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Retorno a las iglesias: la reactivación del sector religioso en Colombia

En el país hay más de 20.000 iglesias y se estima que el 99 % de la población practica alguna religión, por lo que la reapertura del sector es vista como un gran avance por los líderes religiosos y feligreses.

Martín Elías Pacheco
19 de septiembre de 2020 - 03:00 a. m.
Se calcula que en el país hay cerca de 15.000 centros de culto del catolicismo. / Cortesía
Se calcula que en el país hay cerca de 15.000 centros de culto del catolicismo. / Cortesía

En Colombia, un país devoto y con gran cantidad de cultos y centros religiosos de distintas vertientes, la reactivación del sector ha generado muchas expectativas tras casi seis meses de cierre por cuenta de la pandemia del coronavirus. No es para menos, pues, según Jorge Bustamante, director de doctrina y vocero de la Iglesia católica para la reapertura de los templos, cerca del 99 % de los colombianos practica alguna religión.

Los protocolos de bioseguridad fueron establecidos desde el 3 de julio por el Ministerio de Salud en la resolución 1120. Comenzaron con los municipios sin casos de coronavirus y paulatinamente se autorizaron pilotos en ciudades donde había casos de contagio. El aforo máximo, en cualquier caso, es de cincuenta personas.

Los centros religiosos iniciaron la inscripción de los protocolos ante las alcaldías municipales. Al ser un Estado laico, Colombia tiene la tarea de garantizar un tratamiento igual a todas las iglesias y confesiones religiosas. Sin embargo, la religión católica abarca un 80 % de la población colombiana, por lo que se suele creer que la reapertura solo aplica para ese gremio.

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“En Colombia, la Iglesia católica tiene la organización a través de lo que llamamos parroquias. Oficialmente constituidas hay cerca de 7.000, pero hay que tener presente que hay muchas parroquias que cuentan con distintos centros de cultos; es decir, una parroquia puede tener uno, dos o tres templos a su cargo. En los municipios, por ejemplo, tienen la parroquia en el casco urbano y en las veredas, los centros de cultos. Así las cosas, se podría calcular que hay cerca de 15.000 lugares”, detalla Bustamante.

Para los feligreses, la reactivación del sector representa un paso importante, pues habían tenido que adaptarse a la nueva forma de practicar los cultos. “Ha sido un golpe duro, porque como cristianos católicos estamos acostumbrados a las eucaristías dominicales y entre semana, como los jueves, asistimos al día del santísimo sacramento. Dejar de ir de un momento a otro fue difícil, porque son espacios donde vivimos nuestra fe. La reapertura es algo bueno después de que se tengan en cuenta los protocolos de bioseguridad, aunque no será igual que antes”, dice Patricia Niebles, feligresa del catolicismo.

Los otros creyentes están distribuidos en religiones cristianas y no cristianas: evangélicos, testigos de Jehová, mormones, judíos, budistas y musulmanes, entre otras. Para la atención de ese significativo número de personas, el país cuenta con aproximadamente 8.000 iglesias.

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Pero así como algunos se alistan para volver a los templos, otros prefieren seguir desde la virtualidad. Es el caso de los testigos de Jehová, quienes tienen registro de 188.368 evangelizadores en el país; según sus cuentas, uno de cada 274 colombianos practica esa religión. Desde el inicio de la pandemia se suspendieron los cultos en los 1.778 salones que tienen para efectuar reuniones presenciales. También cancelaron las grandes reuniones públicas de asistencia física. Una muestra de que prefieren aprovechar las tecnologías es la asamblea regional que, tradicionalmente, reúne a miles de seguidores de Jehová, que este año tuvo que ser vista vía streaming. El programa se tradujo a más de 500 idiomas.

“Hemos suspendido nuestra predicación de casa en casa y la predicación en lugares públicos con el objetivo de contener el virus y para cooperar con las medidas de bioseguridad exigidas por el Gobierno. No reabriremos por ahora nuestros sitios de reuniones. Más bien, seguiremos atendiendo nuestras necesidades espirituales en la medida de lo posible hasta que consideremos seguro retomar ciertas actividades como las que se venían efectuando”, explica Juan Fernando Landazábal, su vocero.

Entre los protocolos establecidos por el Gobierno nacional se encuentra que las iglesias deben informar con anticipación los horarios de los encuentros, tomar la temperatura al ingreso de los templos, desinfectar las instalaciones, garantizar el distanciamiento de dos metros y no permitir el ingreso de menores.

