¿Por qué se derrumba Manizales?

Las fuertes lluvias, la zona donde está construida y la fragilidad de sus suelos son los factores que generan riesgos. Las zonas afectadas y los albergues reflejan el drama en la ciudad.

redacción Nacional
21 de abril de 2017 - 04:29 a. m.
EFE
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En Manizales no para de llover y la angustia permanece. Los organismos de socorro tuvieron que suspender ayer las tareas de búsqueda de seis personas que siguen desaparecidas y la remoción de escombros de las zonas afectadas. Las laderas siguen cargadas de agua y esto aumenta el riesgo de nuevos deslizamientos. El reporte oficial hasta ayer era de 16 personas muertas, 23 heridas y 400 familias damnificadas.

Y mientras en los barrios afectados los vecinos seguían en alerta ante cualquier señal de peligro, hoy la atención se concentra en los albergues dispuestos para las familias que perdieron o que tuvieron que dejar sus casas por haber quedado en zona de peligro. La mayoría están en los sitios dispuestos por la administración, como los colegios San Luis Gonzaga, Instituto Manizales, Leonardo da Vinci y en los barrios Aranjuez y Colombia.

Son muchos los afectados y demasiadas las necesidades. Aunque las autoridades tienen todo un plan de atención, en los sitios donde están las familias no sólo se requieren donaciones, sino también voluntarios. Por eso las autoridades hicieron un llamado para que, fuera de donar kits de aseo, colchonetas, frazadas y alimentos no perecederos, se acerquen a atender a los damnificados.

¿Por qué se derrumba?

Manizales tiene una larga tradición de deslizamientos y víctimas por el invierno. En los últimos 10 años, son 116 los muertos y centenares de heridos en diferentes episodios a lo largo y ancho de la ciudad. Pero, ¿por qué son frecuentes los derrumbes en la capital caldense? En entrevista con Noticias Caracol, Martha Lucía Calvache, directora de Geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano (SGC), explicó las razones que hacen de la capital caldense una ciudad en riesgo.

Según la experta, la ciudad está construida sobre depósitos volcánicos; en su suelo hay rocas débiles y que se fracturan con facilidad, y, para completar, está en una zona con un gran número de fallas geológicas. “Esas son las características, es su ADN. Su formación geológica, su estructura y sus pendientes, sumado a que es una ciudad en la que hay mucha agua, son situaciones que la hacen propensa a estos riesgos”, agregó Calvache.

El experto Gonzalo Duque Escobar, profesor de la Universidad Nacional y miembro del Consejo Territorial de Manizales, en entrevista con el sistema de medios de la Universidad de Manizales (Umcentral), destacó que la ubicación de la ciudad también complica la gestión del riesgo. “En realidad Manizales no debió haberse construido donde está. Es una ciudad imposible, porque luchar contra fenómenos tan complejos como la erosión es un reto grande. Pero lo cierto es que en Manizales aprendimos a vivir y convivir con el riesgo. Es irreal pensar en eliminar o reubicar el barrio Aranjuez, por los procesos socioculturales de largo plazo que allí existen, y eso exige un esfuerzo de educación permanente, porque definitivamente no es posible ocupar sitios donde no se puede estar”, agrega.

Ante el panorama, Ómar Darío Cardona, doctor de la Universidad Politécnica de Cataluña en ingeniería sísmica, consultor del BID y exdirector nacional para la Prevención de Desastres, destacó la importancia de que la ciudad empiece a trabajar el tema del riesgo residual, extraordinario, que no ocurre todos los días, pero sucede con cierta regularidad y causa víctimas. “Los suelos de Manizales se licuan fácilmente cuando se saturan de agua. Hacia el futuro seguramente se seguirán presentando estos problemas a raíz de la variabilidad climática y Manizales debe tener una estrategia específica para atender este riesgo residual de aguaceros cada vez más fuertes, porque la gestión del riesgo se ha hecho bien, pero no incluye estos eventos extraordinarios”, explicó Cardona a Umcentral.

Pero, ¿cómo atender el riesgo de erosión en una ciudad construida entre montañas? Cardona agregó que “usualmente lo que se hace a nivel internacional es hacer las obras y tener un plan de emergencia para reaccionar adecuadamente . Eso Manizales lo ha hecho bien, pero hoy hay que apostarle no sólo a eso, sino en hacer más prevención, más medidas de anticipación con obras y planes de reubicación y reasentamiento; pensar en áreas de expansión que tengan en cuenta estas amenazas”.

De acuerdo con Cardona, la ciudad requiere trabajar la planificación urbana y la ocupación del suelo. “El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Manizales es ejemplo para otras zonas del país y el tema del riesgo está en la agenda pública. Manizales tiene 48 estaciones hidrometeorológicas desde hace 20 años y eso permite conocer el comportamiento de lluvias y suelos. Manizales se ha endeudado para hacer estudios sobre el tema de gestión del riesgo y esa experiencia es un ejemplo. Lo que pasa es que eventos como el ocurrido el miércoles ilustran que la ciudad no es inmune”.

Cardona concluye que aunque la ingeniería actual puede atender estos riesgos pero con unos costos extraordinarios. “Por ejemplo el Centro Comercial Fundadores está en un sitio de altísima inestabilidad. Las nuevas generaciones no saben que ahí hubo deslizamientos y Cramsa hizo una enorme inversión. Hay casos donde técnicamente es posible mitigar el riesgo, pero a unos costos muy altos para poder garantizar obras seguras. Y en esos casos hay que hacer la valoración de costos y evaluar si no sería mejor construir en otras zonas distintas”.

Pudo ser peor

A pesar la tragedia que hoy afecta a la capital caldense, otros expertos como el ingeniero Fernando Mejía Fernández, promotor de la red de monitoreo de variables meteorológicas en Manizales y exdirector del IDEA de la Universidad Nacional, expresó que el desastre pudo ser peor si la ciudad no hubiera emprendido desde hace varios años las labores de prevención y cuidado de laderas.

Su afirmación la sustenta en un dato preciso: el aguacero de la noche del martes fue el más fuerte de último siglo en Manizales. En la capital caldense se tiene registro de sólo cinco en los que han caído más de 140 milímetros. El del martes fue de 156 milímetros. Como para tener un dato adicional, en Mocoa, en la noche de la tragedia, cayeron 130 milímetros.

“Cuánto llevamos construyendo sobre la montaña y desparramando obras en las laderas. Manizales es ejemplo en mitigación del riesgo y en eso estamos mejor que muchas ciudades. A pesar de la tragedia, somos una ciudad pionera en prevención, pues como estamos expuestos a tanta amenaza, hemos tomado conciencia de la importancia de manejar con la gestión integral”.

Mejía invitó a la ciudadanía a aprovechar la discusión del Plan de Ordenamiento Territorial que avanza en el Concejo de la ciudad, para que se incluya una planificación adecuada del territorio que garantice la reducción de la vulnerabilidad de las comunidades y se evite que los ciudadanos habiten en zonas de alto riesgo de erosión. Agregó que es importante garantizar el sostenimiento del sistema de estaciones hidrometeorológicas que desde hace 20 años gestiona y opera la Universidad Nacional en Manizales, que permite que la ciudad cuente con información en tiempo real para que las autoridades puedan tomar decisiones a tiempo.

Por redacción Nacional

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