“Raíces”, la ruta de la muerte

Desde 2013, ocho personas han muerto al ingresar por trayectos prohibidos al Nevado del Tolima. El último fue Saúl González, el guía que murió tras extraviarse con dos jóvenes, a quienes este parque les abrió un proceso sancionatorio.

OLGA LUCÍA GARZÓN ROA
24 de julio de 2017 - 02:00 a. m.
A pesar de que la ruta El Rancho-“Raíces”-Lajas es una de las más peligrosas, es las que más usan los turistas para subir al Nevado del Tolima.  / Juan Carlos Escobar
A pesar de que la ruta El Rancho-“Raíces”-Lajas es una de las más peligrosas, es las que más usan los turistas para subir al Nevado del Tolima. / Juan Carlos Escobar

El miércoles 12 de julio, cuando Saúl González y los hermanos Deylein y Óscar Julián Figueroa llegaron al puesto de control de la cabaña Dulima, en El Silencio, con el objetivo de ascender al Nevado del Tolima por la ruta El Rancho-“Raíces”-Lajas, Gustavo Muñoz, técnico administrativo del parque natural, les hizo énfasis en el cierre del sendero por el alto riesgo que representa. Les recomendó la ruta por la quebrada Las Perlas, que aunque más larga, es menos peligrosa, pero hicieron caso omiso.

El lunes siguiente, los excursionistas fueron reportados como extraviados. Dos de ellos, los hermanos Figueroa, lograron sobrevivir, pero González, de 37 años, fue encontrado muerto una semana después.

¿Por qué el riesgo?

Expertos manifiestan que el itinerario Raíces debe su nombre a las formaciones que allí existen. Aseguran que hay puntos en donde para continuar el camino la persona se debe sostener de las raíces de los árboles. A eso se le suma que el tramo tiene piedras en forma de lajas que hacen que este lugar sea riesgoso.

El montañista Henry García en su blog Ruta Directa explica: “El camino amplio y despejado se convierte en una trocha pendiente, lodosa, estrecha y rodeada por la selva de niebla. El camino por el denso y espectacular bosque de montaña, casi siempre nublado, con árboles frondosos, lianas y musgos, se ve interrumpido frecuentemente por árboles caídos y desniveles que obligan a trazar pequeñas variantes o pasar por sus ramas con dificultad”.

Según Efraín Rodríguez Varón, jefe del Parque Nacional Natural de los Nevados, dentro del plan de manejo que define las áreas con vocación ecoturística (que es el 3 % del parque) existe una norma que prohíbe el ingreso a varios senderos, ya sea por razones ambientales o de riesgo.

Uno de ellos es Raíces en el cañón del Combeima (Ibagué), sitio con el mayor problema en cuanto a personas extraviadas y vidas perdidas, aseguró el funcionario, y agregó que para los visitantes el peligro se convierte en un reto.

El parque natural cuenta con puntos de control en los cuatro departamentos (Caldas, Tolima, Risaralda y Quindío). Sin embargo, el turista guiado por personas que no atienden la recomendación de las instituciones abre caminos alternos para evadirlos.

Aunque este lugar cuenta con guías avalados y certificados, preparados para situaciones extremas, quienes no lo están venden adrenalina en lugar de paisajes, caminatas, una buena experiencia con la nieve o una buena oportunidad, explicó el funcionario.

Diez años atrás, por Dulima pasaban los visitantes y se podía llevar un registro completo. En las minutas se tenía la información, pero ahora, aunque el flujo de turistas es alto, es muy bajo el porcentaje que pasan a registrarse. Todos buscan caminos alternos para no pasar por control y toman atajos, abren trochas y además de arriesgar la vida, causan daños ambientales.

Hacer valer la autoridad ambiental, según Gustavo Muñoz, es difícil, pues no cuentan con acompañamiento de la Fuerza Pública para que se cumpla la ley.

No obstante, se llevan ya cientos de procesos sancionatorios con aplicación de multas en el país. Cuando la persona acata y corrige, se toman medidas preventivas, pero si continúa la actividad ilícita se hacen procesos de orden administrativo y, dependiendo de la gravedad, puede llegar al orden fiscal y acarrear cárcel, aunque esto no ha sucedido.

En cuanto a los hermanos Figueroa, el jefe de Parques, Efraín Rodríguez, señaló que se iniciará una acción, porque hicieron caso omiso a lo que el funcionario les informó. Como todo proceso, tiene su protocolo y a partir de los informes técnicos que se levanten se espera el resultado.

La solución

De acuerdo con Rodríguez, se está intentando con la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima) entrar en un proceso de ordenamiento de la actividad. Asegura que Cortolima cuenta ya con recursos definidos para esto y se comenzará a trabajar en cinco municipios del Tolima, entre ellos la zona del Cañón del Combeima (Ibagué). Esto se debe hacer no solo con el trabajo desde las instituciones, sino con la participación activa de la comunidades, que son el primer filtro con el que se puede contar para el ingreso a este parque.

Mediante la Resolución N° 284 del 6 de febrero de 2014, la Corporación selló El Rancho, que hace parte del mismo sendero, como medida preventiva. En esta zona se verificaron hallazgos de infracciones ambientales. Sin embargo, esta restricción también se viola.

El director de Cortolima, Jorge Enrique Cardozo, afirmó que se tiene un plan con la Unidad de Parques Nacionales, que consiste en declarar áreas de reserva forestal y retomar la presencia en la zona, ubicando una caseta de control para ingresar al lugar, específicamente al Nevado del Tolima.

“Estamos tratando de comprar el predio El Rancho, pero no ha sido posible porque los propietarios están divididos”, puntualizó.

Por OLGA LUCÍA GARZÓN ROA

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