La Asociación de Empresarios del Magdalena (AEM) y la Aeronáutica Civil están enfrentadas por cuenta de las medidas que se están tomando para que el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, la terminal aérea de Santa Marta, obtenga la certificación OACI que garantiza la seguridad y eficiencia.
Según la AEM, que representa a 50 grupos empresariales de la región, la Aeronáutica Civil planea reducir la longitud de la pista de aterrizaje en 110 metros. De ser cierto, ésta disminuiría a 1.590 metros. A través de un derecho de petición, la asociación le pidió a la entidad confirmar si esto se llevará a cabo.
José Berdugo Oviedo, presidente de la AEM, asegura que la medida tendrá un impacto negativo para la capital del Magdalena, ya que con las nuevas dimensiones las aeronaves de Avianca, Viva Colombia y Lan, que operan en el aeropuerto, tendrían que limitar sus pesos para el despegue. Es decir, el número de pasajeros y la cantidad de combustible tendrían que reducirse. “Estas condiciones no son rentables…y cuando llueva prácticamente el aeropuerto de Santa Marta tendría que cerrarse”, afirma Berdugo.
El representante gremial explica que lo que pretende hacer la aeronáutica es un desplazamiento del umbral: correr las líneas, las luces, la pintura y disminuir el área útil para la aeronavegación de la pista. Sin embargo, la Aeronáutica Civil le dijo a este diario que no se reducirá la pista, pero sí se hará una redistribución de la longitud de ésta, lo que no afectará la operación aérea. La entidad agregó que la medida fue socializada con las aerolíneas y el sector aéreo.
A lo que Berdugo responde que es una verdad a medias. “Aunque la capa asfáltica quedará igual, el área útil sí disminuirá. Como destino turístico, Santa Marta quedará muerta. Se debe acoger la solicitud de ampliar la pista a 2.200 metros”. Y agrega que pilotos, controladores aéreos y aerolíneas le han dicho a la asociación que no se podría aterrizar en una pista tan pequeña, y niega que se haya dado algún encuentro con la Aeronáutica Civil.