Desde el 20 de febrero, los habitantes de las veredas Caño Seco y Piedras de Molares permanecen en medio del fuego cruzado por los enfrentamientos entre el Ejército Nacional y el Ejército de Liberación Nacional, Eln, en Norte de Santander.
De acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, OCHA, los enfrentamientos han afectado algunas viviendas, cultivos de subsistencia y dos escuelas, dejando sin acceso a clases a 35 niños y niñas.
Debido a la situación, al menos 244 personas, que corresponden a 74 familias, se han desplazado desde el miércoles hasta el corregimiento de San Pablo.
Entre las víctimas de desplazamiento se cuentan 103 menores de edad, 33 de ellos en la primera infancia, 15 adultos mayores, cuatro madres lactantes y otras dos gestantes.
La Personería Municipal y el Consejo Noruego para Refugiados, informaron que los desplazados fueron albergados en la Casa Campesina y la Casa de la Mujer. Las personas están ubicadas en salones para eventos, sin muebles y con solo una batería sanitaria funcional.
Un censo realizado el 27 de febrero, identificó que entre las necesidades de la población están: un albergue con las condiciones adecuadas, utensilios de cocina, colchones, sábanas, agua, elementos de higiene, kits de aseo, alimentos específicos para los bebés y atención médica.
La Alcaldía de Teorama entregó una dotación de alimentos que cubrían las necesidades de dos días y la comunidad por su parte, ofreció productos naturales como yuca, plátanos y leña para las víctimas.
Por ahora, el Equipo Local de Coordinación de Norte de Santander continuará monitoreando la emergencia junto con las autoridades municipales y departamentales.