Rodolfo Hernández, el (suspendido) alcalde de Bucaramanga, aseguró que sigue en el poder pues considera que su situación no está aclarada.
Ante este panorama, Hernández envió una carta al procurador general Fernando Carrillo donde le solicita una pronta definición sobre la intención de separarlo de su cargo.
“Le solicito muy comedidamente que imparta las instrucciones correspondientes para que se produzca el acto administrativo del Gobernador de Santander que ordene el encargo y el reemplazo en mi despacho en este momento para darle cumplimiento efectivo, eficaz y preciso en este tiempo y en las condiciones actuales al acto disciplinario de suspensión”, se lee en la misiva.
Hernández aseguró que esto lo hace con el objetivo de no “generar ni abandono del cargo en mi caso ni posible usurpación de funciones por quién resulte encargado”.
Por otro lado, Manolo Azuero, quien en la suspensión de noviembre de 2018 asumió el cargo como alcalde encargado, también manifestó su preocupación al gobernador de Santander, Didier Tavera.
“Si la suspensión del señor Rodolfo Hernández Suárez como alcalde de Bucaramanga se encuentra vigente, en caso afirmativo agradezco establecer el período de vigencia, esto es para determinar con claridad desde que día y hasta qué día se debe computar el período se suspensión provisional”, indicó Azuero en una carta dirigida al gobernador.
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Cabe recordar que Hernádez fue suspendido por la Procuraduría luego de pegarle una bofetada al concejal John Claro, del partido ASI, el 28 de noviembre de 2018.