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Los 30 indultados, la raíz de un nuevo esquema de reinserción

El director de Acuerdos de la Verdad del Centro de Memoria Histórica dice que este es el mejor experimento para adelantar lo que será una amnistía general para la guerrilla. Es un punto de arranque para una política mejorada.

Stefanie Matiz Cortés
30 de noviembre de 2015 - 02:00 a. m.

Solo resta un mes para que los 30 guerrilleros indultados por el Gobierno salgan de las cárceles donde se encuentran cumpliendo su pena de prisión por delitos de rebelión y algunos delitos conexos a éste, como el porte ilegal de armas, municiones y de uniformes. Son los primeros subversivos a quienes se les condona la pena dentro de los diálogos de paz que se adelantan en La Habana.

Sin desconocer la importancia que ha tenido el actual esquema de reintegración, pero advirtiendo que no es comparable la entrega de una persona de manera individual y voluntaria, frente a la desmovilización de un grupo armado, el director de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica, Álvaro Villarraga, señala que esta es una única oportunidad para mejorar el esquema de reinserción, que inclusive debería tener en cuenta a las víctimas.

Algunos han visto el indulto de los 30 guerrilleros como una medida desesperada del gobierno por salvar un proceso que se le estaría embolatando en La Habana. ¿Cómo lo ve usted?

Todo lo contrario, esto no demuestra una crisis. Esta decisión lo que demuestra es que hay grandes avances y ya se están tomando las primeras medidas que deben conducir a pasos más grandes ante un eventual acuerdo de paz. Esto es un avance más.

¿Es normal que se otorguen indultos antes de la firma de un acuerdo?

Es lo más normal. En muchos procesos se hace lo mismo. Además es una manera de hacer una especie de piloto, de ver cómo van a ser los esquemas de reinserción para cuando lleguen los grupos grandes, tras la firma de un acuerdo. Es más, este grupo es pequeño frente a los de muchos otros procesos en el mundo. Inclusive en Colombia se dieron indultos en el proceso del Gobierno de Belisario Betancur. En esa ocasión fueron 2000 los indultados.

Pero en Colombia ya hay un esquema de reinserción y es el que maneja la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR)...

Es cierto, pero aunque jurídicamente los indultos ya se han venido aplicando por 20 años mediante un mecanismo llamado desmovilización, técnicamente esas entregas individuales no corresponden a un proceso de ese tipo. Se habla de desmovilización cuando hay la entrega de toda una estructura como parte de un acuerdo, cuando un grupo se acoge de manera masiva a una iniciativa de este tipo. Lo demás son entregas individuales y deben tener otro tratamiento.

¿Habría que pensar en un esquema distinto al de la ACR?

Efectivamente, porque estas son unas circunstancias completamente distintas a como se ha venido haciendo en los últimos años. Es otra realidad. Estos deberían ser el piloto de un nuevo esquema que se aplicará a los 8.000 que vendrán una vez se firme el acuerdo. Hay que probar fórmulas distintas. Estas 30 personas hacen parte de un colectivo que aunque aparentemente es pequeño es una pieza clave dentro de un proceso de paz, es más yo creo que este es un indulto que tiene una connotación de valor político y jurídico porque el indulto para estas 30 personas es un paso adelantado de la amnistía indulto que se les va a dar a las Farc a la luz jurisdicción especial.

¿No es suficiente el esquema que existe actualmente?

Con las desmovilizaciones del Epl y el M19 surgieron instituciones, se creó el Consejo Nacional de la Normalización, los consejos regionales de normalización, los comités consultivos. Se crearon de manera estable las vocerías, se crearon también equipos de atención desde el Gobierno central… muchas cosas que ahora corresponde hacer, más aún con las Farc, que es un grupo con mucha más historia y mucho más poder de negociación.

Pero ese no es un tema que se conozca que se esté conversando en Cuba…

Yo me atrevo a esgrimir la hipótesis de que las Farc no va a decir entregamos a los 8.000 guerrilleros al gobierno y que inicien el proceso con las instituciones existentes. Esta es la oportunidad para adoptar fórmulas innovadoras.

¿Pero por qué, si con el sistema existente se han reinsertado casi 20.000 guerrilleros?

Es que ahora no existe un proceso de reintegración que tenga un diseño concertado y una aplicación con mecanismos participativos y consultivos, eso lo hubo con las guerrillas de los 90. Eso tiene que resultar de un consenso y lo que hay en este momento es un esquema que adoptó el gobierno para unos procesos mal llamados de desmovilización.

¿No es muy pronto para pensar en nuevos esquemas, cuando aún no se ha firmado el acuerdo?

Hay muchos avances. Le repito, esto es muy positivo. Recuerde que hay una fecha pactada del 23 de marzo. Y esa es una fecha que genera expectativa. Así que hay que pensar que podría haber una amnistía en seis meses y hay que estar preparados. Hay que ir haciendo los experimentos.

Resultaría ingenuo pensar y no corresponde a la realidad que estas 30 personas van a ser entregadas a los canales que han sido prefigurados para personas individuales que no tienen la capacidad de interlocución, que no son un colectivo políticos y que no están representando todo lo que implica un proceso de paz. Desde luego con estos guerrilleros indultados se hace un pequeño experimento inicial como una prueba piloto, porque está en la mesa de La Habana la reflexión el tema del fin del conflicto en sus distintos acápites: cómo va a ser la dejación de armas, en qué escenario, en qué circunstancias y por supuesto cómo sería ese proceso de reintegración.

 

Por Stefanie Matiz Cortés

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