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Insisten en que petroleras no tienen que ver con sequía en Casanare

Contrario a lo que piensan los ambientalistas, las instituciones técnicas, Instituto Humboldt e Ideam, repiten que no se debe responsabilizar a la extracción de hidrocarburos de la mortandad de 20 mil animales en Paz de Ariporo.

Redacción Vivir
27 de marzo de 2014 - 08:56 p. m.
Se estima que 20 mil animales han muerto de sed en Paz de Ariporo (Casanare) / Wilson Durán Durán - Las Chivas del Llano
Se estima que 20 mil animales han muerto de sed en Paz de Ariporo (Casanare) / Wilson Durán Durán - Las Chivas del Llano


Brigitte Baptiste, la directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, es quizá una de las expertas en temas ambientales que más conoce la Orinoquia colombiana. Ha recorrido, una y otra vez, las sabanas inundables de Casanare, Meta y Vichada, conoce las amenazas biológicas que enfrentan y sabe muy bien cómo se comportan estos ecosistemas.

Frente a la muerte de 20 mil animales (entre chigüiros, babillas, reses y venados producto del fuerte verano que se vive en esa zona del país), que varios ambientalistas han relacionado con la extracción petrolera hecha por Pacific Rubiales, Geo Park, Cecolsa, Petrominerales, Ecopetrol, New Granad y Parex, Baptiste sostiene que las operaciones de estas compañías nada tienen que ver con esta mortandad.

"La pérdida de fauna silvestre es normal durante esta temporada seca. Estoy segura que (esta situación) no tienen nada que ver la explotación petrolera. Estas compañías eventualmente perforan pozos y afectan aguas subterráneas con actividades que no están relacionadas con esta sequía que es superficial", ha dicho en los últimos días la directora del Instituto Humboldt.

En la misma dirección se han pronunciado el director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), Omar Franco, quien le ha respondido a los ambientalistas que no se puede culpar a las petroleras de secar las sabanas inundables teniendo en cuenta que la Orinoquía tiene el 47% de agua subterránea del país.

"Es la región con mayor potencialidad de este recurso. No se puede culpar a la explotación de hidrocarburos de una desaparición de agua que no es real. Además esas aguas subterráneas no están siendo aprovechadas como debería, ni para el consumo humano ni para las actividades productivas. Si tenemos que hablar de qué prácticas estarían detrás de la disminución del recurso hídrico en esta zona del país mencionaría a ganadería expansiva y la deforestación que la acompaña. Es paradójico hacer ese tipo de afirmaciones", le dijo a El Espectador en una entrevista.

Pero las razones de ambos institutos no convencen a los ambientalistas. "Las petroleras están reinyectando grandes cantidades de agua a sus pozos para poder sostener su producción de crudo. Además han realizado detonaciones que han cambiado el curso del agua en la región" aseguró el geólogo Favio Velandia a Noticias Uno.

Tatiana Roa, directora de la Ong Censat Agua Viva, cree que entre los culpables de la mortandad de animales sin duda se encuentran los ganaderos y las petroleras. "Es la conjugación de muchos factores. Los ganaderos se han ido metiendo a los bosques y los han acabado para sembrar pastos, también se han reemplazado importantes ecosistemas que cuidan el agua por cultivos de palma y nadie ha medido realmente el impacto de las petroleras en esa zona del país. Estas empresas extraen cientos de metros cúbicos de agua al día (por cada barril de petróleo se extraen aproximadamente 70 de agua). No se puede decir que con esta situación los ciclos de agua no se han afectado".

Pero no solo los ambientalistas buscan responsables. Autoridades como la Fiscalía y la Procuraduría ya enviaron comisiones a Paz de Ariporo para recoger información y determinar si algunas compañías se encuentran detrás de estos hechos y si las entidades estatales han hecho un adecuado seguimiento de los planes de protección del recurso hídrico de las petroleras.

Para los expertos de la Universidad Nacional, Carolina Mora Fernández y Orlando Vargas, la sequía en Casanare se origina en el mal manejo del suelo, la destrucción de las zonas de recarga acuífera y la falta de conocimiento y de planificación del territorio.

"Aun cuando la época seca en estos sectores es normal, en una dinámica compartida con la temporada húmeda, existen factores que acrecientan los procesos estacionales y afectan la fauna y flora", comentó a la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional, Carolina Mora Fernández, investigadora de la Fundación Yoluka y del Centro de Investigación de la Reserva Natural La Palmita en Casanare.

Según informó la agencia de noticias, las llanuras de la Orinoquia sufren con el manejo inadecuado del suelo, ya que es usado en actividades para las cuales no es apto, por ejemplo los monocultivos de arroz y palma, así como la ganadería intensiva, lo que cambia la estructura propia de esta superficie. Orlando Vargas concluye que la sabana se homogenizó y ahora existe un pasto denominado "cola de zorro", una especie invasora que soporta quema, inundación y pastoreo.

Para la bióloga Carolina Mora, la destrucción de las zonas de recarga de acuíferos se da en la deforestación de la cordillera oriental para actividades de ganadería intensiva y cultivos; y por el drenaje hecho a esteros y bajos para sembrar arroz en las sabanas.

Por Redacción Vivir

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