Pequeños productores de Tumaco venderán diez toneladas de coco mensuales a Yupi

Lograron un acuerdo comercial para la compra de diez toneladas de coco mensuales a más de 250 pequeños productores de esta fruta.

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El coco tumaqueño es de pulpa gruesa, firme y de mucho rendimiento, así lo afirman sus productores. Lo definen como un alimento con múltiples propiedades nutritivas y medicinales. Además de ser consumido como un producto fresco, se encuentra en aceites, cremas, como endulzante y como material para la fabricación de artesanías. Por eso, La asociación de productores Cooperativa Multiactiva Agropecuaria del Pacífico (Coagropacífico), con sede en Tumaco, adjudica el logro de haber firmado un contrato con la marca colombiana de pasabocas Yupi a la calidad del producto. El acuerdo comercial contempla la compra de diez toneladas de coco mensuales a más de 250 pequeños productores de esta fruta.

“Desde hace un tiempo veníamos buscando los medios para llegar a un nuevo mercado, pero con una empresa seria, que fuera un cliente permanente y estable. Gracias a la gestión de Colombia PUEDE hoy somos proveedores de Yupi y ya estamos preparando el primer envío”, dijo Víctor Quiñones, productor de coco y gerente de Coagropacífico.

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La contratación se dio gracias al apoyo de “Colombia PUEDE: Paz y unidad a través del desarrollo productivo y el comercio”, un proyecto financiado por la Unión Europea, a través del Fondo Europeo para la Paz, y ejecutado por el Centro de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés).

Coagropacífico cuenta con más de treinta años de trabajo conjunto con los cocoteros de los ríos Chagüí, Mejicano, Rosario, Gualajo y los Tablones. Actualmente, sus productores suman más de 510 hectáreas cultivadas y producen 5.000 docenas de cocos que equivalen a cuarenta toneladas mensuales, las cuales son distribuidas a diferentes mercados, entre los que ahora se encuentra la empresa de pasabocas.

Las diez toneladas mensuales de coco serán enviadas desde Tumaco hasta la planta de producción de la compañía en Medellín, para posteriormente ser transformadas en los productos de Copelia, entre los que se encuentran las famosas cocadas y panelitas dulces.

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