemos que estar alerta, porque puede haber un daño colateral asociado con los problemas que hay en países próximos a Colombia o con los que tenemos una relación económica estrecha.

Pero Venezuela es uno de nuestros socios comerciales más importantes. ¿Cómo va a afectar a Colombia si revienta una crisis allá?

Este es un momento para tener las antenas y los radares puestos todo el tiempo, saber todo el tiempo lo que está pasando internacionalmente porque en cualquier momento las volatilidades internacionales nos afectan a nosotros. Más allá de eso creo que somos de los países emergentes que están mejor preparados para enfrentar una embestida de los mercados, pero vivimos en un mundo interdependiente y nunca vamos a decir que estamos completamente aislados de lo que pasa en el mundo.

¿Qué tanto aprovechamos esos años en los que los mercados emergentes estaban de moda?

Siempre fuimos conscientes de que esto era temporal y que el mundo volvería a la normalidad. De hecho, el término de moda hoy es la normalización. Lo que está pasando en EE.UU. es la normalización de los mercados, pues le están quitando los estímulos monetarios. Igual con la economía china, que está pasando a un crecimiento más razonable. Los precios de los productos de exportación que habían estado tan altos como el carbón y el café se normalizaron.

¿Qué tanto nos preparamos en infraestructura y en transformaciones sociales importantes para aprovechar el ‘boom’?

Empezamos a ahorrar y la forma más clara de ver el ahorro son las reservas internacionales, hoy tenemos US$44 mil millones en ellas. También ahorramos de las regalías petroleras, porque sabíamos que estaban infladas por los altos precios y que después volverían a la normalidad. Cada año, desde 2012, hemos ahorrado en un fondo soberano en el exterior US$1.000 millones. Esa fue la reforma a las regalías que pasamos. Pero el elemento crucial de por qué Colombia está preparada es que hemos venido reduciendo el déficit fiscal y al reducirlo necesitamos menos financiamiento.

¿Qué significa que necesitemos menos financiamiento?

Que no tenemos que salir a financiar el déficit como todos los años. En la medida en que reducimos el déficit nos protegemos, porque somos menos vulnerables a cualquier cambio en los mercados financieros internacionales. Preparamos tan bien el manejo fiscal de este año, que las necesidad de financiamiento internacional las cubrimos todas en una sola transacción, en la emisión de un bono a 30 años. Colombia ya está totalmente financiada para 2014. Preparamos las cosas de forma tal que, sabiendo que venía turbulencia, estuviéramos tanqueados.

¿Sabía el Gobierno lo que iba a pasar este año en los mercados internacionales con las economías emergentes?

Uno nunca sabe qué viene, pero nosotros sabíamos que las cosas en los mercados internacionales no iban a estar tan bien como estuvieron el año pasado. Por eso decidimos, al arranque de este año, hacer la emisión de los bonos y los mercados respondieron diciendo que Colombia se preparó bien, que no tenemos desesperadamente que salir a buscar recursos en el mercado internacional, porque ya los tiene.

Las comparaciones son odiosas, pero ver cómo Ecuador se preparó construyendo infraestructura nos hace preguntar, ¿a nosotros qué nos pasó?

El programa de infraestructura nosotros lo diseñamos bien. El país puede tener la tranquilidad de que lo que viene de aquí en adelante es un plan completamente listo para entrar en ejecución. Es muy fácil hacer anuncios, decir que se va a hacer tal carretera, pero de ahí a hacerla y hacerla bien hay un trecho grande.

Entiendo, ¿pero entonces no hicimos nada durante los años de bonanza?

Cambiamos la ley y la forma de relacionar el sector público con el sector privado para hacer concesiones. Teníamos un esquema muy malo, en donde el Estado ponía la plata por delante y los concesionarios no hacían las obras. Ahora ponemos la plata cuando la obra está terminada; eso requirió un cambio en la ley que son las alianzas público-privadas. En este gobierno hemos hecho los estudios y diseños de ingeniería, así como la creación de una Financiera del Desarrollo Nacional, montamos un nuevo banco en el Ministerio de Hacienda para darle financiamiento a aquellas empresas que van a construir infraestructura. Armar todo eso no se hace de un día para otro, pero ya estamos en el día “D”, porque las licitaciones están abiertas, los proyectos están estructurados y el Banco de Desarrollo montado. Ahora viene la prueba ácida y es que se presenten las propuestas, que los bancos aprueben los créditos y que veamos que las cosas termina con éxito; ese es nuestro gran reto en los próximos dos meses.

¿No se hizo un poco tarde?

Le pusimos todo el esfuerzo y lo que sí le puedo decir es que no hay un tema que genere más llamadas, reuniones y correos dentro del gobierno que éste, se lo puedo decir con toda sinceridad.

¿No tenemos que preocuparnos por lo que se está viviendo hoy en los mercados internacionales entonces? ¿No nos va a pasar lo que sucedió en el 98?

Lo que se vivió en el 98 no va a volver a pasar, pero eso no quiere decir que no nos debamos preocupar, porque el mundo es volátil y lo que estamos viendo es que en cuestión de semanas o días hay unos cambios muy fuertes de tendencia. Capitales que van en una dirección cambian de sentido y esos movimientos de capitales muchas veces tienen efectos y repercusiones amplificadas. Pero le puedo decir que somos una de las economías mejor preparadas, pero nunca totalmente blindada.

Por Camila Zuluaga

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