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Parir en Colombia, ¿el evento más peligroso de la vida?

Lo riesgoso son las intervenciones y la medicalización innecesaria. Así como que en la educación básica secundaria no hayan clases sobre la fisiología del parto y los procesos reproductivos.

Laura Peláez Molano / Loqueimporta.co
20 de mayo de 2016 - 01:12 a. m.
Parir en Colombia, ¿el evento más peligroso de la vida?

Nacer debería ser un proceso natural y respetado, pero no. Es el evento más peligroso de la vida. Y sí. La forma en que estamos llegando al mundo está siendo bastante peligrosa. Ese es el peligro, la forma. No es el evento natural en sí, que es lo que nos quieren hacer creer. Si no hay intervención médica todo puede ser muy peligroso. Y no. Justamente lo peligroso son las intervenciones y la medicalización innecesaria. Lo peligroso es que en la educación básica secundaria no hayan clases sobre la fisiología del parto y los procesos reproductivos.

Es angustiante ver cómo la obstetricia deja de lado la evidencia científica y justifica sus intervenciones en que siempre están salvando vidas, como si el nacimiento fuera la boca del lobo. ¿Por qué siempre nos están previniendo de un montón de fatalidades?

Semana tras semana me impresionan los comentarios que leo en un importante grupo de Facebook de solo mujeres. Una vez una mujer expuso su caso en que su doctor le iba a inducir el parto si su bebé no nacía en la semana 39, porque supuestamente era peligroso pasar de ese tiempo, y ella quería saber si hay probabilidad de parto natural después de inducción. Mi única lectura es que hay una altísima desinformación en este tema.

Porque, primero, parto natural es aquel que se desata espontáneamente sin intervenciones ni medicación. O sea, si hay inducción no es parto natural. Es un parto vaginal normal. Debemos ser precisos con el lenguaje y llamar a las cosas por su nombre. Esto implica conocer la terminología de las formas de nacer. (No parimos por cesárea. Los bebés nacen por cesárea). Y segundo, a la semana 39 es normal que un bebé esté feliz en el vientre. El promedio de los nacimientos se da en la semana 40 y un bebé puede estar en el vientre materno hasta la semana 42 con el debido monitoreamiento (esta es una posibilidad no practicada por la mayoría de obstetras en Colombia).

Pero la mayoría de las respuestas de parte de las usuarias del foro fueron positivas: que todo súper bien con la inducción, que no trae consecuencias, que ellas y sus hijos están perfectos, que fue buenísimo porque el trabajo de parto fue más corto, etc. Y es acá donde me pregunto, ¿cuál de ellas basó su respuesta en la evidencia científica? Ninguna. Y lo más aterrador fue que una de ellas dijo que la inducción no traía riesgos y que lo decía con conocimiento de causa por ser doctora. Acá es donde cabe ese emoticon con los ojos súper abiertos con expresión de sorpresa.

Semana tras semana me encuentro con “parejas embarazadas” primerizas, llenas de expectativas frente al nacimiento de ese bebé que está en el vientre. Generalmente han oído historias de parejas amigas que acaban de tener bebés, a partir de las cuales se han hecho sus propias ideas, las cuales reconstruyen a medida que se informan y educan. Así arman ciertos planes y adquieren una noción de lo que puede ser la realidad.

La mayoría quiere un parto normal hospitalar, y se sienten completamente contenidos por su obstetra. Esto está perfecto. ¿Pero por qué ese obstetra no les habla del parto? ¿Por qué les dice en la semana 30 que todavía no es el momento para hablar de eso? ¿Por qué el discurso es cómo el obstetra va a hacer para detectar cualquier posible anomalía y no qué es lo que necesita una mujer y su pareja para preparase para este momento natural e importante?

Acá expongo unos casos que me han llamado la atención:

Juana y Santiago

Ella se siente segura de tener su bebé en un hospital. Él la apoya en todas sus decisiones, y está en actitud de recibir toda la información posible. Cuando hablan con su obstetra sobre el parto, él les dice que un parto normal es posible, aunque definitivamente dejará una vena canalizada (o sea ya les está advirtiendo que va a haber medicación y la pista estará lista para cualquier intervención). También les dice que no le vayan a llegar con un documento (Plan o Protocolo de parto) que él tenga que seguir porque no lo va a hacer.

Viviana y Juan Felipe

Están totalmente convencidos de tener un parto vaginal, de tener anestesia sólo en caso de que ella la pida, y de incurrir solo en procesos e intervenciones justificadas. Están muy temerosos de cualquier tipo de intervención innecesaria con el bebé.

Su médico les desvía la conversación cuando ellos quieren saber sobre procedimientos y las respuestas, en su mayoría, no estaban basadas en evidencia científica y en procedimientos actualizados. Cualquier procedimiento basado en evidencia que ellos quieren, son señalados como un riesgo o un peligro para la doctora. En la semana 37 la obstetra les dice que deben ir a citas cada ocho días, a las 8am, en ayuno y con la maleta del hospital lista. Viviana en crisis ante este pedido.

En la semana 39 la doctora les dice le van a hacer un “parto conducido” –y asegura que no es lo mismo que inducido, aunque a mi juicio es un término diferente para el mismo fin. He intentado buscar evidencia que sustente el proceso, pero no la he encontrado–. En la cita de control, la médica les dice que ya Viviana tiene dilatación de 4cm (sin haber sentido una sola contracción). Logra tener parto normal.

Sandra y César

Es un embarazo totalmente normal. En la semana 32 el doctor les dice que el cordón del bebé está enredado en el cuello. Saben perfectamente que es un doctor especializado en embarazos de alto riesgo. ¿Probabilidad de parto vaginal como ella quiere? Baja.
A veces es más fuerte estar con el doctor de moda, sabiendo cuál es el final. (El cordón umbilical enredado no es indicación de cesárea. Este médico se caracteriza por decirle a la mayoría de sus pacientes que los bebés tiene el cordón enredado.)

Generalmente los médicos son más claros de lo que pensamos. Son claros en que no es importante hablar del parto y menos de la preparación para el parto. En las citas de prenatal no se habla de la fisiología del parto, para eso están los cursos psicoprofilácticos que enseñan cómo respirar y pujar bajo el efecto de la anestesia, pero no sobre los efectos de las intervenciones y medicalización. Pero no conozco parteras que tercericen este proceso tan importante, ellas mismas se encargan de que sus parturientas reciban la mejor información y asistan a los cursos de preparación en pareja.

Deberíamos poner de moda a los obstetras que acompañan partos desde el piso, que no se sienten menos por agacharse y adaptarse a la posición de la mujer, que permiten el trabajo de parto espontáneo, que basan su trabajo en la evidencia científica y que sobretodo hablan del protagonismo de la mamá y el bebé. Pero no, cómo vamos a quitarles su posición de poder frente a una camilla y en un quirófano, cómo vamos a quitarles el título que salvavidas con el que tanto les gusta ponderarse. Esta idea parece de un mundo de fantasía. Por lo menos en Colombia estamos bastante lejos de que el parto natural, hospitalar y respetado sea un proceso amoroso y actualizado.

Estamos ante una situación límite, pero mientras no haya ningún tipo de regulación del estado frente al descontrol en tasas de cesárea, intervenciones y procedimientos innecesarios, la realidad de nacer en Colombia va a seguir siendo precaria, desactualizada e irrespetuosa.

*Este artículo fue publicado en Loqueimporta.co

Por Laura Peláez Molano / Loqueimporta.co

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