“La red pública hospitalaria del Chocó nunca pudo adaptarse a la ley 100”: doctor chocoano

A través de un testimonio, Alí Gómez explica cómo a raíz de la entrada en vigencia de esta ley en 1993, se empezó a quebrantar el sistema de salud en la región.

Alí Gómez*
15 de abril de 2020 - 01:21 a. m.
“El hambre, la impotencia y las lágrimas se calmaban en ollas comunitarias en los hospitales entre los empleados y sus familias” / Jeison Riascos
“El hambre, la impotencia y las lágrimas se calmaban en ollas comunitarias en los hospitales entre los empleados y sus familias” / Jeison Riascos

La crisis del sector de la salud en el Choco no es nueva, se remonta a la década de los años 90 con la implementación y entrada en vigencia de la ley 100 de 1993. La red pública hospitalaria de nuestra región nunca pudo adaptarse a este nuevo esquema de competitividad en la oferta de servicios.

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Desde aquel entonces se empezaron a escuchar, de forma recurrente, calamitosas historias en todos los hospitales del departamento. La escasez de insumos medicoquirugicos y medicamentos, al igual que la falta de pago de salarios hasta de 12 meses o más, afectó a miles de familias dependientes del sector.

El hambre, la impotencia y las lágrimas se calmaban en ollas comunitarias en los hospitales entre los empleados y sus familias.

Llegado el  2007, el estado de cosas inconstitucionales réinante, la crisis en la prestación del servicio y graves denuncias sobre corrupción en el sector, motivaron al Gobierno Nacional a ordenar la intervención forzosa administrativa de todo el sector en el departamento, tanto de la gestión como de la prestación de los servicios de salud.

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El gobierno cedió el control absoluto a la hoy extinta Caprecom, efectivamente se observaron mejoras en la cobertura, el aseguramiento y la prestación del servicio durante los primeros tres años de la intervención.

Pasados los años las intervenciones fallidas y Caprecom incumplieron la cláusula de reinversión en infraestructura, en la capacidad instalada, y el consecuente aumento de la complejidad, la actualización tecnológica de nuestras instituciones fue nula o incipiente.

Luego de la debacle de Caprecom a nivel nacional y el fracaso de la intervención, regresó el caos y el hambre. Todo esto a los ojos del gobierno y la Superintendencia Nacional de Salud de la época.

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La situación cambió a una mayor cobertura en aseguramiento de casi el 90 % de la población del Chocó, pero con niveles de complejidad baja y media que no podían satisfacer la demanda de servicios.

En el  2011 se liquidó la antigua DASALUD. La intervención del hospital llegó hasta 2016 con una deuda aproximada de $37.000.000.000, lo que finalmente derivó en su liquidación.

En el año 2017 el gobierno nacional auspicio la creación de la Nueva ESE hospital San Francisco de asís con la medida excepcional de saneamiento y un aporte de capital de trabajo de $12.000.000.000, que tenía como destinación específica el pago de salarios de los primeros meses de entrada en funcionamiento.

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Capital de trabajo a todas luces insuficiente, porque era necesario un esfuerzo mayor para invertir en mejoramiento de la hotelería, la compra de insumos medicoquirugicos y la compra de equipos para garantizar una mínima competitividad de los hospitales.

La debilidad institucional, el manejo no técnicamente priorizado de los recursos, la falta de giro de recursos por algunas EPS y la famosa transversalidad de la política entre otras externalidades, nos llevaron a que un hospital con apenas tres años de funcionamiento esté abocado a una nueva crisis; en donde hoy se adeudan más de seis meses de estipendios, prestaciones y parafiscales a los trabajadores de planta, contratistas y proveedores.

Otra vez vuelven a nuestras mentes las trágicas historias del hambre y la desazón.

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Desazón y desesperanza que se ahonda pues según palabras de los gobiernos territoriales y locales no tenemos los recursos y la infraestructura para responder mínimamente la pandemia del SARS COVID-19.

Juiciosamente puedo afirmar, que probablemente todo el liderazgo del sector salud en Choco considera que para resolver esta crisis y evitar una catástrofe de proporciones superlativas, nuestros gobernantes regionales necesitan tino técnico y no tino político.

Hoy como nunca los Chocoanos hacemos un llamado sublime toda la institucionalidad del Gobierno Nacional y a todo colombiano de buen corazón, para que extiendan su mano y su mirada a nuestro departamento y principalmente a nuestros héroes y heroínas de blanco, que día a día arriesgan sus vidas por nosotros en los hospitales y clínicas del país.

*Alí Gomez es Odontólogo y exmiembro de la junta directiva de Nueva Ese Hospital San Francisco de Asís.
 

Por Alí Gómez*

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