La política fiscal del gobierno

Mientras el país marcha en son de paro, el Congreso aprueba leyes económicas que no son del agrado popular. Así pasó, por lo menos, con la ley 2010 del 27 de diciembre de 2019, mejor conocida como la “Ley de Crecimiento Económico”, que fue una reedición de la ley 1943 de 2018, que fue declarada inexequible por la Corte Constitucional.

Daniel Castellanos García
07 de abril de 2020 - 10:40 p. m.
Mauricio Alvarado
Mauricio Alvarado

Este par de leyes, que en términos prácticos son muy similares, expresan una visión económica, promovida por el ministro Alberto Carrasquilla, que cree, no sin razón, que la tributación a las empresas debe bajar.

En un país serio, la reducción de los impuestos a las empresas vendría acompañada de un aumento de otros impuestos. La pregunta es cuáles. El ministro Carrasquilla, en 2018, propuso que se aumentara y generalizara el IVA. El Congreso no le compró esa idea, y por eso se aprobó la ley 1943 de ese año, que bajaba los impuestos a las empresas sin subir el IVA. En consecuencia, esa ley, que formalmente fue llamada una ley de financiamiento, fue llamada una ley de desfinanciamiento por parte del lamentablemente desaparecido analista económico Guillermo Perry. 

Eso creó un hueco fiscal, al que el ministro Carrasquilla ha respondido de cuatro maneras distintas: afirmando que la reducción de impuestos a las empresas iba a ser tan buena para el crecimiento que a la larga se iba a terminar recaudando más; controlando la contabilidad fiscal para no mostrar un déficit muy grande; proponiendo una reducción del gasto, incluido el gasto social (con el argumento de que, como Colombia está escalando a la categoría de país de ingresos medios, entonces los subsidios a los más pobres se pueden racionalizar); y aceptando en fin un menor Estado para Colombia, medido como los ingresos y gastos fiscales como proporción del PIB. El ministro Carrasquilla anunció que, por lo menos mientras él sea ministro, no se volverá a presentar otra reforma tributaria para aumentar la recaudación en lo que resta de este gobierno. 

Estamos, pues, en una situación en la cual la derecha económica ha logrado que se bajen los impuestos a las empresas, y la izquierda económica ha impedido que eso se traduzca en una mayor tributación a la clase media. Es un equilibrio político insatisfactorio, porque Colombia necesita mayor tributación. Hasta el ministro aceptó públicamente hace poco que los colombianos pagan muy pocos impuestos. El problema de fondo es quién debería pagar más impuestos. En la visión del ministro, parecería ser que todos los colombianos. Al fin y al cabo, el ingreso de todos los colombianos ha venido subiendo en las últimas décadas, y por eso ya somos un país de ingresos medios. En la visión de todos aquellos que han salido a marchar para protestar por la orientación de la actual política económica, parecería ser que la tributación debería estar concentrada en las personas de altos ingresos. El ministro, en su visión técnica, quiere promover la eficiencia y el crecimiento; los marchantes, en su visión social, quieren promover una estructura tributaria más equitativa. Un punto de fondo es que en Colombia las rentas de capital de las personas están insuficientemente gravadas, y nadie ha traído ese tema al debate público (la derecha, porque no le conviene, y la izquierda, porque no entiende el problema).

Lo que es cierto es que, por el momento, los paros y las marchas no han tenido un efecto significativo en el tipo de política económica que se está aprobando en el Congreso. Una cosa parece ser el país que se manifiesta en las calles, y otro el que vota en el Congreso. No sorprende. Si una de las cosas que ha dicho Aída Merlano es verdad, que en Colombia los votantes no eligen a los congresistas, sino que los congresistas compran los votos de la ciudadanía, el Congreso no tiene por qué representar el interés popular. Carrasquilla puede no ser un ministro muy popular en las calles, pero está siendo muy exitoso en promover una política fiscal muy conservadora, no en términos prudenciales, sino políticos.

Estudiante del doctorado en economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional. Investigador del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID)

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Por Daniel Castellanos García

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