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Las tragedias en Riosucio, Chocó

Aunque hubo un incendio en 2010 y otro en 2016, el municipio no contaba con un cuerpo de bomberos. Este 28 de noviembre la comunidad tuvo que enfrentarse al fuego que dejó unas 97 familias damnificadas, dos personas muertas y 82 viviendas quemadas.

Karen Vanessa Quintero Martínez
02 de diciembre de 2020 - 02:00 a. m.
El Gobierno se comprometió a empezar en máximo un mes la reconstrucción de las viviendas en Riosucio. / Émerson Mena
El Gobierno se comprometió a empezar en máximo un mes la reconstrucción de las viviendas en Riosucio. / Émerson Mena

Los habitantes de Riosucio (Chocó) tratan de reconstruir su vida sobre los escombros del incendio que la noche del sábado 28 de noviembre consumió buena parte del municipio. Unas 97 familias y 485 personas quedaron damnificadas y 82 viviendas resultaron afectadas, de las cuales 49 quedaron incineradas. Rosmery Palacios Mosquera, de 25 años, y su sobrina Sofía Mosquera Palacios, de nueve, fueron las víctimas mortales. La información preliminar indica que el incendio fue ocasionado por un cortocircuito generado por un transformador dentro de una vivienda.

La tragedia puso de nuevo sobre la lupa los problemas de este municipio, que con más de 29 mil habitantes no tiene acueducto ni alcantarillado, ni hospital, ni carretera en buen estado y, como quedó demostrado, tampoco tiene cuerpo de bomberos.

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Yolanda Perea, lideresa social de Riosucio, cuenta que a pesar de que esta es la tercera vez que hay un incendio en el municipio, la creación del cuerpo de bomberos sigue en veremos. La última vez, en 2016, la asistencia para controlar la emergencia tuvo que ser enviada desde Apartadó (Antioquia), pero en esta oportunidad nadie llegó. “El fuego se apagó con mangueras, motobombas, baldes de agua y la mano de Dios”, contó insistiendo en que son muchas las necesidades de la comunidad y que incluso desde hace tres años, durante una minga, se establecieron acuerdos con el Gobierno, pero no ha habido resultados ni atención.

Ana Mosquera, representante de una fundación de mujeres víctimas del conflicto en Riosucio e integrante de la Mesa de Víctimas, recordó que sobre las 8:00 de la noche del sábado empezó a escuchar los gritos de los vecinos, y para ella el fuego se extendió porque no tuvieron las herramientas para apagarlo. En la sede principal de su fundación, que está conformada por 25 familias, y en la que había también una farmacia, todo se quemó. La otra sede, que tiene una biblioteca pública para los jóvenes, resultó afectada.

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Rafael Bolaños, coordinador de Gestión del Riesgo en Chocó, aseguró que tan pronto se dio la alerta del incendio, se activó el Consejo Departamental de Gestión de Riesgo y se pidió ayuda a la Fuerza Aérea para movilizar equipos de bomberos a la zona. “Con apoyo de Antioquia se activaron los bomberos de Turbo, Apartadó, Chigorodó y Carepa para que llegaran por aire; por problemas meteorológicos esto no fue posible”. De acuerdo con Bolaños, se espera que la próxima semana los damnificados puedan acceder al subsidio de arrendamiento, mientras se reconstruyen las viviendas.

Pablo Antonio López, representante legal del consejo comunitario del río La Larga y Tumaradó, dijo que aunque el municipio quedó devastado, ya están llegando algunas ayudas para atender a los damnificados. En esto coincide Pilar Plaza, una española que desde hace 26 años trabaja en Riosucio a través de la Diócesis de Apartadó, quien comentó que han recibido donaciones, aunque en este momento necesitan especialmente elementos de aseo, colchones y sábanas, pues muchos de los afectados se están quedando en casas de vecinos y amigos.

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Pilar Plaza expresó que uno de los obstáculos son precisamente los problemas de acceso que tiene el municipio, pues llegar por agua es muy costoso y la carretera está en mal estado; desde Apartadó son mínimo tres horas y media, si no hay ningún accidente en la vía. “Todas las dificultades que uno pueda encontrar las encuentra en Riosucio”, señala.

El gobernador de Chocó, Ariel Palacios, dijo que la emergencia se atendió oportunamente, aunque reconoció que no tiene justificación el hecho de que “después del incendio de 2010 y del siguiente en 2016 Riosucio no tuviera un cuerpo de bomberos”.

Palacios asevera que el Gobierno se comprometió a empezar en máximo un mes la reconstrucción de las viviendas -en seis meses ya deben estar listas-, a realizar un censo y a dotar a Riosucio de tres bombas, mientras llega el carro de bomberos en abril. Dentro de los compromisos del departamento está seleccionar a 15 voluntarios para crear el cuerpo de bomberos y aportar una bomba, que vale cerca de $40 millones.

El gobernador reconoció que otros 14 municipios de Chocó no cuentan con cuerpo de bomberos y otros nueve no tienen energía las 24 horas. “Cada año hay inundaciones, hay personas ahogadas y no pasa nada. Necesitamos que pavimenten la vía Riosucio-Belén de Bajirá para que los campesinos puedan sacar sus productos. También que nos arreglen los ríos”, reclama Yolanda Perea, y agrega que no cuentan con un hospital, solo tienen un puesto de salud que “se está cayendo a pedazos”.

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En cuanto al acueducto y alcantarillado, la lideresa manifestó que la comunidad debe recoger el agua del río, que siempre está sucia, de ahí el nombre del municipio, y luego tiene que usar gotas de cloro o piedra de alumbre para “purificarla”. “Con esa agua cocinamos, nos bañamos y la usamos para nuestras necesidades”, dice.

Como si fuera poco, la semana pasada se cayó un albergue -montado en unos salones de clase-, en el que desde hace dos años vivían 25 familias desplazadas.

Las organizaciones sociales han solicitado donaciones por internet. Yolanda Perea cuenta que tienen un punto de recolecta en Medellín y están ubicando otro en Bogotá, y desde Ascoba (Asociación de Consejos Comunitarios y Organizaciones del Bajo Atrato) también están recibiendo donaciones.

“Por favor, se acaba mi pueblo”, dijo el alcalde de Riosucio, Conrad Valoyes, en la noche del sábado. Ese es el mismo llamado que siguen haciendo los líderes comunitarios a la espera de que en este momento, cuando por fin tienen la atención del Estado, les den una respuesta efectiva a los problemas que han cargado a cuestas por años. “Nos duele porque no hay voluntad, hoy no tenemos doliente. No estamos mendigando, queremos igualdad de derechos”, concluye Perea.

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-(-)02 de diciembre de 2020 - 01:42 p. m.
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