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La violencia en el Bajo Cauca, entre grupos paramilitares y el Eln, deja como resultado una nueva masacre en esta zona de Antioquia. Las autoridades confirmaron el asesinato de tres personas en una finca del municipio de Cáceres, mientras que una cuarta resultó herida. El hecho violento ocurrió en una zona que limita con San José de Uré (Córdoba), otro municipio que ha sido azotado por el recrudecimiento de la violencia en la región.
De acuerdo a información entregada por las autoridades, en el hecho habrían sido asesinados el dueño de la finca, su hijo de 15 años y el conductor de un camión transportador que estaba en la finca. El único sobreviviente del ataque habría sido el ayudante de este vehículo. Este último se estaría recuperando en un centro asistencial de la zona.
Según los primeros informes, las víctimas tendrían heridas de arma de fuego, arma blanca y objetos contundentes. Hasta el momento no se ha podido determinar el grupo que habría sido el autor de esta masacre. Sin embargo, en esta zona del país opera la Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o también conocidas como Clan del Golfo, los Caparros, algunas disidencias y la guerrilla del Eln.
En los últimos días en el Bajo Cauca se reportaron grafitis y mensajes alusivos a las Autodefensas Gaitanistas en varios puntos de la región, incluyendo carreteras principales. Desde hace cerca de dos años las acciones armadas en esta zona han venido en aumento, tras la salida de las extintas Farc del Bajo Cauca y la escisión en las AGC que dio origen a los Caparros.
Las masacres en el Bajo Cauca han ido en aumento en el último tiempo, sobre todo en los municipios de Tarazá y Cáceres. En este último, donde ocurrió la más reciente masacre, hace menos de 15 días se reportó el asesinato de tres mineros, específicamente en la vereda los Azules. Los tres hombres se encontraban reunidos cuando fueron atacados por hombres en motocicleta que operan en la zona.
Las acciones armadas en la zona habrían crecido en el último tiempo tras la salida de varios exparamilitares de prisión. Y es que esta zona de Antioquia es un punto estratégico para el narcotráfico: sirve de conexión para llegar al Urabá y el Pacífico colombiano, es conexión hacia el norte del país e incluso pasan rutas para llegar a Venezuela.