Así ha sido la reapertura en algunas ciudades

Fue un trabajo intenso de más de dos meses para la creación de los protocolos. Hubo diálogos entre el Ministerio de Salud y el Ministerio del Interior, que se reunieron con los representantes de las iglesias. “Hemos diseñado un plan de comunicación interno con los párrocos, obispos y sacerdotes para dar a conocer la ruta. Ha sido una etapa de mucho trabajo operativo para crear los equipos en cada lugar”, explica Jorge Bustamante.

En la región Caribe, por ejemplo, Valledupar fue la primera ciudad en comenzar con el plan piloto de reapertura, el pasado 3 de agosto. “Se decidió comenzar con siete iglesias católicas y cuatro cristianas. En el caso de la Iglesia católica, ellos implementaron una aplicación móvil que permitía la solicitud de turnos, además de bloquear el aforo máximo de cincuenta personas”, detalla Luis Galvis, secretario de Gobierno de Valledupar.

En Barranquilla, según datos de la Secretaría de Desarrollo Económico, 159 templos e iglesias han registrado protocolos y solicitado autorización en plataforma. Alfonso Castro, pastor de la Iglesia pentecostal unida de Colombia en Campo de la Cruz (Atlántico), cuenta que reabrieron desde el domingo 13 de septiembre bajo los protocolos de bioseguridad, haciendo cultos de máximo una hora y con aforo de cuarenta personas: “La importancia de la reapertura tiene que ver con la parte espiritual, porque nosotros nos basamos en los principios bíblicos, donde hay una necesidad de congregarse. El momento de la reapertura fue algo maravilloso”.

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En el caso de la Iglesia pentecostal, el representante legal otorga el poder a los pastores de cada distrito, quienes deben llevar los documentos a las alcaldías municipales para que realicen una inspección de seguridad a las iglesias. Se estima que hay cerca de 4.500 congregaciones de esa religión en Colombia y se distribuyen en 35 distritos. Por ejemplo, el pastor Castro pertenece al Distrito 35, que comprende Atlántico y Bolívar, y donde se reactivaron 22 iglesias, de las 131 que la conforman.

En Medellín y el área metropolitana se reactivó el servicio religioso en 275 empresas registradas, de las cuales 170 corresponden a Medellín. Desde la Secretaría de Salud vienen realizando visitas para verificar el cumplimiento de los protocolos. Once de las 24 iglesias a las que han ido resultaron con calificación favorable y trece con calificación favorable condicionada. Favorable es que cumplen con todos los protocolos y favorables condicionadas es que les hace falta la implementación de algunas medidas.

En el marco de la reapertura del sector religioso en Cali, se estableció una mesa de trabajo interreligiosa para establecer los lineamientos teniendo en cuenta las disposiciones del Gobierno nacional. “Según registros de los propios cultos e iglesias, hay alrededor de 1.400 sitios de congregación religiosa y espiritual. De ellas hicimos un piloto que activó unas 150 iglesias cristianas católicas y 100 cristianas y de otras confesiones”, detalla Jesús González, secretario de Gobierno de Cali.

Luego de la puesta en marcha del plan piloto, desde la Secretaría de Salud y de Gobierno adelantan visitas aleatorias a iglesias y diálogo permanente con las directivas y asociaciones. “Hoy pueden estar en apertura un poco más del 60 % de las iglesias de la ciudad, de forma escalonada y biosegura”, agrega González.

En Cali se firmó un acuerdo entre la Alcaldía y las secretarías para trabajar mancomunados en el cumplimiento de los protocolos de seguridad para el sector religioso.

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Dion Casio(66071)19 de septiembre de 2020 - 03:43 p. m.
Los brujos, pastorcitos, curitas siempre detrás de dinero,poder y control . Mantienen bobos votantes seguros y cuando disfrutan de gobierno obtienen nuevos favores en forma fundaciones exentas de pago de impuestos embajadas, ministerios, etc y para cubrir sus negocios: universidades, colegios, cementerios, pompas fúnebres, clínicas, ancianatos que producen millonadas para las iglesias.
Etiel(92498)19 de septiembre de 2020 - 11:38 a. m.
¿No es como exagerado hablar del "sector religioso", como si se hablara del sector agrícola o el sector industrial? Además de ignorancia y superstición, las iglesias no producen absolutamente nada, su contribución al PIB es Cero. Solo se lucran unos cuantos avivatos aprovechando la candidez de una población mal educada. Que se reabran (o reaperturen, como se dice ahora) no tiene importancia.
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