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Hacia 1969 se creó en Estrasburgo (Francia) una de las asociaciones más importantes en materia de derechos humanos en Europa: el Instituto Internacional de Derechos Humanos (IIDH), propiciada por René Cassin (jurista francés y uno de los redactores de la Declaración Universal de Derechos Humanos), y quien donó el dinero del galardón para fundar este instituto. Con el paso del tiempo, se empezaron a desprender otras sedes en los distintos continentes, entre ellas la de las Américas, en Buenos Aires (Argentina).
El capítulo de las Américas, presidido por el escritor y filósofo Daniel E. Herrendorf, incentiva a que los países sancionen un Código de Derechos Humanos y cuenta a su vez con equipos en Perú, México, Panamá, Bolivia y El Salvador, entre otros. El pasado 19 de julio Colombia se sumó a ese listado y creó su propio capítulo con 16 miembros fundadores de distintas universidades como la Jorge Tadeo Lozano, Pontificia Universidad Javeriana (Cali), Libre, Nacional, Externado de Colombia, Cooperativa (Pasto) y de Antioquia. El abogado Edgar Fuentes Contreras, director del área de Derecho Público de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá, fue designado como presidente.
“El instituto se crea también con una pretensión desde lo académico e investigativo, no solo para interponer acciones judiciales, sino para pensar por ejemplo en políticas públicas e influir sobre la realidad, en lo que está pasando. Por eso es tan valiosa la vinculación de varias disciplinas en el instituto. Somos abogados, pero trabajamos temas, por ejemplo, desde la filosofía, no solo nos enfocamos en el quehacer jurídico del litigio”, asegura Fuentes.
El instituto se crea en Colombia en medio de un contexto jurídico con una connotación especial, pues tras la firma del acuerdo de paz han surgido debates que ponen de presentes temas como la justicia transicional y la labor de la defensa de los derechos humanos. “No podemos hablar de memoria colectiva, sino de memorias colectivas de América, hay distintas versiones, distintas visiones del contexto latinoamericano. De ahí la importancia de volver a rescatar que hay varias versiones de derechos humanos, no una sola homogenizante”, añade Fuentes.
El IIDH en Colombia se enfocará en cinco líneas de trabajo: conflictos y teorías políticas del Estado, mecanismos de acoplamiento del sistema jurídico, entorno y desarrollo tecnológico y humano, enfoques diferenciales y población vulnerable y acceso y gestión de la administración de justicia. Con este último tema arrancará la agenda de la asociación con una conferencia en las primeras semanas de 2019.
“Colombia necesita un aporte constructivo, incluyente. Esa versión diferencial de los derechos humanos va a permitir no solo pensar una historia, sino otras historias. No se puede hablar de los derechos humanos para encontrar amigos y enemigos. Queremos pensar en el tema desde distintas versiones, desde un lenguaje mediador y de reconciliación y un punto de encuentro”, concluye Fuentes.