Gobierno entregó primeras 100 viviendas en Mocoa

Antes del 7 de agosto se espera entregar otras 200 viviendas y 909 adicionales serían responsabilidad del próximo Gobierno. Para la reconstrucción de Mocoa se destinarán $1,2 billones, de los que $105 mil millones serán para la Ciudadela Los Sauces y $28 mil para el alcantarillado de la capital del Putumayo.

Redacción Nacional.
10 de mayo de 2018 - 05:50 p. m.
Cortesía
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La entrega de las 300 casas que el Gobierno espera entregar a los damnificados por la tragedia de Mocoa (Putumayo) entre el 31 de marzo y el 1 de abril de 2017, que dejó más de 300 muertos y 76 desaparecidos, ya comenzó. Este miércoles se entregó las primeras 100 a las familias beneficiadas y se espera que antes del 7 de agosto, es decir, antes de que el sucesor del presidente Juan Manuel Santos llegue a la Casa de Nariño, se den las escrituras de las otras 200.

La segunda etapa de la Ciudadela Los Sauces, el nombre del proyecto del que se están beneficiando los habitantes de la capital putamayense, constará de 909 casas que, según el mismo Gobierno, se construirían en los próximos dos años, esto sin perjuicio del cambio de presidente, pes los recursos necesarios para la construcción ya están asegurados. En total, el Gobierno destinará $1,2 billones para la reconstrucción de Mocoa y, de esos, $105 mil millones serán para la ciudadela; otros $28 mil millones se usarán para el acueducto de la ciudad.

Ese dinero, además de la construcción de las 300 casas, también está destinado, como reza una valla a la entrada del lote donde están las viviendas y donde se entregaron las escrituras, para la construcción un megacolegio en el que recibirán clase 1200 estudiantes, un Centro de Desarrollo Infantil para 200 niños, una biblioteca pública, una casa lúdica, un espacio para proyecto de vivienda Mi Casa Ya y hasta un búnker de la Fiscalía.

Para el acto de entrega de las escrituras de las cien primeras viviendas, además de las familias beneficiarias, el ministro de Vivienda, Camilo Sánchez; la gobernadora del Putumayo, Sorrel Aroca Rodríguez, y el alcalde de Mocoa, José Antonio Castro Meléndez, entre otros funcionarios públicos de distintas entidades nacionales y regionales.

(Lea aquí: El día en que la muerte se apoderó de Mocoa).

“Tenemos los recursos para este proceso y aquí se va a entregar con acueducto y alcantarillado (…) Son ciudades dentro de las ciudades. Aquí estamos haciendo obras puntuales que son reales como el centro cultural, un megacolegio, hospital, plaza de mercado, es decir, realmente esto no se había vivido nunca en el Putumayo y en Mocoa, por eso me duele mucho cuando hay gente que aprovecha el momento para tratar de denigrar lo que nunca se había hecho acá”, aprovechó el ministro Sánchez para decir ante la comunidad.

Alejandro Quintero, director del Fondo Nacional de Vivienda y quien también estuvo presente en la entrega de las escrituras de las casas, explicó a El Espectador que las viviendas de interés social construidas en este proyecto, las que ya están y las que se están entregando, son de las más grandes en el país, pues tienen 64 metros cuadrado, mientras que el promedio nacional es de 45 a 47 metros cuadrados.

En los 64 metros cuadrados de estas viviendas bifamiliares repartidos en dos pisos hay tres habitaciones, dos baños, cocina, un patio y un balcón. Explica Quintero que el terreno escogido para la construcción de estas casas se escogió “un área incorporada en el perímetro urbano, con plenas garantías técnicas, con estudios incorporados en el POT y condiciones de acceso privilegiadas”. La esperanza del Gobierno es que Los Sauces se convierta en “ejemplo para el desarrollo futuro de Mocoa y para su desarrollo territorial”.

Pero, quizá los más importantes que estuvieron allí, en un ambiente festivo, con música y hasta un sancocho hecho por la comunidad para repartir entre los asistentes al evento, fueron las decenas de personas que hace poco más de un año y un mes perdieron, no solo sus hogares, sino a familiares y amigos en una tragedia que fue sin precedentes. Una de las víctimas, por ejemplo, fue Rosa Elvira Maya una mujer de 75 años, quien miraba desde el marco de la puerta de su recién estrenada, y aún vacía casa, la entrega de las escrituras (la suya la recibió el pasado lunes).

(También: “La tragedia en Mocoa puede repetirse”: Gobernadora de Putumayo).

En la noche del 31 de marzo de 2017, Rosa Elvira estaba con su nieto Juan Pablo en Villa Garzón, un municipio que queda a unos 30 minutos de la capital de Putumayo. Se suponía que de allí saldrían a Mocoa ese viernes en la tarde, pero prefirió quedarse. Lo siguiente que supo fue por una llamada a las tres de la madrugada el sábado en la que le contaron cómo la avalancha se llevó la casa en la que vivió durante casi una década.

“Dando gracias a Dios, yo no estuve, dicen que el agua venía muy fuerte, de pronto me hubiera llevado el río. Decían que todo lo que uno llevara en las manos el agua lo quitaba, pero Dios hace todo a su manera. Yo estuve en Villa, me iba a venir esa tarde y llegué a la casa, pero se me quitaron las ganas de venirme. Me llamaron a las tres de la mañana para decir que la casa estaba en mitad del río. Di gracias a Dios por no haberme venido, quería que siga dando guerra”, cuenta.

Después de eso, y a pesar de la tranquilidad de sobrevivir, llegó la zozobra. Rosa Elvira se preguntaba cómo volvería a conseguir una casa a su edad: “A la edad mía, yo no contaba con levantar otra vez un rancho. Esa la hice con tanto esfuerzo, hasta pelándome las manos bajando ladrillo de una volqueta, pero bueno, así tenía que ser”, relata. Además, estaba la desconfianza de que, en efecto, le fueran a entregar su nueva casa, esa a la que primero le hará varios recuerdos antes de irse a vivir.

Y es que, a pesar de haber sido elegida como una de las cien primeras beneficiarias, le dijo en varias ocasiones a su hijo que, “como santo Tomás”, no creería que la casa era suya hasta que le entregaran las llaves. “Cuando me dieron la llave yo sí lloré, porque nunca pensaba tener una casa otra vez. Sentí de todo. Recibimos la casa y le dije estoy tan contenta con Dios que hicimos una oración. Le agradecí por no dejarme sola y haberme ayudado para que me den la casita”, cuenta con sus ojos llorosos, quizá por el recuerdo de lo que perdió.

Por Redacción Nacional.

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