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El proyecto de los escenarios deportivos para los XX Juegos Nacionales en Quibdó costaron $9.942 millones, a pesar de que ni los coliseos ni los estadios empezaron a construirse. Por eso, la Contraloría calificó este “elefante blanco” como una inversión ineficaz e ineficiente.
Las irregularidades se dieron desde la adquisición de los lotes, pues estos no contaban con los requisitos necesarios para la infraestructura requerida ni se encontraban dotados con servicios públicos. Además, los tiempos de adquisición fueron insuficientes. La decisión de la Alcaldía de Quibdó, entonces, fue calificada por la Contraloría como antieconómica.
El ente controlador también aseguró que a pesar de que el dinero, proveniente del sistema de recursos de regalías, sí fue invertido para lo que estaba destinado, pues se gastó $2.000 millones en un predio, $1.400 en el otro y $6.542 millones en los diseños de la infraestructura deportiva, no se cumplió con el fin social del proyecto.
Los escenarios que quedaron en el papel, son: el estadio de atletismo, el complejo de piscinas, el coliseo menor, el coliseo multideportivo, el coliseo mayor, el estadio de fútbol, la Unidad Administrativa y el centro biomédico.
La Contraloría concluyó que se habían presentado debilidades en las fases de planeación y precontractual; que no se cumplió el objetivo de “una participación digna del municipio en los Juegos”, y que fue una compra inútil, pues los ciudadanos no podrán aprovechar los beneficios que le traerían estos escenarios deportivos después de que se realizara el certamen.